25 AOûT 2014 RUGIDOS ROJIBLANCOS Lo bueno y lo malo conocido Eñaut BARANDIARAN El Athletic no tiene, ni se le adivina, plan B. O bien, al contrario de lo que muchos ilusos creíamos, no lo necesita, o puede que simplemente los dobles no se parezcan tanto a los actores principales como su entrenador quisiera, por expresarlo de una manera sutil. Tras una semana elucubrando en los medios sobre si habría o no revolución en Málaga -estaría bien conocer si cuando alimentaban esa posibilidad, que a posteriori se ha revelado absolutamente inexistente en las intenciones de Valverde, esos periodistas estaban informando, o directamente opinando- todo quedó en un intercambio de cromos en el lateral derecho. En la plantilla rojiblanca, a tenor de lo visto hasta ahora, no ha habido un solo ascenso, a excepción hecha del aterrizaje, forzoso hasta el momento, de Beñat en el lugar del fugado Herrera. El resto, en lo que al grueso del plantel se refiere (y obviando a las incógnitas de la cantera), parece estar donde estaba, e incluso, en algunos casos bastante llamativos, en una situación mucho más incómoda respecto a la que gozaban hace apenas dos meses. Especialmente preocupante resulta el caso de la delantera, donde entre el titular y el resto parece mediar un abismo: al ocaso anunciado y sostenido en el tiempo de un Toquero al que solo el peso de su contrato mantiene en Bilbao, se une la hasta ahora complicada adaptación de Borja Viguera a la planta noble del fútbol de élite, y el repentino ostracismo de Kike Sola. A este último se le fichó, en teoría, para ser el puente de plata entre el ocaso de Aritz y la llegada y advenimiento de esa brutal hornada de delanteros que forman Guillermo, Williams, Larrayoz y Villalibre (a lo mejor me dejo alguno), pero un año y muchas lesiones después, parece que su futuro, por el momento, no pasa por San Mamés. Determinar si ha tenido oportunidades suficientes o no parece un ejercicio baldío, en tanto en cuanto los entrenadores suelen esperar que su paciencia les dé réditos, y no parece el caso. Como decía Groucho Marx, solo lo barato no resulta caro. Y para el Athletic, añado, lo barato no existe en el mercado. Está por ver si entre la eficacia de Aduriz, la bisoñez y las ganas del binomio Guillermo-Viguera y la indispensable aportación de los jugadores de segunda línea es suficiente para afrontar una temporada tan exigente. Hasta la fecha, y aunque dos partidos oficiales no sean más que el aperitivo, parece que en el Athletic prima lo bueno, y lo malo, conocido; el resto sigue estando en la categoría de meritorio.