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Aduriz es seria duda para mañana por una lesión muscular

Valverde se defiende

El técnico espolea a los suyos para no dar más argumentos a quienes critican su juego, niega que haya bajón físico o falta de actitud y sostiene que su equipo está preparado para plantar batalla en el Bernabéu.


Es indudable que a Ernesto Valverde, como al que más, aun le duele en el alma la borrosa imagen dada por su equipo en Borisov. «Yo estaba mal, pero no por perder, sino porque dimos muy mala sensación cuando era una gran oportunidad». Y es que al técnico rojiblanco le dolió sobremanera que «no se plantó cara a una situación» cuando era el día indicado tras lo cuestionado que estaba el grupo después de perder en Vallecas y haber empatado ante el Eibar. «Si te entregas les das razones a los que no la tienen», fue una de las dos andanadas que lanzó a quienes han dudado de los suyos. «El partido del otro día fue como entregar la cuchara a los que critican», dejó caer con cierto resquemor después de asegurar minutos antes que esas mismas críticas no sabe cómo han sido, «si muchas, si excesivas unas y otras no, no lo sé, cuando las recibes por cómo has jugado contra el Rayo o Eibar puedes pensar de una manera, pero en un partido como el otro día tienen que asumirlas». Txingurri esperaba de sus hombres un paso adelante ante el BATE sobre todo para salir al paso de esas reprobaciones, y se encontró con lo contrario. ¿Por qué? Eso se queda dentro del vestuario.

El entrenador gasteiztarra discrepa de que la «crisis» -volvió a pronunciar la bicha-, la «situación difícil en la que estamos», lo moderó, tenga que ver con un bajón físico. «La falta de intensidad del otro día no tiene que ver con eso. Tiene que ver más con la velocidad, la rapidez en las disputas, con cuándo ir a la presión...». Y añadió: «Todos sabemos las virtudes que ha tenido este equipo el año pasado y hasta hace quince días. Pues ahora nos ha faltado alguna de esas cosas». Es más, achacó a razones tácticas el que al equipo se le vea más lento en su juego. «No me planteo muchos cambios en cuanto al sistema o la forma de jugar por un partido, lo que pasa es que a veces jugamos muy encima del rival y nos estamos exponiendo mucho, ellos esperan nuestro pase interior para cortar y salir a la contra, eso nos condiciona. Hay que intentar no ahogarnos nosotros en nuestras posiciones, pero no es una cuestión de jugadores».

Nada de cambio de sistema, advirtió, al tiempo que restó la trascendencia que se le da a los vaivenes de la mediapunta. «Han pasado muchos por ahí, pero de diez partidos, en ocho han jugado en la medular Iturraspe, Rico y Beñat, y a veces se intercambian Rico y Beñat, pero como el año pasado Rico y Herrera. Sí es verdad que ha habido más cambios durante los partidos, pero eso depende de cómo vayan».

A partir de aquí, Valverde hizo una reflexión en voz alta sobre por dónde pasa la recuperación una vez que «la plantilla está mentalizada y concienciada». A su juicio, «la pregunta no es qué nos pasa, sino qué somos. Somos un equipo normal que si lo hacemos bien somos buenos y si lo hacemos muy bien podemos hacer algo extraordinario como el año pasado, que fue muy díficil, pero si no lo hacemos bien somos un equipo flojo. Tenemos que conseguir que prevalezacan más las virtudes que los defectos». Y si en algo confía, enfatizó, es en que ante situaciones muy adversas o malos momentos, «el equipo siempre ha reaccionado». Excepto en Borisov.

Que no vuelva a pasar lo de Bielorrusia ni el propio Valverde es capaz de descartarlo, aunque sí matiza que «dudo mucho que en los próximos partidos se repita porque somos muy conscientes del problema». El primer test y más que serio es este domingo en el Bernabéu, uno de esos campos imposibles para los leones desde hace años. «¡Claro que estamos preparados para ir!», exclamó a primeras de cambio. «Es difícil, pero una oportunidad en muchos sentidos. No solo en los puntos, que es lo que vamos a intentar sacar, también de la sensación que tenemos que dar, de encontarnos con nosotros mismos y volver a lo que hemos sido hace muy poco tiempo».

El técnico rojiblanco quiso lanzar un mensaje de moderado optimismo, no hurgar más en la llaga y mirar adelante. «Por preferencia, queremos ganar en el Bernabéu; después, si no conseguir un punto; y si perdemos, al menos competir. Lo peor es cuando te despachan, la sensación de que no te ganan. El Barcelona nos ganó porque fue mejor, pero no es llegar allí y tú no competir», valoró.

Competir en Chamartín es lo que quiere un Athletic que ayer se entrenó con algún percance nada desdeñable. Aduriz -la UEFA ha elegido su gol entre los cinco mejores de la jornada de Champions- se retiró con «molestias localizadas en la musculatura adductora de su pierna derecha», según el parte médico, una «lesión leve» que perfectamente le puede dejar mañana fuera del partido. En tanto, Muniain no salió por problemas con una tortícolis y dependerá también de su evoliución. Más fácil la presencia del navarro, la ausencia del donostiarra será un serio hándicap para Valverde, su máximo artillero -cinco de los ocho goles han sido suyos este curso-, su única punta de referencia; los boletos se abrirán para Guillermo o Viguera.