El Orica GreenEdge confirmó el pronóstico que le situaba como principal favorito para ganar la contrarreloj por equipos con la que comenzó el Giro ayer en Belfast y tuvo el detalle de obsequiar con la maglia rosa al canadiense Svein Tuft el día en el que cumplía 37 años.

También se cumplieron las previsiones y las diferencias fueron importantes entre los favoritos. Rigoberto Urán aventajó en dos segundos a Evans, 18 a Majka, 33 a Scarponi, Aru y Landa, 48 a Basso, 50 a Nairo Quintana, 53 a Pozzovivo, 56 a Kelderman y Kruijswijk, 1.15 a Niemiec y 1.28 a Joaquim Rodríguez. Unas diferencias muy importantes, sobre todo para el catalán, que no llevó a ningún contrarrelojista para el día de ayer y encima perderá mucho terreno en la primera crono.

Katusha y Movistar se vieron perjudicados por ser dos de los seis primeros equipos en tomar la salida. Es cierto que el Orica y Tinkoff también salieron al principio, lo que da más mérito a su actuación, pero la lluvia les perjudicó y equipos como Omega, BMC y Astana, que salieron hora y media más tarde, no llegaron a mojarse. Por eso Nairo Quintana y Joaquim Rodríguez resultaron perjudicados. Además el equipo navarro perdió pronto a Igor Antón y luego a uno de los hombres fuertes para la crono, Jonathan Castroviejo, por el esfuerzo que realizó para tapar un hueco que se había abierto en el equipo.

Por eso el conjunto navarro daba casi por bueno el resultado de la crono, porque Eusebio Unzue ordenó a sus corredores que no arriesgaran en el tramo más peligroso de bajada. Nadie lo hizo. De hecho, Omega y BMC llegaron a recortar la distancia con el Orica en los últimos kilómetros al correr sin lluvia, pero sin llegar a discutir su victoria.

Las peores expectativas

No solo se cumplió el pronóstico que apuntaba a Orica como favorito y a Joaquim Rodríguez como gran derrotado de la crono colectiva. También se confirmaron los temores a que, por la lluvia y por el estado de las carreteras irlandesas, alguno de los favoritos no llegara a Italia.

La desgracia se cebó con el Garmin. Haas se cayó al no controlar su bicicleta cuando se encontró con una alcantarilla en una recta y no pudieron evitar la caída los tres corredores que iban detrás de él: Koldo Fernández de Larrea, el ex de Caja Rural André Cardoso y uno de sus líderes, Dan Martin. El otro, el ganador del Giro 2012 Ryder Hesjedal, perdió 3.26.

Todo el equipo se paró a la espera de conocer el estado del irlandés y solo arrancó cuando Bingen Fernández se lo ordenó al ver que no podía seguir en carrera con una posible fractura de clavícula. También Koldo Fernández de Larrea acabó muy tocado, fue el último de la etapa a más de diez minutos, y será difícil que pueda tomar hoy la salida en la segunda etapa.

El caso de Dan Martin es especialmente doloroso porque se había preparado para intentar repetir victoria en Lieja y para brillar en un Giro que comenzaba en su Irlanda y se cayó en la última curva de la Decana y en la primera etapa en su tierra.

Muchos equipos habían trasmitido sus temores por el peligro que tenía la salida del Giro en un país en el que la lluvia forma parte de su esencia y daban por hecho que algunos favoritos no llegarían a Italia y todavía quedan dos etapas, en las que también se anuncia lluvia.

La segunda jornada se disputa hoy entre Belfast y Dublín y puede haber cambio de líder porque hay bonificaciones en la meta y en los sprints intermedios. Se espera una llegada masiva y la victoria de Kittel.