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Vamos a darle la vuelta

Es la prepotencia de la total falta de escrúpulos. El terrorismo, el puro terror del poder que se cree inmune e impune, presentado ni más ni menos que como contención del terrorismo. Es la falacia de la lucha contra el terrorismo Vuelven a equivocarse en sus cálculos políticos. Sencillamente porque los partidos del sistema solo saben funcionar con dinero, es su único lubricante. Sin embargo, nuestra fuerza radica en la militancia, en nuestra inserción popular


Ha sido un sopapo en toda regla. Veinte militantes condenados a penas de cárcel y el descarado decomiso de 111 sociedades socio-culturales construidas y mantenidas con gran esfuerzo militante han producido enfado e indignación generalizada. Produce rabia y enfado tanta venganza e injusticia en nombre de la democracia.

Una vez más gana el sector más rancio, ultra y antidemocrático del reino de España. ¿Que la sentencia no se ajusta a legalidad? Se vende como tal por medio de una campaña publicitaria perfectamente medida y orquestada. ¿Que es una injusticia? Todo vale porque hay jueces dispuestos a disfrazar de derecho sus decisiones aduciendo «razones de Estado» o con la manida excusa de «todo es ETA». ¿Que es impresentable en Europa? Se gana tiempo para hacer creer a la opinión pública de España que son los vencedores. Y como prueba irrefutable presentan el botín de los vencidos: el patrimonio de miles de militantes. Propaganda para ocultar la realidad.

Mucha gente sencilla se pregunta: ¿Cómo es posible tanta desfachatez e impunidad? Ciertamente, desde una perspectiva democrática resulta imposible entender. Sin embargo, semejante desmán es posible porque en el Estado español la democracia esta secuestrada por un sector ultra conformado por la Policía (especialmente la Guardia Civil), jueces razonablemente sospechosos de ser serviles al partido de turno en el Gobierno, un sector de prensa que cubre la parcela de configurar la opinión pública en función de los intereses ideológico-económicos de la gran banca y de las multinacionales, y una clase política sumisa a los intereses de los sectores mencionados a cambio de prebendas económicas, cuyo reflejo más claro es el alto grado de corrupción que se conoce de manera pública y notoria.

Pero este nuevo hachazo no nos debe llevar al desánimo o al desaliento «no hay nada que hacer con esta gente». Les vamos a devolver política y socialmente uno a uno cada sopapo que nos propinan. Nadie nos va a evitar el sufrimiento que propicia tanta injusticia, pero debemos estar seguros de que vamos a dar la vuelta al tema. Les estamos ganando políticamente. Nuestro proyecto esta cada vez más reforzado y en Euskal Herria se esta configurando una alternativa real y posible. Esa es la preocupación principal del Estado y la derecha vasca.

Con el comiso de las «herrikos» persiguen, por una parte, criminalizar nuestra imagen y disminuir nuestra presencia activa en la sociedad. Pero van a conseguir todo lo contrario. Conscientes de las importantes raíces populares de las sociedades que pretenden decomisar, y para evitar una respuesta masiva y contundente, han publicado la sentencia justo al comienzo de las vacaciones. Ni por esas. El otoño está a la vuelta de la esquina y es seguro que pueblo a pueblo y barrio a barrio vamos a conocer una reactivación de la actividad cultural y social de las «herrikos» en forma de actos festivos, reivindicativos o solidarios. La rabia y la indignación las vamos a encauzar en una activa movilización ciudadana.

Por otra parte, quieren disminuir nuestra presencia institucional inhabilitando a personas con una amplia trayectoria política o manteniéndolos en la cárcel, como a los de Bateragune y personas de la talla de Otegi. Con ello nos hacen daño, es evidente. Pero nuevas compañeras y compañeros dan un paso al frente y volveremos a darles un gran susto en las próximas elecciones municipales y forales. Hay personas preparadas y dispuestas a cubrir también esa franja de lucha. Al Estado le preocupa sobremanera, y de ahí este nuevo hachazo. ¿Pero no se dan cuenta de que llevan muchos años machacando a la izquierda abertzale y, sin embargo, nuestra credibilidad va en aumento? Sin chulería ni prepotencia, pero tenemos motivos para estar orgullosos de nuestra militancia. Orgullosos pero al mismo tiempo autocríticos y exigentes.

Nos quieren ahogar económicamente expoliando nuestro patrimonio. Pero no van a conseguir su objetivo. Ni van a conseguir expoliarnos, porque no tienen ningún fundamento jurídico y sentencias posteriores van a revocar la actual, ni nos van a ahogar económicamente. Duele que los mismos jueces-políticos nos condenen de manera tan injusta. Indigna que los mismos que han regalado más de 50.000 millones de euros públicos a la banca, los que reciben dobles sobres con «impuesto» exigido a las empresas por adjudicar obras públicas, los que cobran sueldos millonarios por ejercer la política... intenten también robarnos el patrimonio conseguido con el esfuerzo y el sudor popular. Pero no nos desaniman, les vamos a ganar esta batalla.

Vuelven a equivocarse en sus cálculos políticos. Sencillamente porque los partidos del sistema solo saben funcionar con dinero, es su único lubricante. Sin embargo, nuestra fuerza radica en la militancia, en nuestra inserción popular. Históricamente hemos superado el boicot y todo tipo de expolio económico. Una vez más le daremos la vuelta.