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NARRATIVA

Bombas en Dofa


Hace no mucho tiempo recomendaba en estas mismas páginas un libro que recogía una amplia entrevista con el escritor egipcio, «Conversaciones con Albert Cossery», editado por la misma editorial riojana que publica el que ahora presento.

En la presente ocasión se nos presenta una novela, traducida por primera vez al castellano, que vio la luz en 1984. En ella vemos al escritor (1913-2008) en plena forma, narrándonos historias pobladas de variopintos seres que se mueven en medio de la pereza, la indolencia y la insolencia y cuya actividad fundamental está ligada con hacer el amor, fumar hachís y reflexionar sobre la vida y sobre lo absurdo de las convenciones y estructuras sociales. Decía el otro que son los activistas quienes llevan el mundo al desastre no los quietistas, algo de esto puede observarse en la novela que se desarrolla en el imaginario Dofa.

Tal lugar es un emirato que al no poseer materias primas, en especial petróleo, como sus emiratos vecinos, no reviste mayor interés para la gran potencia imperialista que trata de poner las garras allá en donde puede obtener beneficios. Hubo un tiempo en que creció en el lugar la fiebre del oro negro y llegaron ingenieros con sus maquinarias con el fin de realizar prospecciones... nada se halló; desde entonces Dofa se vio libre de seguir las costumbres del exterior y sus valores basados en el tener más que en el ser, quedando como una verdadera reserva, oasis de paz, en medio de los otros emiratos de la península que se guiaban por los valores del dinero, de la riqueza y de la moda importada por la potencia extranjera.

Esa calma, propiciada por la indigencia generalizada que lo mismo alcanzaba a los ciudadanos de a pie que a los gobernantes, comenzó a verse alterada por el inesperado, y extraño, estallido de bombas, que Samantar, un marginado aristocrático cuya vida consiste en gozar de los placeres de la vida, sospecha que en tales explosiones hay algo que no cuadra, ya que las reivindicaciones de un fantasmal Frente de Liberación del Golfo están expresadas en unas octavillas de una penuria ideológica, y hasta ortográfica, que conducen a intuir que tras tan misteriosa organización se esconden más que verdaderos revolucionarios, provocadores que lo único que van a conseguir es desencadenar la tortura hacia ellos-y hacia otros sospechosos de estar en desacuerdo con el estado de cosas-, y por extensión sufrimientos para el pueblo que vería su tierra invadida por la gran potencia que no podría permitir tales desmanes que bien podrían contagiarse al resto de emiratos vecinos bajo su control.

A partir de ahí la historia se dispara a la par que la investigación de Samantar por hallar quienes estaban detrás de estas bombas . Un músico y su hija que lía porros como una verdadera máquina , Hisham y Neyma, una colegiala amante de Samar -Gawhara-, un amigo de juventud -Shaat- al que ve después de haber pasado una breve temporada en la cárcel acompañado de un extraño caballero -Higazi-, un loco, Tareq, que es el hazmerreir de los chiquillos de la población, el jeque Ben Kadem, alguna prostituta, y algún otro personaje, Mohi, que parece responder al bakuninista / netchaie (vista perfil de «nihilista y pandestructor») son los distintos personajes que pueblan esta historia en la que al final, como sucede en la vida misma, las cosas no son lo que aparentemente parecen. Esto último hace que en la medida que avanza la novela, y las pesquisas de Samantar, se produzcan varias carambolas que logran mantener la atención hasta el final al tiempo que hacen que el lector sea conducido a caminos que no son los debidos de cara a desvelar el misterio de aquellas explosiones que se asemejan a la estrategia de la «propaganda por la acción» pero que ocultan las ansias de algún poderoso por ampliar su influencia...y es claro que el poder corrompe, que el poder absoluto corrompe absolutamente y que la persecución de él tampoco es camino apropiado para la honestidad y la limpieza.