Osasuna, a un punto del descenso tras perder la semana pasada ante el colista en Albacete, se la juega hoy en El Sadar ante un rival que no parece precisamente el más propicio para curarse las heridas: un Girona que comparte el liderato con el Las Palmas y que casi dobla en puntos al equipo navarro. La situación también ha dejado contra las cuerdas a Jan Urban, al que la gestora concedió un plazo de cinco partidos antes de viajar a Albacete y que esta misma semana ha recibido el respaldo del director deportivo Petar Vasiljevic y sus jugadores, lo que suele ser en muchas ocasiones la antesala del despido.

Mientras el futuro del club como entidad se está jugando estos días fuera de los terrenos de juego, el equipo afronta el reto de poner fin sobre el verde a la racha de tres encuentros consecutivos sin marcar -quién lo hubiera dicho a principios de temporada, cuando los goles llegaban como churros-, y de paso hacer olvidar la pésima imagen que los rojillos ofrecieron en el Carlos Belmonte.

La buena noticia es que Urban recupera para el partido de hoy a los lesionados Liassine Cadamuro y Mikel Merino, y a los sancionados Nikola Vujadinovic y Miguel Flaño. En el otro lado de la balanza, se mantiene la baja de Jon Echaide, que no ha superado sus problemas físicos.

En su rueda de prensa, el técnico polaco no quiso hablar de ningún ultimátum pero reconoció que «el jugador se defiende en el campo y el entrenador con sus resultados». Sobre la situación que atraviesa el equipo, se quedó con que «esta es la situación en la que el jugador y el entrenador aprenden mucho más, cuando hay dificultades y sabes sobreponerte», y pidió calma para el choque de hoy: «Han pasado muchas cosas esta semana y es muy importante no perder la cabeza. Yo no la voy a perder y espero que los jugadores también sean conscientes de ello».

El Girona, por su parte, pretende continuar en Iruñea con la dinámica de los dos últimos encuentros, pese a contar con las bajas de Eloi Amagat por sanción y David Juncà por lesión. Pablo Machín, que dejó finalmente fuera de la convocatoria a Carles Mas, David García y Gerard Bordas, destacó que Osasuna tiene «dos caras, una que es la de un equipo que puede ir perdiendo por dos goles de diferencia y otra, la del orgullo y la casta que siempre ha tenido en casa y que le permite marcar tres goles en pocos minutos y darle la vuelta al marcador, como sucedió el día del Betis».