24 SEPT. 2014 62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA «La voz en off»: La caja de los truenos que ya estaba abierta Las relaciones familiares siempre vienen siendo complicadas, no es ninguna novedad. Al igual que en cada casa se cuecen habas, cada hogar también se trae lo suyo. «La voz en off» es la historia de lo que acontece en una familia de la ciudad chilena de Valdivia. Una hija separada con dos hijos y su hermana recién llegada de París se enfrentan a una nueva situación: su padre decide abandonar a su madre y destapará varios secretos bien guardados. Si alguna vez se habla más de lo debido sobre una tercera persona, seguro que alguien se apresura a llamar la atención y a tirar del viejo refranero. «En todas las casas se cuecen habas». Y es verdad. Aquí no se libra ni Dios. Y tampoco se libra nadie en «La voz en off», película a concurso dirigida por Cristián Jiménez. Cada cuál tiene su por qué y, al formar la unidad familiar, comienzan a aflorar los problemas que han existido durante años anteriores. Sofía acaba de separarse y se muda a casa de sus padres con sus dos hijos. Poco después regresa su hermana desde París, y junto a ella también viajan su pareja y su hijo de seis meses. Así da comienzo Jiménez a la película, con el parto de la hermana, con episiotomía incluida. En el mismo hogar conviven los padres, las dos hijas con sus respectivos y la abuela. Todo parece normal hasta que el patriarca informa a Sofía de que «seguirá su ejemplo» y abandonará a su madre tras 35 años de matrimonio. La separación de ambos sumirá a la madre en una depresión y no decaerá su esperanza de volver a entrar por la puerta al que hasta el momento era su marido. La decisión, sin embargo, suscitará las sospechas más profundas en sus hijas, y pronto se darán cuenta de que su padre ha guardado varios secretos bajo un silencio sepulcral. «Me interesaba trabajar sobre las relaciones interiores de una familia y los conflictos entre diferentes generaciones. Más que la comunicación o los diferentes códigos que puedan emplear, fui hacia los secretos, donde cobran más protagonismo», explicó Jiménez en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por las dos actrices principales y responsables de producción. A su juicio, «no enfrentarse a un problema tiene que ver con no nombrarlo. Siempre hay alguien que empuja la situación hacia una zona que se llama silencio», dijo. Es así que la presencia de los silencios se va cobrando mayor protagonismo. Según el director, muchas de las escenas están inspiradas en «vagos recuerdos infantiles» e introduce dos figuras infantiles para dar «más realismo» a la historia. Sobre la financiación, Jiménez fue claro. «Es muy complicado lograr financiación económica en Chile. Conseguimos antes el dinero en otros países del extranjero», como es el caso del Estado francés. HACIA EL SILENCIO. «No enfrentarse a un problema tiene que ver con no nombrarlo. Siempre hay alguien que empuja la situación hacia una zona que se llama silenció», explicó el director de la película Cristián Jiménez.