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Internacional

Rojos ganan

El Aberdeen logra un título 18 años después y el Liverpool presenta su candidatura a la Premier League.


En las Islas había vida más allá del Super Sunday de la Premier inglesa. En un abarrotado y expectante Celtic Park los Dons del histórico Aberdeen y los Carujags del ilusionante Inverness buscaban la gloria de la Scottish League Cup, en la que tras 120 competidos minutos y con ambos equipos exhaustos, los primeros alzaron desde los once metros su primer título desde hacía nada menos que 18 años de sequía, siempre a la sombra de Celtic y Rangers.

Una celebrada victoria por the Red Army (el `Ejército Rojo' como se conoce a su seguidores), sobre todo por parte de sus hinchas más animosos, los Aberdeen Soccer Casuals, inspirados en su origen en los hooligans del Liverpool tras un viaje a esta ciudad, y que decidieron ser los primeros en el fútbol escocés en no vestir con estética `skin' y hacerlo de modo `casual', es decir, sin distintivos, una ropa que les servía de paso de camuflaje para huir de la policía.

``Lacoste'', ``Ellesse'' o ``Levis'' sustituyeron en esos ochenta del siglo pasado a las bufandas, a las `bomber' y a los pantalones lavados con lejía en los armarios de los aficionados más violentos que animaban en su estadio, The Pittodrie -primero británico en contar en su totalidad con localidades sentadas-, término procedente de una lengua que los escoceses dan por extinguida, la llamada `Pictish', lenguaje que hablaban los `picts', un pueblo del centro y norte de Escocia en la Edad Media. Por cierto, la traducción de Pittodrie sería algo así como «lugar de estiercol».

Hoy, aquella violencia de los ochenta que se atajó entrados en los noventa es historia, por mucha rivalidad que los `casuals' del Aberdeen mantengan con los Inter-City Firm del protestante Rangers, quien junto al Celtic han tenido buena culpa de que los Dons no hayan cosechado más títulos. Algo parecido le ha pasado al Liverpool en los últimos tiempos con la Premier League, tanto que fue con Kenny Dalglish en el banquillo red cuando alzaron su último entorchado en la competición doméstica, en la 1989-90. Una travesía en el desierto que tras el aldabonazo este fin de semana en Old Trafford están convencidos de que el oasis puede estar cercano. Su 0-3 en casa del United ha sido toda una candidatura al título que parecía reservado hasta hace nada a Chelsea o City.

El gran capitán red Steven Gerrard, ese mismo que un día un tal Alex Ferguson dijo que no tenía categoría para jugar en la selección inglesa, se dirigió a una de las cámaras de televisión tras anotar uno de sus dos goles -ambos de penalti y erró un tercero- y gritó que los de Anfield habían vuelto, la misma celebración que cuando humillaron 4-1 a los Red Devils hace 5 años.

Tanta es la rivalidad entre estos dos clubes que no se transfieren jugadores directamente desde que Phil Chisnall pasó del United al Liverpool en 1964 por 25.000 libras. Esta ha sido la segunda victoria en Old Trafford de los de Liverpool en este siglo, ante un United al que no le pitaban un penalti en contra desde 2011 y este domingo al colegiado no le tembló el pulso al sancionarle con hasta tres. ¿Se imaginan algo así en un clásico Real Madrid-Barça? Yo tampoco.

De los de David Moyes poco queda por decir, más allá de que la Champions la tienen ya imposible, por mucho que Juan Mata confíe en que «la tormenta pasará y el sol saldrá de nuevo». De momento, ``The Telegraph'' recogía el nuevo apodo que le han puesto en las gradas al actual Ryan Giggs, el `fantasma de Old Trafford', porque apenas sí juega. La guinda la ha puesto un fanzine que ha revelado una riña entre el galés y su técnico, amén de la revelación de la esposa del jugador Michael Carrick, que ha dicho que su marido llega a casa aburrido de los entrenamientos, ya que Moyes lo obliga a ver vídeos de Leon Osman, del Everton.

Mientras las aguas bajan revueltas en Manchester, la lucha por el título de la Premier está más igualada que nunca. El líder, el Chelsea, terminó el partido con dos expulsados, con José Mourinho también fuera del banquillo antes de tiempo -por el único colegiado que le ha expulsado dos veces- y con una derrota imprevista por 1-0 ante el Aston Villa, algo que ha permitido al Liverpool y al Arsenal colocarse a cuatro puntos, ambos con un partido menos. «Hemos demostrado que somos candidatos y que lucharemos hasta el final. La gente que lucha con nosotros debe saber que vamos a por el título», amenazó el propio Steven Gerrard, el capitán red al que de chaval estuvieron a punto de amputarle un pie para evitar la gangrena tras clavarse un rastrillo cuando buscaba un balón entre la maleza; su familia fue indemnizada con 1.200 libras.

El Arsenal tenía un hueso duro, el derby londinense del norte, y lo saldó jugando a la defensiva con un solitario gol de Rosicky al minuto de juego, la actuación estelar del joven Alex Oxlade-Chamberlain, y una soberbia pareja de centrales como Koscielny y Mertesacker que se vieron a obligados a cuajar un partido perfecto para maniatar a un enorme Adebayor.

El Tottenham firma con esta derrota una negativa estadística que revela que no está para empresas mayores y deberá conformarse por pelear por esa Europa League que tan poco interesa a los clubes ingleses: ante los cuatro primeros clasificados ha sumado un único punto de los 21 posibles, con 2 goles a favor y nada menos que 23 en contra. Otro proyecto que se desdibuja. Jornada redonda, en cambio, para el Everton: victoria contra Cardiff y derrotas de sus dos rivales directos por Europa, Tottenham y United.

Buffon, Pirlo, Cassano... Karpin

A seis puntos de un Chelsea que no consigue despejar dudas y con tres partidos menos está ya el City, que ganó 0-2 al Hull. Sin embargo, sus tres próximos compromisos son ante el Fulham en el Etihad, el Manchester United en Old Trafford entre semana, y contra el Arsenal en el Emirates, y los tres sin su principal central de garantías, el belga Kompany, por expulsión. Eso sí, este sábado, la jornada en Inglaterra la abre con un quién sabe si aclarador Arsenal-Chelsea.

¿Alguien da más? Sí la Premier, una competición que, sin embargo, oculta la realidad del fútbol propiamente inglés, con apenas presencia en el concierto europeo donde los futbolistas originarios de allí son los quintos en cuanto a número en las cinco grandes ligas continentales. Si en la Premier juegan 177 jugadores nativos, apenas cuatro más lo hacen en los campeonatos español, alemán, italiano y francés. Y es que jugar fuera de las Islas o incluso salir de ellas, no es que no les motive, sino que les despista...

«Me gustaría jugar en un equipo italiano. Como el Barcelona», dejó caer Mark Draper, jugador del Aston Villa y que estuvo un tiempo cedido en el fútbol español... en el Rayo. «Los brasileños son de Sudamérica. Los ucranianos serán mas europeos», llegó a afirmar el bueno de Phil Neville. «No pude acostumbrarme a vivir en Italia. Era como estar en un país extranjero», se justificó el galés Ian Rush tras su fallido paso por la Juventus tras dejar el Liverpool.

Precisamente la Vecchia Signora sigue mandando en la Seria A gracias a dos de sus puntales, Buffon, que detuvo un penalti, y Pirlo, que ejecutó con maestría un libre directo que les dio la victoria en el minuto 89 en casa del Genoa. Roma y Nápoles también ganaron, pero la revelación del campeonato este curso no es otra que el Parma que dirige otro ilustre como Roberto Donadoni, que suma ya 16 jornadas seguidas sin conocer la derrota -26 de los últimos 30 puntos- y que dio el golpe de gracia al Milan con un 2-4 en feudo rossonero, con dos goles del testa matta (cabeza loca) Antonio Casano, que suma 11.

El Milan está a ¡40 puntos! del líder Juventus, con la Champions inalcanzable, sumido en una crisis a la que se ha referido todo un referente del club, Paolo Maldini. «Han destruido mi Milan. Dentro de mí siento rabia y decepción. No hay proyecto», se ha despachado.

Y mientras en la Bundesliga un Bayern -50 partidos seguidos imbatido; el club del mundo más cercano es el New Radiant, de las Maldivas, que lleva 38 encuentros invicto- a medio gas y rayando en la somnolencia le hizo un 2-1 al cuarto clasificado Leverkusen, el Borussia Dortmund tropezó en su casa ante el Mönchengladbach, 1-2. Los de Guardiola cuentan con una ventaja de 23 puntos y podrían alzarse con el título esta semana. Entorchado que ha conseguido el Olympiakos de Michel, a falta de cinco jornadas, y ya son 16 títulos para los del Pireo de los 18 últimos. Y objetivo que cada vez tiene más cerca el PSG de un imparable Ibrahimovic, que mantiene la distancia de ocho puntos al frente de la Ligue 1 después de ganar al cuarto, el Saint-Étienne, con dos tantos del astro sueco. El Mónaco hizo los deberes ante Olympique de Lyon y ganó.

En Rusia, a falta de nueve jornadas y con el Lokomotiv de líder, el CSKA Moscú venció 1-0 al Zenit, al que entrenará en adelante André Villas-Boas. «Otra excelente oportunidad que recibe. Nunca fue capaz de hacer una réplica de su magnífico Porto. A ver en Rusia», escribía el comentarista de Canal Plus, Gaby Ruiz. Y si uno llega, otro dice adiós. Hablamos de Valery Karpin. Su Spartak moscovita ganaba 2-0 al colista Anzhi, a cuyos jugadores el camerunés Eto´o ha prometido 200.000 euros si consiguen la permanencia. No sabemos si el anuncio les llegó en el descanso... davai, davai, pero consiguieron empatar el marcador y de paso precipitar la destitución del exrealista... da svidaniya.