11 JUIN 2014 TXOKOTIK Ruleta, polos y una cadena que continúa Ariane Kamio Kazetaria Ver las imágenes de la cadena humana que el pasado domingo unió los 123 kilómetros que separan Durango e Iruñea fue una dosis de éxtasis para todos. Para todos los que desean ver a un pueblo decidir libremente su futuro. Apoyar el derecho a decidir, no obstante, conlleva reconocer la existencia de un amplio número de ciudadanos que desea formar un Estado independiente. Y eso deja fuera de juego todavía a bastantes ciudadanos. El pasado domingo hubo una clara foto. La imagen de un pueblo que tomó el asfalto para ser dueño de su propio destino. 150.000 personas. Se dice fácil. Reconozco que en sus meses iniciales he visto la iniciativa de forma un tanto escéptica. Como un motor que no terminaba de calentarse, con ganas de arrancar, pero con la palanca de cambios aún en punto muerto. Errare humanum est. Y es verdad. Esta máquina ya ha echado a andar, y parece que el tanque de gasolina lo lleva lleno hasta arriba. Lo que en un principio parecía una dinámica a medio gas y con objetivos complicados de alcanzar (50.000 participantes) ha asentado su base con un arranque más que digno, excepcional diría yo, que recorre los primeros kilómetros en el camino que debería culminar en el derecho a decidir de todos y cada uno de los ciudadanos de Euskal Herria. Ya lo decía Anjel Oiarbide. «Aquí no sobra nadie. El derecho a decidir nos corresponde a todos». Y razón no le falta, aunque más difícil que movilizar a 150.000 personas será incorporar a esta ruleta a todas esas personas que permanecen impasibles ante un clamor mayoritario de la ciudadanía. Hemos oído decir muchas veces que parece que vivimos en mundos diferentes. Y es verdad. Pero el domingo pasado fuimos testigos de la unión ente diferentes planetas, que como consecuencia suscitó también la ilusión entre los asistentes. Comienzan a entrelazarse los primeros eslabones de nuestro nexo de unión que, a pesar de que históricamente hayamos sido polos opuestos, como en el amor, en esto también terminan atrayéndose. La cadena continúa. [@arianekamio]