El término municipal es una medida muy relativa en tiempos de coronavirus
La movilidad de la ciudadanía vasca está limitada, muy limitada, desde el pasado 15 de marzo en razón de la estrategia sanitaria seguida para frenar la epidemia del nuevo coronavirus. A partir del próximo lunes, 11 de mayo, en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa seguirá siendo muy reducida, pero no es lo mismo para quienes residen en Gasteiz que para quienes viven en Portugalete.
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Si hemos entendido bien a las distintas portavoces de las administraciones autonómicas y estatales que han explicado este sábado cuál es el escenario que se abrirá el lunes, entrar en la fase 1 del desconfinamiento no significa lo mismo en la CAV que en Nafarroa.
Al parecer, alguien que resida en Tutera podrá desplazarse a una hipotética segunda residencia en Baztan: unos 120 kilómetros por carretera. En cambio, si vive en Portugalete no podrá visitar a nadie en Sestao, aunque del centro de una localidad a la otra no haya ni kilómetro y medio de distancia.
La situación que están viviendo las dos localidades de Ezkerraldea refleja claramente que, a partir del próximo lunes, se puedan dar circunstancias muy diferentes dependiendo de dónde resida una ciudadana o ciudadano de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa por el simple hecho de que el “término municipal” no es un patrón de medida unificado.
Portugalete, con unos 45.000 habitantes, y Sestao, con más de 25.000, son dos de los municipios con menor extensión de Bizkaia: 3,20 kilómetros cuadrados y 3,50, respectivamente. Es decir, que dar un paseo sin salir del pueblo es prácticamente lo mismo que hacerlo en un límite de un kilómetro, como es obligado hasta este domingo para todos la gente, con la salvedad de hacer deporte.
Otro de los municipios de este herrialde con una notable población y un término menor de 10 km2 es Basauri, uno de los más castigados por la epidemia en nuestro país. Son más de 40.000 habitantes para 7,6 km2, y muchos de ellos muy empinados.
Entre Bizkaia y Gipuzkoa
En parecida situación se encuentra Ermua, con cerca de 15.000 residentes y 6,5 km2, reducida superficie en la que no solo hay viviendas, plazas y calles peatonales, sino también carreteras, vía de ferrocarril e, incluso, monte con fuertes pendientes.
Por ello, vecinas y vecinos de esta localidad no han podido hacer en las dos últimas semanas más de 500 metros seguidos sin encontrarse con un "control" en el que policías municipales les animaban a darse la vuelta porque no está permitido pasar al término de Mallabia, al de Zaldibar o al de Eibar.
Y esto, según el anuncio que ha hecho hoy Arantxa Tapia –consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras–, no va a cambiar mucho a partir del lunes. Porque la referencia a que entre Eibar y Ermua se podrá cruzar la muga provincial para realizar «actividades socioeconómicas ordinarias» no amplía mucho lo que está ocurriendo desde el primer día de entrada en vigor del decreto del Gobierno español que estableció el confinamiento.
«La relación de esas actuaciones será excepcional y de carácter socioeconómico. Cada uno se tiene que mover en su municipio. En la Fase 1 seguiremos viviendo con restricciones de movilidad y franjas horarias. Por ello, el movimiento entre municipios, solo en caso de necesidad», ha añadido Tapia.
En el esquema informativo divulgado por Lakua sobre la fase 1, se indica textualmente que solo se permite la «movilidad interterritorial entre municipios colindantes de tránsito habitual y actividades socioeconómicas ordinarias».
Desde el 15 de marzo, vecinas y vecinos de ambos municipios han venido pasando la muga diariamente para acudir a los puestos de trabajo presenciales que se han mantenido operativos u ocasionalmente para acudir desde Ermua, o desde Mallabia, a los centros de salud de Eibar o, en su caso, al Hospital de Mendaro.
Habrá que esperar al lunes para comprobar si las medidas de control del tránsito de personas entre Ermua y Eibar se relaja en alguna medida; por ejemplo, para ir de un pueblo al otro para hacer compras.
Por cierto, la villa armera, con más de 25.000 habitantes, tiene 24,78 km2, una extensión considerable si la comparamos con las mencionadas anteriormente. No obstante, su casco urbano –que no es sinónimo de término municipal– apenas supera los 3 kilómetros de largo entre sus dos puntos más distantes.
De Lanestosa hasta Baztan
De muga a muga, Lanestosa, en el límite con Cantabria, es el municipio más pequeño de Bizkaia, 1,31 km2 para menos de 300 personas empadronadas. Curiosamente, su vecino municipio de Karrantza, es el más grande del herrialde, con más de 137 km2 y unos 2.700 residentes.
Aun así, el gran valle vizcaino se queda pequeño comparándolo con el término municipal de Gasteiz, que se extiende por 276 kilómetros cuadrados. Es decir, que quienes vivan en el núcleo urbano de la capital alavesa, los más castigados por la epidemia en relación al número de casos por 1.000 habitantes, podrán caminar a sus anchas a partir del lunes y cansarse de andar antes de toparse con un mugarri.
En Gipuzkoa, Donostia, con 60 km2, es uno de los municipios más extensos, aunque queda lejos del mayor, que es Oñati, con 107 km2. Entre los más poblados, los que menos espacio tienen para pasear son Ordizia, 5,6 km2 para cerca de 10.000 residentes, y Lasarte-Oria, con 6 km2 para 18.000 personas.
En resumen, que los cerca de 8.000 vecinos de Atarrabia –el municipio más pequeño de Nafarroa con 1,06 km2– podrán disfrutar de los parajes de Baztan –el más grande con 373 km2–, pero los de Portugalete tendrán que esperar todavía para cruzar al otro lado de la Ría con destino a las playas de los términos municipales de Getxo o Sopela.