15 DéC. 2014 CRíTICA: «Ouija» El actual cine de terror para adolescentes es una basura Mikel INSAUSTI Zinema kritikaria Para mi «Ouija» es la máxima expresión del callejón sin salida al que ha conducido la industria de Hollywood más miserable al cine de terror para adolescentes, ya que para producirla se han juntado el mayor de los despilfarradores con el tipo más calculador y agarrado dentro del género. El porqué de la unión entre Michael Bay y Jason Blum, entre el hombre de los millones y el de los centavos, se explica por una infalible estrategia comercial de la entente que forman el estudio cinematográfico Universal y la marca de juguetes Hasbro. Universal-Hasbro han ganado mucho dinero con la franquicia «Transformers», pero también lo perdieron cuando quisieron llevar a la gran pantalla el juego de mesa «Hundir la flota» con la fracasada superproducción «Battleship». Como quiera que Hasbro tiene los derechos de la tabla de espiritismo, Universal no estaba dispuesta a volver a perder un dolar en su adaptación, así que instó a Bay a asociarse con Blum a fin de trabajar con un presupuesto mínimo. Sólo en la taquilla de EEUU se han conseguido 50 millones de dólares de recaudación, disparando los beneficios con respecto a los apenas 5 millones invertidos. «Ouija» es una película tan rematadamente mala que a su lado el precedente de 1986 titulado «Witchboard» parece una obra maestra, porque al menos obedecía a un tratamiento del terror fantasmagórico menos infantil. El trabajo del guionista Stiles White, que debuta con «Ouija» en la realización, no es más que un corta-pega del esquema básico de un slasher ochentero. Para la generación anterior ya perdió totalmente su razón de ser desde el preciso momento en que el maestro Wes Craven se encargó de desmontar dicha repetitiva fórmula en la saga paródica «Scream». Por lo visto hay un relevo en la audiencia con menores que no soportan películas que asusten de verdad, a los que va dirigida esta versión descafeinada y jugueteril. Para un adulto resulta insoportable la presentación del reparto adolescente de turno, con unas interpretaciones de función teatral del colegio, a sabiendas de cuando y cómo van a ser eliminados.