18 JUIL. 2014 CRíTICA: «El abuelo que saltó por la ventana y se largó» La película se hace tan larga como el propio título Mikel INSAUSTI Zinema kritikaria La comedia no es el fuerte del cine nórdico y nunca lo ha sido. Más allá del humor negro y fríamente irónico de un Kaurismäki, dudo mucho que me haya llegado a reír con ganas viendo una película de dicha procedencia. Tampoco es que tengan que estar condenados a perpetuar los dramas de Bergman o de Dreyer, pero creo que en la serie negra habían encontrado un género actual que se adapta bien a su idiosincrasia. Entiendo asimismo que toda expresión genérica lleva implícita su parodia como contrapartida, y algo de eso hay en «El abuelo que saltó por la ventana y se largó», tanto en el éxito editorial previo como en su versión cinematográfica. La realización de Felix Herngren quiere tener un ritmo vivo y alocado, pero aun así se hace larga y aburrida. Hay tiempos muertos que lastran la acción, sin que los gags lleguen a encadenarse lo suficiente para hacer avanzar la narración con la fluidez deseada. Pero el mayor problema se encuentra en los relatos paralelos entre el presente y el pasado, con una sobreabundancia de flash-backs que desvían la atención. Por no hablar del consabido problema del maquillaje, siempre molesto a la hora de describir la evolución del protagonista; y no olvidemos que Robert Gustaffson aparece inicialmente caracterizado como un hombre centenario, para luego mostrarse en las diferentes etapas de su vida. Como hilo conductor únicamente funciona bien la afición del tal Allan Karlsson por los explosivos, dado que las detonaciones de todo tipo constituyen una constante en su biografía inventada, por lo demás mucho menos original de lo que pretende, sobre todo si se la compara con «Forrest Gump». Su personalidad infantil es trasladada a la propia comicidad de la película, y hay varios pasajes que recuerdan a las aventuras exóticas de la serie televisiva sueca «Pippi Langstrumpf», especialmente los relacionados con el elefante circense. Tal vez no nos sorprenda tanto su crónica viajera a través del tiempo, por nuestra situación intermedia entre el norte y el sur.