La Real ha vivido su peor primera vuelta desde la temporada del descenso sin que la decisión de sustituir un entrenador por vez primera en plena temporada desde el año 2008 haya supuesto una solución para la gran mayoría de los problemas que trasmite el equipo.

La destitución de Jagoba Arrasate en la décima jornada con solo seis puntos llevó a la plantilla a reaccionar, pero la mejoría de los resultados y en defensa no ha sido suficiente para alejar la zona de peligro y el propio cambio ha agravado los problemas ofensivos.

El equipo ha sumado solo 19 puntos, pero lo peor no son los resultados, sino las sensaciones que trasmite tras el cambio de entrenador. El equipo juega a un estilo de fútbol diferente al que dominaba y, si ya en ataque se estaba mal, ahora ha empeorado mucho. En los ocho partidos de Liga que lleva Moyes como entrenador solo ha marcado siete tantos y tres de ellos al Elche por mediación de Vela, que ha metido seis de sus siete goles tras la destitución de Arrasate.

El único jugador diferente a Vela que ha marcado en los nueve partidos dirigidos por Moyes contra equipos de Primera, incluidos los dos de Copa con el Villarreal, ha sido Canales en Granada, en la única ocasión del partido. Además Jordi Alba marcó en propia meta el gol que valió la victoria ante el Barcelona en un partido en el que ningún realista remató a portería.

La Real ha marcado solo 19 goles, casi la mitad de la primera vuelta de la temporada pasada, en la que se lograron 36 en los primeros 18 partidos, a los que la Real llegó en quinta posición. A partir de ahí empezaron los cambios con la llegada de fichajes que no se han adaptado a la forma de jugar que tenía la Real y que tampoco son los adecuados para el juego directo de Moyes, que exige una velocidad y una capacidad física que no tienen sus jugadores ofensivos.

Un cambio de juego

La Real ha cambiado su fútbol. Al principio de temporada quería tener el balón, por eso Arrasate comenzó con Elustondo como central y Pardo como compañero de Markel en el doble pivote, y ha terminado con un juego directo sin tener los jugadores indicados para hacerlo.

Por eso el equipo está tan bajo en ataque que solo los goles de Vela y la mejoría en defensa, personificada en Iñigo Martínez, han permitido subir ligeramente en puntuación y en la clasificación, pero sin alejarse de la zona de peligro.

Las carencias ofensivas se notan especialmente en los desplazamientos. La Real es el equipo que menos puntos ha sumado fuera de casa junto al Espanyol (5), el único que no ha ganado y el segundo que menos goles ha marcado (5), solo por delante del Deportivo (4).

Esos números son peores porque la Real ha tenido un calendario fuera de casa asequible. Por Anoeta han pasado cinco de los siete primeros clasificados -curiosamente ha ganado a los tres más poderosos y solo un partido ante los otros dieciséis- y los blanquiazules han visitado a tres de los cuatro últimos, ante los que sumó empates.

Por todo eso y por la eliminación copera ante un Villarreal plagado de suplentes la permanencia se ha convertido en el principal objetivo para la segunda vuelta, pero no el único. La Real debe jugar mejor.