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ATHLETIC Derrota en el Camp Nou

Una cuestión de tiempo

El Athletic mantuvo el tipo mientras duró la inspiración de Gorka Iraizoz y el físico de sus compañeros pero acabó sucumbiendo.


BARCELONA 2

ATHLETIC 0

El trabajo es imprescindible pero no definitivo. Lo comprobó el Athletic en el Camp Nou donde cayó con justicia pese a no haberle sobrado una sola gota de gasolina. Se la dejó toda sobre el césped. Pero el depósito no le alcanzó para los noventa minutos y el conjunto rojiblanco acabó hincando la rodilla. Otra vez y ya van once consecutivas en el estadio blaugrana.

Ese, el escenario, fue precisamente el factor definitivo, el que provocó que el esfuerzo, y también el planteamiento, de los vizcainos no obtuvieran la más mínima recompensa. Porque lo que funciona contra otros no necesariamente debe hacerlo, y de hecho pocas veces lo hace, frente a un equipo como el Barcelona. Que estuvo a la altura de su rival en entrega y además le añadió sus 500 millones de presupuesto. Es decir, la calidad de unos futbolistas capaces de brillar y decidir casi en cualquier circunstancia.

No se arredró el Athletic ante lo obvio y planteó el encuentro como acostumbra, mirando a su rival a los ojos. Intentó presionar arriba, buscando el error, o al menos las dudas de los catalanes. Pero pocas veces, casi nunca, le salió bien. El Barcelona apenas mostró fisuras, no perdió el balón, se lo ató al pie -llegó al descanso con un 66% de posesión- y además fue muy capaz de mantenerlo en todo momento en las inmediaciones del área de Gorka Iraizoz. El guardameta hizo un gran partido, con media docena de intervenciones de mucho mérito, pero no pudo evitar lo que pronto pareció una cuestión de tiempo. Porque, por mucho lugar que haya que dejar a la sorpresa, el empate no tardó en parecer el mejor resultado al que podía aspirar un Athletic con escasísima presencia en ataque. Y, con el Barcelona asomándose al área por oleadas, tampoco se presentaba una tarea sencilla. Era cuestión de tiempo que se agotasen las fuerzas o, también como consecuencia de ello, apareciese el primer error, que rara vez desaprovechan los futbolistas blaugranas.

Del intercambio al monólogo

Solo en los primeros diez minutos de partido pareció el Athletic -con Gurpegi y Susaeta de vuelta en el once- haber dado con la fórmula para acabar con la imbatibilidad de su anfitrión, que no había encajado un solo gol en las dos primeras jornadas. Al menos consiguió que algún corazón se acelerase, con un balón de Muniain que chutó Beñat y despejó Bravo y un pase en profundidad para Susaeta, cuya asistencia no llegó a rematar Aduriz. Pero para entonces también el Barcelona había dado los primeros avisos. Con protagonismo especial para el hombre de moda, Munir, que abrió las hostilidades con un quiebro en el vértice del área que se marchó fuera o, de inmediato, combinando en un rápido contragolpe con Messi y Pedro para que el canario forzara la primera gran parada de Iraizoz.

El intercambio de golpes fue degenerando en monólogo con el transcurso de los minutos. Y aunque los rojiblancos fueron todavía capaces de dar señales de vida en ataque -sobre todo con una buena llegada al área de Iturraspe, que acabó rematando centrado y sin excesiva fuerza-, la dinámica del encuentro les forzó en concentrar prácticamente todos sus esfuerzos en proteger su portería. No lo hicieron mal. Con los niveles de posesión del Barcelona y su mirada clavada constantemente en el área, el equipo vizcaino logró que, al menos, solo una pequeña parte de las llegadas al área acabaran con remate. Y las que lo hicieron se encontraron con Iraizoz, principal artífice de que el Athletic llegara vivo al descanso. Lo hizo de milagro porque los últimos minutos del primer tiempo fueron también los de mayor intensidad en el vendaval ofensivo de la escuadra culé, que disfrutó de hasta tres ocasiones consecutivas en los momentos previos al descanso. Un centro de Messi que Balenziaga despejó junto a la línea de gol con Pedro esperando para remachar y sendas paradas de Iraizoz ante remates, comprometidos, de Rakitic y, cómo no, Munir.

Pero el primer tiempo acabó y el Athletic seguía en pie. Y el esfuerzo y el fortísimo calor de Barcelona no solo actuaban en su contra. Así que los rojiblancos regresaron al terreno de juego con la esperanza de que a su anfitrión tampoco le quedara más remedio que relajar el ritmo. No tuvo suerte. El Barcelona aguantó lo suficiente para mantener el partido de su lado y, cuando pareció que podía empezar a flojear, aprovechó uno de los escasos errores del Athletic para sentenciar. Podía haberlo hecho antes. Porque nada más comenzar la segunda parte, otro despiste de los rojiblancos, demasiado tranquilos ante la presteza de su rival para sacar una falta, acabó con Munir rematando al fondo de la red... Y con Fernández Borbalán anulando el tanto por ajustadísimo fuera de juego del delantero.

Después volvió a tocarle a Iraizoz salvar los muebles. Y poco a poco empezó a parecer que quizá Claudio Bravo también pudiera tener un poco de trabajo. Un contragolpe de Muniain, el más activo de los atacantes rojiblancos, que Aduriz, que se durmió en el área, no pudo aprovechar, recordó que el Athletic seguía ahí. Y el propio futbolista navarro volvió a insistir poco después con otro contragolpe que acabó abortando Mathieu junto a la portería.

Pero el acierto, y también el error, llegaron en el otro lado. Un mal balón de Laporte lo convirtió Messi en una asistencia para Neymar, que se plantó solo ante Iraizoz para rematar cruzado el 1-0. Solo quedaban diez minutos por delante y, con el Athletic fundido, ya solo podía pasar lo que acabó pasando, que llegara la puntilla. Cinco minutos después y con los mismos protagonistas. Carrera hasta la línea de fondo de Messi, pase atrás y remate de Neymar para acabar definitivamente, y por undécima temporada consecutiva, con las ilusiones de un Athletic que, con el Shakhtar llamando a la puerta, no tendrá demasiado tiempo para lamerse las heridas.

Una «diferencia clara» entre los dos equipos

No hubo peros a la derrota por parte rojiblanca. El Athletic hizo todo lo que pudo pero el Barcelona fue mejor y acertó en el momento justo.

Solo lamentaba Ernesto Valverde que, después de haber aguantado el primer tiempo, «según iba avanzando el partido pensábamos que podíamos sacar algo positivo. Pero cuando nosotros estábamos mejor, llevando por momentos el control del juego porque ellos también habían empezado a bajar la presión, nos han hecho el gol». Asumía el técnico rojiblanco que «nos lo podían haber hecho antes porque con la calidad que tienen es difícil contrarrestarles. Hemos intentado apretarles y hacerles la presión más alta pero cuando la salvaban nos hacían peligro. Y tampoco podíamos mantener esa presión los noventa minutos porque con el calor que hacía era imposible, para ellos y para nosotros».

En cualquier caso, Valverde aseguró no tener «nada que reprochar» a sus futbolistas. «Sabemos que venir al Camp Nou y competir con ellos es complicado. Hay una diferencia entre ellos y nosotros que es clara. Y a veces la suplimos corriendo más, apretando más, estando más juntos... Nuestra intención ha sido poder desgastarles, que el partido entrara en una dinámica determinada que nos favoreciera a nosotros... Pero eso no lo puedes conseguir noventa minutos contra el Barcelona y menos aquí». Al Athletic, además, le faltó llegar más a la portería contraria. «Esta vez nos ha costado más», admitió su entrenador, para el que también faltó otro ingrediente imprescindible. Y es que es complicado rascar ante equipos como el Barcelona si no tienen un mal día. «Siempre tienes que contar con que ellos no estén acertados porque en estos campos tienes que contar en que ellos van a tener ocasiones y confías en que tu portero y tu defensa las puedan sacar. Y tienes que intentar llegar a su portería para intentar generarles cierta incertidumbre. Y nosotros no hemos llegado tanto como nos hubiese gustado», reconoció.

Confía, por otro lado, Valverde en que el partido no pase factura de cara a la cita europea. «Tenemos cuatro días de margen», recordó. «Lo que me preocupa -subrayó- es que tengamos tres puntos después de tres partidos porque la Liga se hace dura. Y aparte del partido del miércoles, que se lleva muchas estrellas, tenemos el del Granada, Rayo, etcétera, en los que tenemos que sumar». GARA