GARA Euskal Herriko egunkaria
NEWROZ, LA FIESTA NACIONAL DEL PUEBLO KURDO

Abdulah Oçalan llama a mantener encendido el «fuego de la paz»

El llamamiento del líder kurdo Abdulah Oçalan a mantener encendido el «fuego de la paz», en referencia a las estancadas negociaciones de paz que el PKK y el Gobierno islamista turco iniciaron el año pasado, marcó la celebración del Newroz, que este año tuvo lugar una semana antes de las elecciones locales y congregó a cientos de miles de personas en Amed (Diyarbakir). El movimiento kurdo volvió a reafirmar ayer su voluntad de paz.


El líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdulah Oçalan, instó ayer al Gobierno de Turquía a crear un marco legal para poder mantener conversaciones de paz, cuya celebración se pone en duda un año después de que la guerrilla kurda declarara un alto al fuego unilateral, y solo unos días después de que Murat Karayilan, presidente del Consejo Ejecutivo de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), advirtiera del fin del diálogo si Ankara no da pasos tras las elecciones locales del 30 de marzo. Oçalan reafirmaba así el compromiso del movimiento kurdo con la paz a pesar del bloqueo del proceso de diálogo iniciado a finales de 2012 con Ankara y de las críticas hacia el Ejecutivo.

Cientos de miles de personas se concentraron en Amed (Diyarbakir), la capital de Kurdistán Norte, el Newroz o Año Nuevo según el calendario persa, la fiesta nacional del mayor pueblo sin Estado del mundo, prohibida durante décadas. La multitud escuchó la carta enviada por Oçalan desde la isla-prisión de Imrali, cerca de Estambul, donde cumple cadena perpetua en aislamiento.

Los kurdos portaban numerosas banderas y corearon consignas a favor de Oçalan -«¡Viva Apo (su apodo)!», «No estaríamos vivos sin Apo»- durante la lectura del mensaje, transmitido en kurdo y en turco, en una muestra de unión una semana antes de las elecciones locales.

El fundador de PKK destacó en su carta que el año pasado se apagó lo que llamó «el fuego de la guerra» para encender «el fuego de la paz», que pidió mantener encendido, en referencia a las negociaciones que mantiene la guerrilla con el Gobierno islamista del AKP desde inicios del año pasado.

«¿Vamos a seguir con la secuencia de golpes de Estado que se suceden uno detrás de otro o vamos a tener una democracia plena y radical?», se preguntó.

Según indicó, los procesos de diálogo son importantes, pero todavía no son jurídicamente vinculantes, por lo que los kurdos no disponen de suficientes garantías de una paz duradera, por lo que afirmó que «se ha hecho indispensable un marco legal para el funcionamiento de las negociaciones».

El líder kurdo manifestó que ambas partes han comprobado las buenas intenciones de la otra desde que comenzó el proceso, a pesar de «las prácticas dilatorias del Gobierno».

«En toda guerra hay paz»

«La paz es más difícil que la guerra, pero en toda guerra hay paz. No tuvimos miedo cuando resistimos, no tendremos miedo cuando hagamos la paz», aseguró. «Nuestra resistencia ha sido contra el sistema hegemónico de la negación y la crueldad que ignora y destruye, no en contra de nuestros pueblos hermanos», subrayó.

En su carta denunció los «crueles ataques» que ha sufrido el movimiento kurdo en su camino hacia la paz y mantuvo que esta paz «se hará más fuerte solo a través de resoluciones constitucionales democráticas en toda la región, en primer lugar en Rojava (Kurdistán Occidental)».

El proceso de paz está estancado desde que en setiembre el PKK suspendiera el repliegue de sus guerrilleros hacia Kurdistán Sur ante la inacción del Gobierno de Ankara, al que acusó de no haber implementado las prometidas reformas.

En diciembre, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan aprobó una serie de reformas destinadas a reforzar los derechos de las minorías, y permitió la enseñanza en kurdo en las escuelas privadas.

El pueblo kurdo considera insuficientes esas reformas y exigen principalmente la liberación de los militantes políticos y presos kurdos, incluido Oçalan, así como el derecho a la educación en lengua kurda en las escuelas públicas y la rebaja del 10% de los votos exigido para poder entrar en el Parlamento.

Las festividades de Newroz han estado prohibidas durante décadas, por ser consideradas un símbolo político a favor de la guerrilla, y, aunque se legalizaron hace diez años, seguían desembocando en enfrentamientos entre militantes kurdos y las fuerzas de seguridad turcas. En el marco de las negociaciones, el año pasado tuvo lugar la primera cita sin violencia.