La adicción a las drogas duras se interpone entre una madre y una hija
4 DÍAS
EEUU. 2020. 100’ . TÍt. Orig.: ‘Four Good Days’. Dtor.: Rodrigo García. Guion: Rodrigo García y Eli Saslow. Prod.: Rodrigo García y Jon Avnet. Int.: Glenn Close, Mila Kunis, Stephen Root, Michael Hyatt, Rebecca Field, Joshua Leonard, Chad Lindberg.
Ahora mismo Rodrigo García está de regreso a Colombia para adaptar la novela de su padre Gabriel García Márquez ‘Cien años de soledad’ por encargo de Netflix. Antes de eso había rodado ‘Four Good Days’ (2020), un título más en su filmografía anglosajona dedicada por entero al estudio de la sicología femenina, ya sea individualmente o en grupo, y que ha dado películas como ‘Cosas que diría con solo mirarla’ (2000), ‘Nueve vidas’ (2005) o ‘Madres e hijas’ (2009).
Aquí vuelve a dirigir a Glenn Close, que fue la protagonista absoluta de ‘Albert Nobbs’ (2011). Pero el estilo de la realización recuerda más a sus trabajos televisivos, en especial a la series ‘En terapia’ (2008), ‘Christine’ (2012), ‘Blue’ (2012) o ‘Delirium’ (2014).
‘Four Good Days’ (2020) se presentó en el Festival de Sundance, donde fue recibida por la crítica especializada sin mucho entusiasmo. Tal vez debido a que se trata de uno de esos melodramas familiares sobre drogadicción que se basan en casos reales, concretamente en uno sacado de un artículo del ‘Washington Post’ escrito por la periodista Eli Saslow, quien también ha colaborado en la escritura del guion cinematográfico.
Se refiere a una joven candidata a recibir un tratamiento experimental con un nuevo medicamento, un ‘antagonista opioide’, capaz de actuar como eficaz antídoto contra la dependencia de la heroína. Pero para poder someterse al mismo ha de permanecer esos cuatro días del título en total abstinencia.
Una Mila Kunis demacrada hace de adicta, mientras Glenn Close ejerce el sufrido rol materno, a sabiendas de que su hija ha fracasado en todas y cada una de la anteriores intentonas de desintoxicación, motivo por el que ha llegado a perder la custodia de sus hijos. Al parecer todo empezó por el consumo de analgésicos para tratar una grave lesión deportiva de esquí acuático.