05 MAI 2014 TXOKOTIK Ganar siempre es mejor que perder Alberto Pradilla Periodista No confío en las hipótesis políticas de pizarra ni en jugadas maestras bien engra- sadas en el papel pero que terminan dependiendo de variables que no están en nuestras manos. En el mejor de los mundos posibles todo cuadra mediante una carambola exacta, como cuando aparecía la barra en el Tetris justo en ese último momento en el que te encontrabas con el agua al cuello. No es nuestro caso. Por eso, me cuesta mucho comprar esa teoría que dice que una victoria de EH Bildu en Nafarroa en las próximas elecciones europeas supondría, a medio plazo, un hándicap para el cambio político en el herrialde. Según esta tesis, asustados ante un «sorpasso» abertzale el 25M, los votantes de la derecha se movilizarían en masa dentro de un año, concediendo incluso un «pelillos-a-la-mar» al saqueo de UPN a las arcas navarras. Según esta lógica, más nos valdría llegar a medio gas y no despertar a la bestia. Comprendo la argumentación, pero no la comparto. Creer que las alarmas del régimen se encenderán más todavía en caso de una victoria abertzale que todavía está por ver es subestimar a un enemigo cuya capacidad para aferrarse al poder está fuera de toda duda. Como si, ahora que sabe que puede perder Iruñea, no fuese a echar toda la carne en el asador sea cual sea el resultado del Frente Amplio vasco. Por otra parte, el giro orwelliano de «bien-es-mal» implica también un regalo involuntario a los sectores que pretenden un cambio de Gobierno sin poner en cuestión el régimen. Esos que ya están en campaña de blanqueo al PSN mientras preparan el camino para culpabilizar a la izquierda soberanista por el gravísimo pecado de existir. Entre ganar y perder, todos coincidiremos en que ganar suele ser la mejor opción. Otra cosa es cómo se gestiona el triunfo, pero no le veo beneficio alguno a partir desde el inicio con mentalidad cabizbaja, aunque sea pensando en un supuesto bien mayor. Con todas las contra- dicciones del actual marco europeo, tener un eurodiputado abertzale que ejerza como lobby de los derechos de los presos, defienda la democracia para los vascos y establezca alianzas con representantes de trabajadores de otros pueblos de Europa es siempre más eficaz que no tenerlo. Los planes no siempre salen bien pero, al menos de partida, no cedamos la certeza de que ganar es mejor que perder.