25 FéV. 2015 KRITIKA antzerkia Espacio con cuerpo Carlos GIL El espacio teatral vacío es una sensación de infinito, que cuando es utilizado con la sutileza que se hace en este espectáculo, provoca angustia cósmica, metafísica. Esa oscuridad claustral en donde aparece una sombra, una luz tenue, un cuerpo. Desnudo, que lucha en esa soledad con un espacio dibujado en la nada, completado en la retina de los espectadores, hasta provocar una síntesis química que metamorfosea el mismo acto teatral. Un espacio que se convierte en cuerpo. Un cuerpo que es vacío, gesto, plenitud de simbología, poemario inconcluso y que rompe, inusitadamente en breviario filosófico. No es una retórica del espacio y el tiempo, sino una concepción del pensamiento y la acción, de los posicionamientos previos que una vez se convierte en el acto ejecutado, adquiere ya otro valor, filosófico y teatral. De la conversión del vacío es una imagen que se repite o se proyecta en otro vacío más amplio, el del espectador que es otro cuerpo en estado de recolección de pensamientos concentrados, sensaciones, emociones congeladas y de actos rutinarios, que concluye con el discurso filosófico introductorio a toda introducción de la introducción de cualquier acto teatral concluyente. De la nada al todo. Y en camino de regreso o de ida, del vacío a la ocupación del cuerpo silente, hasta alcanzar otro nivel de comunicación con la palabra filosófica hecha cuerpo en el espacio alterado. Un cuerpo prestado por Sofía Asencio que es la cabeza creativa de esta propuesta dirigida por Tomás Aragay y que nos proporciona motivos más que sobrados para reflexionar sobre el arte teatral. Ficha. Obra: «La introducción a la introducción». Creación e interpretación: Sofía Asencio. Espacio escénico: CUBE. bz Dirección: Tomás Aragay. Producción: Societat Doctor Alonso. La Fundición, Bilbo, 22-02-15.