¿Y las navarras?

Toda la prensa del Estado se hacía eco de la prohibición del PSOE al PSN de presentar moción de censura o votar a favor de ella si otras fuerzas lo hiciesen.

«La Razón» -en cuya sección `Las caras de la noticia' se está haciendo habitual la presencia de Azkuna con su correspondiente flecha hacia arriba- ofrecía una exclusiva al respecto y titulaba «Las actas de ETA recogen el pacto con Bildu que el PSN planteó en Navarra», y añadía que el famoso pacto «Estaba dentro de la negociación con el Gobierno en el 2007». Pues Barcina también debía de estar en el pacto, porque ha sido la que más ha hecho por la moción de censura.

«Abc» castigaba al secretario general del PSN, Roberto Jiménez, con una flecha hacia abajo porque «Los socialistas siguen manteniendo en el aire el futuro político de Navarra», e Isabel San Sebastián, en el mismo diario, le daba a elegir: «La formación que dirige Roberto Jiménez tiene dos caminos. Entregar Navarra a Bildu o no». Servidora creía que se trataba de entregar Nafarroa a las navarras y los navarros y que ellas y ellos decidan. Claro que Isabel lo decía porque está muy preocupada por el PSOE: «Por el bien del PSOE y el de todos, esperemos que Navarra no sea su Waterloo». Para el PSOE no sé, pero su sucursal navarra tiene muchos boletos para que lo sea.

«El País» titulaba «El PSOE renuncia a la censura en Navarra para evitar los votos de Bildu», y Patxo Unzueta planteaba el «Dilema en F.». Y F. no está en Iruñea, sino en Madrid. Decía que hay argumentos para justificar una excepcional moción de censura con los votos de Bildu, pero que nadie se emocione, pues, continuaba, «no es válido el de que se trata de la respuesta inevitable a la corrupción denunciada por la secretaria de Hacienda; sobre todo porque lo evidenciado en la comisión de investigación no es suficiente motivo para mantener una medida tan extrema como una moción de censura. Esto debería haber bastado para retirar esa propuesta». Pues la comisión pidió la dimisión de Barcina y convocatoria de elecciones. Y Jiménez dijo que «o se va o la echamos». Terminaba su pieza refiriéndose a «la hipótesis de que sea la propia presidenta quien convoque elecciones adelantadas», y revelando su deseo: «¿Sería imposible un acuerdo UPN-PSN que incluya esa convocatoria y un compromiso de pacto de legislatura ulterior?». Total, por cuatro votos en Nafarroa... ¿Y las navarras y los navarros?