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No con mi dinero


La Real «es el referente del deporte guipuzcoano y es el equipo que más une a los guipuzcoanos. Lo que la Real pretende con este proyecto, y así nos lo ha transmitido, es que los jóvenes y los nuevos socios puedan tener mejores localidades e incrementar su masa social. Es uno de los equipos que más aporta a la Hacienda guipuzcoana. La Real está bien gestionada y la labor que están realizando Aperribay y los suyos es muy meritoria». Estas palabras, difícilmente rebatibles, son del director de Deportes de Lakua, Jon Redondo, del mismo día en que su Gobierno informaba de su disposición a aportar 10 millones de euros a la futura (si es que finalmente se acomete) reforma del estadio de Anoeta.

El anuncio lo hizo el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, en Zumaia. Allí destacó primero el contenido «social y deportivo» de esa hipotética inversión pública, y argumentó después que «se ha comprobado que un estadio adecuado supone flujos económicos para la ciudad y para el territorio». Una afirmación también poco discutible, siempre y cuando la trayectoria del equipo siga siendo también «adecuada». Porque sin esa premisa, no hay Allianz Arena ni Anfield Road que valga.

No entiendo de economía, y no conozco las cuantías de esos flujos de dinero -presumo que muy diferentes si uno se ve abocado a pelear en la parte baja de la tabla o si año tras año se ve compitiendo en Europa- que un club de fútbol profesional puede llegar a generar en su ciudad. Ni siquiera cuántos puestos de trabajo puede ayudar a crear o apuntalar. Pero algo entendemos de actitudes, intereses -incluidos los inconfesables- y prioridades.

En el tercer trimestre del año que acabamos de despedir, 31.200 hogares de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no tenían ningún tipo de ingreso. Y en ese mismo 2013, Lakua destinó 17,3 millones de euros a las Ayudas de Emergencia Social. La partida se agotó para verano y el Ejecutivo no la amplió por falta de pasta. Ahí estamos. No es demagogia, es la jodida realidad.

Soy guipuzcoano, aficionado de la Real y, como buen amante de los campos de fútbol ingleses, aborrezco las pistas de atletismo de Anoeta. Y como suele decir Aperribay, deseo que la Real siga creciendo. Pero no a cualquier precio. Y el que nos vienen a anunciar es inasumible, y más en la actualidad.