08 JAN. 2014 Piden cárcel para un antimilitarista tras la incautación pacífica de un casco Bakeola es el último colectivo que apoya a Ignacio Sanz, militante de KEM-MOC para el que Fiscalía pide dos años y medio de cárcel y la Ertzaintza tres. Le imputan lesionar a un agente y será juzgado el día 21. La protesta consistió en llevarse un casco del Regimiento Garellano. GARA Una acción no violenta realizada por KEM-MOC en una exposición militar en Bilbo puede acabar en cárcel para uno de sus miembros. El día 21 de este mes se ha convocado juicio oral contra Ignacio Sanz, uno de los cinco participantes en la protesta, que consistió en entrar en la muestra para llevarse un casco y entregarlo en el Museo de la Paz de Gernika. La acción pacífica, realizada ante medios de difusión convocados al efecto, fue contestada por la Ertzaintza con un desalojo. En el incidente posterior, los ertzainas afirman que Sanz retorció el dedo a uno de ellos. Ocurrió el 6 de diciembre de 2012, en coincidencia con la festividad de la Constitución española y la Guardia Civil. Así las cosas, la Fiscalía pide dos años y medio de cárcel contra Sanz, mientras que la Ertzaintza lo eleva a tres. Ambas circunstancias conllevarían el ingreso en prisión en el caso de que fueran validadas por el tribunal. Al Museo de la Paz Mientras los activistas que ocupaban el local eran desalojados, otros compañeros se encargaban de llevarse el casco militar, que fue luego, cinco días después, entregado en Gernika, convertido ya en un «Kaskulore» o símbolo antimilitarista. Dada la elevada petición fiscal y de la Ertzaintza, Sanz está recibiendo numerosas muestras de apoyo. La última es la de Bakeola, «centro para la mediación y regulación de conflictos», que afirma en una carta pública que «es profundamente injusto y antidemocrático que una acción de estas características sea considerada por las instituciones públicas como un atentado contra la autoridad». Tilda igualmente la petición de cárcel de «desproporcionada». La exposición tenía como motivo los 125 años del Regimiento Garellano del Ejército español, acantonado en Bilbo inicialmente y en Soietxe (Mungia) desde 1981. Fue contestada por acciones antimilitaristas desde su misma puesta en marcha. Así, ya el día de la inauguración una decena de personas llamadas por Kakitzat mostraron una pancarta con el lema: ``Regimiento Garellano, 125 años sembrando muerte. Militarrik gabe, askoz hobe''. AZKUNA INAUGURÓ. La polémica exposición sobre los 125 años del Regimiento Garellano fue inaugurada una semana antes de la acción por el delegado gubernamental español, Carlos Urquijo, y el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, que situó al regimiento del Ejército español como historia de la villa.