El Alavés fue a la guerra y la perdió

ALAVÉS 1

ALCORCÓN 1

«Sabíamos cómo son, pegan cada vez que van al choque», reconocía a la finalización del partido el capitán blanquiazul Manu García, y aun así, el Alavés se vio superado por un Alcorcón duro como una roca, que en cada disputa jugaba al límite del reglamento, que llevó siempre el partido a su terreno, pero que no esconde las limitaciones de un Glorioso que nunca pudo con su rival, ni con el enorme apoyo de su afición, ni con uno más durante casi 60 minutos, ni con ventaja en el marcador, ni con un penalti a favor en tiempo de descuento. No tiene disculpa el equipo babazorro, que no solo se vio incapaz de superar siempre la telaraña de acero madrileña, sino que incluso vio como el contrario contó con más y mejores ocasiones.

Alberto López -que habló luego de «nivel de dureza» y hasta de «violencia»- preparó a su equipo para la guerra, con novedades en el once inicial como la ausencia de Manu García, y terminó perdiéndola. Sí, porque el empate sabe a derrota no por el juego desplegado, sino por no haber sabido competir contra un Alcorcón que se lleva un merecido punto de Mendizorrotza. Bravo, corajudo, sin dejar prisioneros en cada pelea por el balón -Rafa García fue sacado en camilla tras un brutal e involuntario cabezazo con un rival-, aprovechando los numerosos errores de la medular alavesista por su enorme presión, el partido de la celebración del 90 aniversario del club no fue desde luego el mejor colofón.

Durante todo el sábado la familia albiazul recargó sentimientos, con infinidad de actividades y homenajes. Luego, se aprestó para una factible victoria ante un Alcorcón que no pasaba por su mejor momento. Pero desde el pitido inicial se vio que los alfareros no venían a sumarse a la fiesta.

Juego trabado, sin licencias, continuas faltas, interrupciones, todo `made in Alcorcón', donde ni siquiera la expulsión del lateral visitante Djene al minuto 28 mermó la bravura amarilla. Un Alavés inoperante, pero que la tuvo al poco en la bota de Manu Barreiro, estuvo a punto de irse por debajo al descanso tras una gran ocasión madrileña en el 44. Y como acabó la primera mitad, arrancó la segunda, con gran oportunidad visitante que no acertó en la portería de Manu. En el 54 entraron Sangalli y Despotovic, pero poco cambió la cosa. Lo hizo en una jugada aislada, en la que rozando el fuera de juego y quizá ayudado de la mano, Barreiro clavó el 0-1.

Ni eso asentó al Alavés. A falta de un cuarto de hora, nueva tortura alavesista para defender las jugadas a balón parado y empate. Y al poco autoexpulsión infantil de Sangalli por manotazo a un rival. Pudo el Alcorcón hasta sentenciar, pero la tuvo el Alavés en el 91, penalti sobre Manu Barreiro, dispara Despotovic y para Falcón. Justicia. Premio al antifútbol, castigo a la inoperancia. Esto es la Segunda.