Renovarse y vivir, el basket continental camina a Berlín
Los conjuntos turcos y rusos parten con ventaja, por mucho que el Real Madrid sea el vigente campeón.
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La Euroliga 2015/16 arrancaba en la tarde de ayer, y lo hacía por todo lo alto: con la sorprendente victoria del Pinar Karsiyaka turco, vigente campeón de la Liga otomana, por 71-62 ante el Barcelona. Para más inri, un ex del Baskonia, Colton Iverson, se lucía en el estreno continental con 16 puntos y 8 rebotes. Para que luego digan que en la Euroliga siempre ganan los mismos.
Bueno, en realidad lo cierto es que en los últimos años siempre ganan los mismos, o casi los mismos. La Final Four de 2015 juntaba al CSKA de Moscú, Fenerbahçe, Real Madrid y Olympiacos, y en la finalísima madridistas y atenienses se veían las caras, exactamente igual que en 2013. Claro que con una diferencia, ya que los de Pablo Laso ponían fin a una sequía de títulos continentales que se remontaba desde 1995. Por eso, ¿por qué no se podría ver en Berlín entre el 13 y el 15 de mayo, un campeón de nuevo cuño?
Por ejemplo, turco. Tal vez que el Pinar Karsiyaka pasee su Ikurriña –sí, en efecto, su bandera es calcada y hasta en el BEC de Barakaldo se dejaron ver durante el Mundial 2014– por la élite del baloncesto continental suene a excesivo, pero lo cierto es que Fenerbahçe ya se coló ¡al fin! en una Final Four, y pese a que hayan perdido a Nemanja Bjelica, que ahora es miembro de los Minnesota Timberwolves, los Bogdanovic, Vesely, Hickman, Pero Antic... tienen talento de sobra para, a las órdenes de Zeljko Obradovic, dar los pasos que le hacen falta para campear en Europa. Si derrotaron a los Brooklyn Nets en los Estados Unidos, el basket europeo está perfectamente a su alcance.
O qué decir de Anadolu Efes. Los de Dusan Ivkovic pusieron contra las cuerdas a un Real Madrid que hoy rememora su título continental como si de un paseo se tratase. Pero de paseo, nada. Con un Heurtel cada vez más controlado –encadenado o desencadenado, según las órdenes de Ivkovic–, un Saric que, pasito a pasito, se acerca a la condición de estrella europea junto a un Çedi Osman que no va dando saltos hacia el estrellato continental. A eso súmenle Alex Tyus, que ya sabe lo que es ganar la Euroliga, Bryan Dunston, Jayson Granger, Derrick Brown o el júnior Furkan Korkmaz.
Y para los ratos libres, el Darusafaka Estambul. Milko Bjelica, Marcus Slaughter, Luke Harangody, Reggie Redding, todos ellos jugadores de nivel, dirigidos por un Oktay Mahmuti que querrá reverdecer sus laureles como «controlador» de partidos y que dará galones al «sobón» de Emir Preldzic, que cuando lo dejan a su aire –y tiene quien se sacrifique en defensa en su lugar–, lo más probable es que no gane nada, pero sí que dejará algún cadáver en la cuneta.
CSKA... o algún ruso
Cuando Vassilis Spanoulis clavaba sus canastas ganadoras en las semifinales de la pasada Final Four, Dimitris Itoudis se mesaba los cabellos en el banquillo, Andrei Kirilenko ponía cara de poker y Teodosic se preguntaba para qué sirven los galardones individuales si no se refrenda con un título europeo que el equipo del Ejército Rojo no se lleva a la boca desde 2008.
Pero la nueva temporada ha llegado y en el seno moscovita es como ver brotar la primavera. Un remozado Maccabi de Tel Aviv fue la primera víctima del cuadro ruso. Con Kirilenko retirado, Khryapa en proceso de prejubilación y el adiós de Sony Weems, los de Itoudis mostraban su candidatura con un triunfo por 100-69 con Teodosic, De Colo, Fridzon, Demetrius Nichols y Aaron Jackson llegando a los 10 puntos o más y ganando el rebote 46-27 a un Maccabi que, como no pudo dedicarle la victoria a Nate Huffman, MVP de la «Suproliga» de 2001, el día de su muerte a los 40 años. Los sentimentalismos no van con el CSKA.
Aunque los rusos tienen a sus propios enemigos en casa. El Lokomotiv Kuban mantiene a Delaney, Voronov y a Randolph, ha recuperado a Bykov, y se ha traído a gente como Draper, Claver o al inefable Kirilo Fesenko para, de la mano de Georgios Bartzokas, disfrazarse de tapado y liarse a dar sustos a sus rivales. No opta a nada, no tiene ninguna presión y tiene en su cara la misma condición de equipo pesado que, como poco, podría llegar al cruce de cuartos, como en su época con Pashutin.
Eso por no hablar del Khimki. ¿Habrá soñado Kurtinaitis alguna vez poder tener una línea exterior formada por Tyrese Rice –héroe del Maccabi campeón de 2014–, Alexey Shved –recién llegado de los Knicks a golpe de talonario, con sus 3,4 millones de euros al año–, Petteri Koponen y Zoran Dragic? Sergey Monya, Paul Davis o el ex de Bilbao Basket Marko Todorovic completan la primera línea de un equipazo que solo se diluye en comparación con equipazos en teoría mayores.
El crepúsculo de los dioses
Dimitris Diamantidis anunciaba hace escasas fechas que esta va a ser su última temporada en activo. Vassilis Spanoulis, después de volver a ser el rey de Europa en la semifinal ante CSKA de la Final Four de Madrid, envejecía 15 años de golpe en la finalísima ante el Real Madrid, por no mencionar lo avejentado que se le vio en el cruce de cuartos del pasado Eurobasket.
Es el fin de una era, y quizás el inicio de otra, pero desde luego que en Atenas –aunque igual están más atentos a otras cosas– las luces rojas de sus principales deidades baloncestísticas están empezando a parpadear. Cierto, el PAO ha fichado a Djordjevic para el banquillo, y tiene gente del talento de Raduljica, Gist, Calathes, Feldeine, Kuzmic o Papagianis –un pívot de 1997 de 2,17 metros–, mientras que Oly cuanta con Hackett, Patrick Young y un sinfín de subalternos creados para que «el genio de Larissa» se levante y decida. Pero ya tiene 33 años, y hasta los dioses envejecen.
Para dioses avejentados, Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández. La «Bomba» hace ya años que no aguanta el ritmo europeo y si no ha colgado aún las botas –y la camiseta del Palau– es porque 2016 es año olímpico. Y bueno, porque con 5 minutos tontos puede ganar una Final Four. Con todo, Samardo Samuels, Carlos Arroyo, Abrines, Lawal, Perperoglou... el Barça puede vivir sin Navarro... bueno, al menos Xavi Pascual, sí.
No está tan claro si el Real Madrid puede vivir sin Rudy. Tiene 30 años, pero su espalda ya ha de ir por los 60. Thompkins, Rodríguez, Llull, Carroll... Nocioni... Reyes... irán tirando y Rudy se tomará descansos para llegar a la hora de la verdad. ¿Pero seguro que llegará? Quizá su condición de «villano preferido» haga que aguante algo más.
Y, por si acaso, no nos olvidemos del Armani Milano de Gentil, del Bayern Munich de Svetislav Pesic, de Unicaja, del Maccabi del júnior Bender. Yo que ustedes, no me lo perdía.
Estreno baskonista, con Kangur, adonde cayó Bertans
El Mediolanum Forum de Milán será, a partir de las 20.45, el lugar de estreno de la Euroliga 2015/16 para Laboral Kutxa Baskonia. El Armani Milano, aunque haya cambiado casi por completo, es un viejo conocido; el lugar, por desgracia, también.
Por desgracia, porque fue en este mismo parqué donde cayó Davis Bertans, rompiéndose por segunda vez en su vida su rodilla, una lesión que se produjo por pura fatalidad, ya que se la hizo él solo. Aquel partido, además, siguió un guión que nadie quisiera ver repetido: un arranque fabuloso, con ventajas cercanas a la veintena de puntos, para acabar cayendo por 99-85.
Pero aquel 26 de marzo ya es historia y el exitoso inicio en la Liga ACB Endesa ha despertado un halo de optimismo ausente hasta la fecha en el seno baskonista, que además podrá contar con el estonio Kristjan Kangur, adquirido a última hora.
«Hay que empezar muy fuerte desde el principio», resumía Velimir Perasovic en la previa. Destacó el «poder físico» de la escuadra lombarda, «que tiene dos jugadores por posición y gente muy experimentada».
«Nadie quiere ser derrotista. Queremos dar la sorpresa y estar arriba, pero la realidad nos la darán los partidos. La competición nos pondrá en nuestro sitio», declaró. A. G.
Protagonistas
Bogdan BOGDANOVIC
Escolta del Fenerbahçe
“Vine al Fenerbahçe para ganar la Euroliga, y para ello haré en la cancha lo que sea necesario”
En la pretemporada, el serbio brilló sobremanera en el triunfo de Fenerbahçe ante los Brooklyn Nets. El «mejor joven» de la pasada Euroliga ya está listo para brillar por sí mismo y aspirar a todo.
Milos TEODOSIC
Base del CSKA de Moscú
“Los premios individuales están muy bien. Pero lo que deseo es conseguir el título con mi equipo”
Representa la doble cara del CSKA de Moscú como nadie: dominador en la temporada y señalado en los sonados tropiezos del equipo ruso. Elegido mejor base del año pasado, su tiempo es ahora.
Trey THOMPKINS
Ala-pívot del Real Madrid
“Desde que me uní al Real Madrid, vi una actitud positiva por ganarlo todo otra vez este año”
Llega de las filas del Nizhny Novgorod a un equipo en el que no le faltarán pasadores para que vuele, ni minutos debido a su polivalencia. Eso sí, lo más normal será verlo supeditado a los exteriores.
Dimitris DIAMANTIDIS
Base del Panathinaikos
“Este es mi último año. Quisiera retirarme ayudando a mi equipo a ganar títulos”
Ha sido el mejor defensor de Europa durante años, amén de un gran director y anotador en los momentos de la verdad. Con Djordjevic, buscará llevar al PAO a un título que se le resiste desde 2011.
Alessandro GENTILE
Escolta del Armani Milano
“Me quedo en Milán para recuperar lo que perdimos el año pasado. Ser además el capitán, me motiva más”
Los Rockets lo esperan el año que viene, así que el jugador franquicia del Armani Milano intentará despedirse de su casa llevando a la escuadra lombarda a lo más alto. Por no jugárselas no será.