INFO

Una Fiscalía algo desenfocada


En el auto con el que Pablo Llarena decidió mantener en prisión a Junqueras, Forn, Cuixart y Sànchez en diciembre de 2017 se puede leer hasta en tres ocasiones el nombre “Enfocats”. Se trata de un documento ya célebre, supuestamente encontrado en la casa del dirigente de ERC Josep Maria Jové en los registros del 20S, y en el que las acusaciones –entre las que cabe sumar a estas alturas al juez instructor– han basado sus tesis sobre la existencia de un comité estratégico del independentismo. Un supuesto ente secreto que dirigía todo. La cúpula del Procés, para entendernos.

Se trata de un documento que todos los acusados han asegurado desconocer, pero que además no se corresponde con la hoja de ruta llevada a cabo. Baste decir que en las 41 páginas del documento –un Power Point– ni siquiera se menciona la posibilidad de realizar un referéndum como el del 1 de octubre. Más bien, es una propuesta sobre qué hacer con los resultados del 27S ante la inminencia de una cuestión de confianza en el Parlament, lo que sitúa la redacción del documento en 2016, antes de setiembre.

Al final de este documento, cuya autoría no ha sido determinada, se habla de un «gobierno de transición» hacia la independencia que, evidentemente, nunca llegó a existir, y que trabajaría junto a un «comité estratégico» compuesto por el president, el vicepresidente, los grupos parlamentarios independentistas y los líderes de las entidades civiles, entre otros. Un caramelo para las acusaciones, a las que no parece importar que lo que relata el documento no se corresponda con lo que ocurrió en Catalunya en otoño de 2017.

Durante las siete sesiones del juicio, sin embargo, algo ha ocurrido con ‘‘Enfocats’’. La Fiscalía preguntó sobre él a la mayoría de los miembros del Govern, que negaron conocer su existencia. Por el contrario, “Enfocats” ni siquiera salió a colación en el interrogatorio a Jordi Sànchez, la semana pasada, pese a que fue mantenido en prisión, en parte, por aparecer en dicho documento. Ayer volvió a aparecer con Jordi Cuixart, pero de forma tan escurridiza y, si se permite el juego de palabras, tan desenfocada que difícilmente lo encontraremos hoy en ninguna crónica.

Todavía es pronto para las conclusiones. Si esta retirada paulatina del documento por parte de la Fiscalía se debe a que renuncia a él –un golpe a la acusación de rebelión– o si es una simple retirada táctica –para evitar su cuestionamiento por parte de los acusados– es algo que solo sabremos conforme avance el proceso. Pero no pierdan de vista ese nombre: ‘‘Enfocats’’. Lo que ocurra con él podría acabar resumiendo lo que ocurra con el juicio al 1-O.