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Antetokounmpo y Harden en el primer partido de la NBA. (Stacy REVERE / AFP)

Astros contra galaxias


La NBA ya ha arrancado su temporada número 75 y en NAIZ tratamos de completar una pequeña guía para seguir franquicia a franquicia los puntos clave de la actual campaña. 

La NBA está de celebración, la mejor liga del mundo cumple tres cuartos de siglo y para festejarlo ha anunciado el nombre de los 75 jugadores –11 de ellos siguen en activo– más destacados de la historia de la competición. La efeméride goza de suficiente entidad como para acaparar toda la atención del inicio de un «curso baloncestístico 2021-2022» que ha arrancado con las victorias de los Bucks ante los Nets, los Warriors frente a los Lakers o de unos esperanzados Knicks contra los Celtics.

Sin embargo, durante las semanas previas, la agenda se ha visto alterada por otras cuestiones. Las negativas de algunas estrellas como Andrew Wiggins o Kyrie Irving a vacunarse han generado una enorme polvareda. El primero lo hizo, a regañadientes, bajo la amenaza de los Golden State Warriors de sancionarlo con 350.000 dólares por cada partido en el que no estuviese disponible. El jugador de los Nets, por su parte, podría llegar a perder más de 30 millones en caso de no jugar pero, de momento, no parece querer dar su brazo a torcer. El comisionado Adam Silver ha asegurado que mantiene «la esperanza» de que Irving cambie de opinión. El mítico Charles Barkley, en cambio, no ha tenido pelos en la lengua, algo que ha caracterizado a «el gordo» durante toda su carrera como jugador y comentarista, tildando al base de ser «el mayor idiota de los EEUU».

La actitud de Irving ha provocado un importante rechazo en una NBA en la que también existen casos como el del jugador franquicia de los Minnesota Timberwolves Karl-Anthony Towns que perdió a su madre a consecuencia del coronavirus. Asimismo, pocos días antes del arranque, los Celtics informaron de los positivos de sus jugadores Al Horford y Jaylon Brown. El primero no fue de la partida en el Madison Square Garden mientras que el segundo deslumbró con 46 puntos. 

Mientras tanto, en paralelo al debate suscitado en el baloncesto, en EEUU se sigue hablando de la posible obligatoriedad de la vacunación de los trabajadores públicos, algo que ha levantado protestas en algunos Estados regidos por el partido republicano, y de la intención de inocular la protección a los niños de 5 a 11 años.

«La forma más difícil de hacerlo es la que más me gusta»

«No podía irme a otro sitio, tenía que terminar un trabajo. Al regresar, sentí que esta es mi ciudad, que ellos confían y creen en mi. Es fácil ir a algún otro lado y ganar un campeonato con alguna estrella más, puedo ir a un súper equipo, simplemente hacer mi parte y así ganar un campeonato. Pero esta es la forma más difícil de hacerlo y es la manera en que elegí hacerlo». Son las palabras de Giannis Antetokounmpo, la gran figura de los Milwaukee Bucks, después de conquistar el anillo en la final disputada ante los Phoenix Suns el pasado mes de julio. La franquicia de Wisconsin llevaba 50 años sin conseguir ganar el título de la NBA. Su primer y único éxito databa de 1971, cosechado gracias al rendimiento de la pareja formada por Oscar Robertson y un Kareem Abdul-Jabbar que todavía respondía por el nombre de Lew Alcinor.

La victoria de los Bucks, al igual que lo hicieron triunfo de los Raptors de Kawhi Leonard en 2019 o el de los Cavs de LeBron James en 2016, ha supuesto una ruptura casi contracultural respecto a la tendencia creciente. Y es que tras los anillos conquistados por los Golden State Warriors, la acumulacion de estrellas, incluso bajo condiciones salariales que no aceptarían en otros equipos sin opciones de luchar por el campeonato, parece haberse convertido en el camino más rápido para alcanzar la gloria. Los Lakers de LeBron, Davis y Westbrook o los Nets de Durant, Harden, Irving –si es que se vacuna– y Griffin parecen los ejemplos más claros. 

Durant ante los Bucks en la primera jornada de la temporada regular. (Stacy REVERE / AFP)

Otros, como los Nuggets, los Jazz o Suns se encomiendan a versiones más corales, sin tanto jugador con plaza asegurada en el Hall of Fame pero con un potencial más que suficiente como para hacer temblar a las franquicias estructuradas mediante la acumulación de súperestrellas. Y, cómo no, también hay que hablar de los héroes sin capa, de esos astros que parecen destinados a pelear contra las galaxias llenas de estrella. El caso más paradigmático, obviamente, es el del mencionado de Antetokounmpo, bien acompañado por Holiday, Middleton, Bryant o DiVincenzo, aspira a conseguir el «back to back» o, lo que viene a ser lo mismo: Repetir el título. Los 28 puntos, 11 rebotes y casi 6 asistencias por partido del griego y el trabajo de Mike Budenholzer desde el banquillo e antojan sus mejores cartas. Un escalón por debajo en la lucha por el anillo pero en el mismo rango en la disputa por ser el MVP -Jugador más valioso de la temporada- aparecen el esloveno de los Dallas Mavericks Luka Doncic o el jugador de los Portland Trail Blazers Damian Lillard. 

Los hay que esperan redimirse, despojarse de las dudas o seguir con su particular crecimiento. Los Hawks, los Sixers (¿qué pasará con Ben Simmons?), los Celtics o los siempre peligrosos Miami Heat pujan por el papel de outsider. En el oeste, los renacidos Warriors quieren dominar en la particular guerra de los mundos californiana. Una batalla de la que tampoco se quieren descolgar los Clippers aunque no podrán contar con el lesionado Kawhi Leonard durante buena parte del curso. En su ausencia, a Paul George tendrá que multiplicarse. La flechita hacia arriba debería acompañar a unos Knicks que por fin pueden mirar con optimismo al futuro, mientras que la roja parece haberse adueñado de los Raptors, ya que la incorporación de Dragic no parece suficiente para el conjunto dirigido por Nick Nurse. 

Más allá del amplio elenco de favoritos, las sorpresas y decepciones, el desempeño de los rookies o la enésima lesión de Zion Williamson, otro de los puntos de interés de la competición está en el conocido como Play-In. Un torneo que otorga dos plazas en las eliminatorias finales a los equipos que concluyen la fase regular entre el séptimo y décimo puesto en ambas conferencias. Una ventana que eleva la emoción y competitividad evitanto que el número de franquicias que se dejan llevar sea mucho menor. Por su parte, el All-Star se disputará el tercer fin de semana del próximo mes de febrero en Cleveland.

Tras la presentación general del campeonato, en NAIZ vamos a tratar de completar una pequeña guía para seguir franquicia a franquicia los puntos clave la campaña recién iniciada.

Conferencia Este

Atlanta Hawks: Vuelan cada vez más alto. Después de alcanzar las finales de conferencia la temporada pasada, Nate McMillan afronta su segundo curso al frente del conjunto de Georgia. Las expectativas son elevadas para uno de los equipos que es capaz de desarrollar un gran juego colectivo. Trae Young es la figura indiscutible de unos Hawks con soluciones en todas las posiciones. Su base es netamente determinante, pero en la pintura también son una escuadra muy consistente gracias a Hunter y, sobre todo, a Capela. Por fuera, Collins, Heurter, Reddish y el croata Bogdanovic suponen una gran amenaza. El italanio Gallinari es un lujo como opción que sale desde el banquillo. 

Boston Celtics: Nuevo gran jefe. Los cambios en la gerencia han marcado el verano, Brad Stevens deja el banquillo y adopta el cargo del mítico Danny Ainge como mánager general. Su primera decisión fue nombrar a Ime Udoka como entrenador jefe. Exjugador de origen nigeriano, que jugó en ACB con Gran Canaria y UCAM Murcia, ha trabajado como asistente de Popovich en San Antonio, de Brett Brown en los 76ers y de Nash en los Nets. Han sustituido a Kemba Walker por el alemán Schroeder y cuentan con una de las líneas exteriores más ricas de la competición, a pesar de los cruces de cable de Smart. La meta principal debería ser mejorar la consistencia del juego interior. Una parcela que se ha visto reforzada con los retornos de Horford y Kanter o la adquisición de Juancho Hernangómez y en la que el desempeño de los Williams será fundamental. 

Brooklyn Nets: Favoritos a todo, gloria o batacazo. Durant y Harden han sido elegidos entre los 75 mejores de la historia, de Irving y Griffin hay también poco que añadir en lo deportivo. Añadir que Joe Harris es el quinto pasajero, Patty Mills la guinda al pastel y los veteranos Aldridge y Millsap aparecen como opciones de intendencia. Para lograr el objetivo deberán desterrar la asimetría exhibida el pasado curso, ya que fueron los mejores en ataque y de los más flojos en defensa. Fuera de la cancha, alguien tan cabal como Nash -que llegó a ser increpado cuando era jugador por David Robinson por rechazar la Guerra de Irak en 2003- tiene que lidiar con un cocodrilo en la bañera debido a la negativa de Irving a vacunarse. Finalmente, destacar también que Thiago Splitter es uno de los asistentes del entrenador canadiense.

Charlotte Hornets: En busca de la postemporada. Al equipo propiedad de Michael Jordan no le espera una campaña sencilla. Alcanzar el Play-In sería un éxito para un equipo confiado en el crecimiento de Lamelo Ball, la capacidad anotadora desde el perímetro de Terry Rozier,  la solvencia de Gordon Hayward y la incorporación de Kelly Oubre. Todos ellos desde posiciones exteriores, ya que por dentro parecen quedarse cortos con Plumlee y las ayudas de Washington y Brides. El que fuera hombre de negro Arnoldas Kulboka forma parte de las profundidades del banquillo.

Domantas Sabonis de Indiana Pacers comete falta ante Miles Bridges de Charlotte Hornets. (Grant HALVERSON / AFP)

Chicago Bulls: Una oportunidad. La meta principal es pasar de saldo negativo -31 victorias y 41 derrotas el curso pasado- a positivo. Para ello, tienen elementos esperanzadores encima de la mesa. Su gran estrella es Zach Lavine, bien secundada por DeRozan y Ball por fuera y con Nikola Vucevic como gran referencia interior. La llegada de Caruso (sí, ya lo asumió), además de carisma, les proporciona intensidad y brío defensivo, algo que supone un gran impulso para solventar el principal lastre del equipo hace unos meses. Desde ahí, el Play-In estará más cerca.

Cleveland Cavaliers: Oportunidad de mejora, sobre todo si progresan en defensa. Una franquicia que combina a jóvenes esperanzadores como Garland, Sexton, Okoro y el novato Mobley con veteranos curtidos en mil batallas físicas y emocionales como Ricky Rubio y Kevin Love. Además, estarán también acompañados por Osman, Markkanen y Jarrett Allen. El último de ellos es un jugador de dobles dígitos que tiene conexión con Euskal Herria, ya que su padre Leonard jugó en el extinto Cajabilbao a mediados de los ochenta. A pesar de que no terminó de cuajar, sus mates todavía resuenan en el antiguo pabellón de La Casilla. El gigante Tacko Fall también integra el roster.

Detroit Pistons: Encomendados a Cade Cunningham, el número uno del último draft. Dwane Casey lleva cuatro temporadas entrenando al equipo y tiene la posibilidad de desarrollar a varios jóvenes sin presión inmediata. El trabajo de Jerami Grant y los avances de Bey, Diallo, Stewart y los Jackson determinarán el rumbo de un equipo muy bisoño. Kelly Olynik y Corey Joseph son los únicos integrantes del mismo que superan la treintena.

Indiana Pacers: Objetivo: Play-Offs. La llegada de Rick Carlisle al banquillo reactiva sus opciones tras dos años fuera de las eliminatorias. El técnico ha dejado Dallas después de 13 años, vuelve a la que fue su casa durante 7 temporadas y cuenta con el exbaskonista Jerome Allen entre sus asistentes. Respecto a la plantilla, Domantas Sabonis es todo un All-Star y ha superando la alargada sombra de su apellido de forma más que contundente. El lituano estará secundado por Turner en la pintura y por McConnell, Brogdon, Holiday, Warren, Levert y Lamb en el juego exterior.

Miami Heat: No renuncian a nada. Spoelstra sabe lo que hace y el tener a Butler, Adebayo, Lowry y Oladipo entre manos es toda una garantía. Para acercarse al éxito, Herro y Robinson deberían de dar otro pasito adelante, el trabajo de Markieff Morris será clave y dentro de la zona el veterano PJ Tucker tendrá que ejercer como especialista multiservicio. La salida del esloveno Goran Dragic es la única baja sustancial de un equipo que puede plantar cara a cualquiera. Eso sí, tendrán que mejorar su capacidad en ataque para poder competir con los mejores del Este. 

Milwaukee Bucks: A por el «back to back». Antetokounmpo se enfunda su particular capa cada noche para mostrarse como el jugador más poderoso de la competición. La escuadra de Budenholzer cruzó su particular Rubicón la campaña pasada obteniendo el anillo tras cinco décadas de sequía. Pese a contar con un protagonista principal tan marcado, los actores de reparto como es el caso de Middleton, Holiday, Bryant, DiVincenzo, Portis o Brook López consiguen también ofrecer un altísimo nivel. Las dos únicas incorporaciones son las de Hill y Oyeleye. Les beneficia seguir jugando a un alto ritmo y sus opciones pasarán endurecerse más en defensa. 

Jericho Sims, de New York Knicks ante Romeo Langford de Boston Celtics. (Sarah STIER / AFP)

New York Knicks: Brotes verdes en la Gran Manzana. Al igual que sus vecinos de Brooklyn, deben de mejorar la asimetría de su rendimiento: Son de los mejores en defensa y de los menos brillantes en ataque. No obstante, Thibodeau tiene claro que la clave pasa por baja el culo y ser un equipo fuerte en tareas de contención. Unos pilares irrenunciables que cimentan a un conjunto con amplio margen de mejora en faceta ofensiva debido al talento de Randle, Derrick Rose, Barrett o la aportación de Burks y Kemba Walker. Dicha exuberancia les permitió descartar a Luca Vildoza durante la pretemporada. Los play-offs vuelven a llamar a los Knicks y la posibilidad de obtener a un agente libre de campanillas en 2022 abren un panorama más que esperanzador.

Orlando Magic: Malos tiempos para la lírica. Con Jamahl Mosley como nuevo entrenador, la franquicia de Florida afronta un tiempo de reconstrucción que le obliga a pasar por una obligada travesía en el desierto. Para la esperanza, el rendimiento que puedan ofrecer la pareja de hermanos Wagner, el crecimiento de Mo Bamba, Ross, Gravett, Fultz o Isaac. Mirando al siguiente draft.

Philadelphia 76ers: ¿Qué pasará con Ben Simmons? Esa es la pregunta que se hace todo el entorno del conjunto de Pensilvania. Perder las semifinales de Conferencia ante los Hawks supuso un tremendo impacto para una franquicia que parece en un proceso constante. Contar con un interior de las características de Joel Embiid es una ventaja y los 76ers están llamados a ser uno de los mejores equipos del Este con la aportación de Harris, Curry, Milton o Drummond. Sin embargo, el futuro del base australiano, puede marcar el inicio del curso, básicamente porque el asunto está agotando la paciencia de sus compañeros y podríamos estar en la antesala de un traspaso.

Toronto Raptors: Nurse tiene trabajo. Los campeones de 2019 han perdido a buena parte de los integrantes de aquella plantilla y ahora afrontan una etapa en la que han de batallar por entrar en las eliminatorias. Recuperar la mejor versión de Siakam, la dirección de Van Vleet, la aportación de Anunoby, Trent, Dragic o Boucher y el concurso del novato Barnes podrían acercarles a estar entre los ocho mejores. No será fácil.

Washington Wizards: Esperando a Beal. Agente libre el próximo verano, tendrá que decidir si continúa en el equipo capitalino, es traspasado este mismo curso o espera ofertas dentro de unos meses. Su elección determinará el rumbo de una franquicia en la que le rodean Hachimura, Dinwiddie y viejos conocidos de la afición vasca como Bertans y Neto. Podían haber contado también con el exjugador colombiano del Gipuzkoa Basket Jaime Echenique pero fue cortado en pretemporada. 

Conferencia Oeste

Luka Doncic en la jornada inaugural ante Atlanta Hawks. (Kevinc C. COX / AFP)

Dallas Mavericks: My name is Luka... y lejos de la tristeza que irradiaba la canción de Suzanne Vega, Doncic dejó de ser un niño prodigio para ser un hombre con aspiraciones altísimas. Para empezar,  ser el MVP de la temporada. El siguiente objetivo,  pasaría por alcanzar las finales del Oeste. No parece haber límites para el balcánico, capaz de tirar una barrera tras otra. Con la novedad de Jason Kidd en el banquillo, acompañado de Igor Kokoskov -técnico que dirigió a la selección eslovena de Doncic al oro del Eurobasket en 2007- los tejanos se muestran dispuestos a afrontar el reto. Se espera que Hardaway Jr o Finney-Smith sigan creciendo y que Maxi Kleber continue siendo de gran ayuda. La principal incógnita reside en el estado físico y mental de Porzingis, de la consistencia, salud y actitud del letón dependen buena parte de las opciones para que Doncic no tenga que ejercer como un llanero solitario capaz de casi todo.

Denver Nuggets: En busca del título. En Colorado se cocinan los ingredientes para intentar conseguir lo que sería su primer anillo. Michael Malone, que afronta su séptima campaña al frente del equipo, parece haber dado con la tecla. De la mano de Nikola Jokic, MVP del pasado curso y abonado permanente al triple doble, unido a la aportación de Jamal Murray, Porter, Barton, Rivers, PJ Dozier o Monte Morris y la llegada de Jeff Green, los hinchas tienen todo el derecho a ilusionarse. Eso sí, deberán mejorar en defensa, especialmente en las transiciones, y ajustar las opciones para poder rotar a Jokic. La familia Koenke, propietaria de la franquicia, sonríe con los resultados de los Nuggets, mientras que en Londres les piden que abandonen el Arsenal cuanto antes.

Nikola Jokic defiende el lanzamiento de Karl-Anthony Towns. (C. MORGAN ENGEL / AFP)

Golden State Warriors: Están de vuelta. En sentido figurado, pero también de forma tangible debido a la recuperación física de Klay Thompson y el retorno de Andre Iguodala al equipo procedente de Miami. Steph Curry y Drayamond Green cuentan de nuevo con algunos de sus mejores socios, a los que hay que sumar al finalmente vacunado Andrew Wiggins, al base Jordan Poole, a fichajes como Otto Porter, el exbaskonista Nemanja Bjelica o Avery Bradley y también al rookie de origen congoleño Jonathan Kuminga. Steve Kerr tiene donde elegir pero también un apartado concreto en el que multiplicar esfuerzos: La pintura. Para ello, el serbio Dejan Milojevic -uno de sus asistentes- está realizando un trabajo específico con el pivot James Wiseman. Una de las grandes esperanzas de la franquicia de San Francisco pese a que todavía no ha explotado plenamente.

Houston Rockets: Tienen un problema. Tras su desastrosa temporada 2020-2021, saldada con 17 victorias y 55 derrotas, parecen haber tocado fondo. Sin embargo, la fase de reconstrucción no ha comenzado del todo, ya que es posible que Eric Gordon y John Wall estén en la rampa de salida para formar parte de algún posible traspaso. Así las cosas, el entrenador Paul Silas buscará la opción de desarrollar a jóvenes como Kevin Porter, Christian Wood, Kenyon Martin, Tate o el novato Jalen Green. Por dentro, el alemán Daniel Theis, llegado de los Bulls, siempre garantiza trabajo e intensidad defensiva. En ataque, deberán mejorar sus números y capacidad para anotar desde lejos. 

Los Angeles Clippers: Ganando tiempo para Kawhi. Durante los pasados play-offs, la gran estrella del equipo se rompió el ligamento cruzado de su rodilla y no pudo participar en la final de conferencia ante los Nuggets. La sempiterna segundona franquicia californiana, lastrada históricamente por sus derrotas o malas decisiones en el draft, estaba a un paso de romper su maleficio y luchar por el anillo, pero la baja de su jugador más referencial fue insalvable. El entrenador Tyronne Lue, acompañado de Paul George, la otra gran figura del equipo, deberá pilotar la nave. A priori, la plantilla es lo suficientemente consistente como para lograr el billete para las eliminatorias sin pasar por el Play-In, pero la dificultad del salvaje Oeste es tremenda. En la línea exterior, además de George, Reggie Jackson, Bledsoe, Kennard, Batum o Morris parecen argumentos solventes, mientras que en las posiciones interiores Ibaka y Zubac serán sus primeras opciones. La falta de un cinco dominante les puede penalizar, pero con la vuelta de Kawhi todo cambiará.

Lebron James en el partido ante Golden State Warriors. (Frederick J. BROWN / AFP)

Los Angeles Lakers: La otra gran constelación. O, mejor dicho, que la galaxia de LeBron James se ha llenado de megaestrellas, con especial mención para Russell Westbrook. Junto a Anthony Davis –castigado por las lesiones la temporada pasada– forman el particular Big Three de la franquicia que viste de oro y púrpura. Los tres, además, han sido elegidos entre los 75 mejores de la historia en una exclusiva lista en la que también está su compañero Carmelo Anthony. Unos mitos a los que acompañan nombres como Rajon Rondo, Dwight Howard, DeAndre Jordan y Trevor Ariza (no, no es una plantilla del NBA Live 2010), todos superan holgadamente la treintena y habrá que ver qué tipo de aportación pueden realizar en los Lakers. Hace una década eran grandes figuras, pero ahora entonan el canto del cisne de sus carreras. Es por ello que el técnico Frank Vogel, que ya ganó el anillo en la burbuja de 2020, intentará sacar el máximo rendimiento posible a los jóvenes Horton-Tucker, Monk y Bazemore. Todo lo que no sea ganar el título supondría una decepción.

Memphis Grizzlies: A por el Play-In. Tras concluir el curso anterior con saldo positivo y mostrando una evidente fortaleza defensiva, en la ciudad de Tennessee aspiran a volver a jugar las eliminatorias de postemporada. Una meta para la que se apoyan en el talento de su estrella Ja Morant o el acierto sus escuderos Jaren Jackson y Dylon Brooks. La labor de zapa de Steven Adams en la zona, el segundo año del triplita Desmond Bane y la irrupción de novatos como Zaire Williams o Santi Aldama serán otros de los puntos de atención. 

Minnesota Timberwolves: Crecimiento en Minneapolis. Tras ser uno de los peores equipos en ambas zonas, el cuartero formado por Towns, Russell, Edwards y Beasley debe de dar un paso adelante para otorgar mayor fiabilidad a la franquicia. Además, las incorporaciones de Beverley y Prince fortalecerán la consistencia de la rotación, algo en lo que también deberán colaborar Novell, McLaughlin, Okogie, McDaniels o Reid. La presencia de Pablo Prigioni en el equipo técnico de Chris Finch debería ser clave para el crecimiento de su compatriota Bolmaro.

New Orleans Pelicans: Zion Williamson es imparable... cuando está. En este inicio de curso, una vez más, los de Luisiana han estado condicionados por una lesión de su jugador más determinante. Su presencia provoca toda clase de problemas a los rivales, ya que su fuerza y rapidez son demoledoras. Cerca de la canasta rival anota más que nadie y por fuera crea nuevas soluciones para su equipo. En caso de que le respete la salud, se podrá volver a disfrutar de uno de los mayores prodigios físicos de la NBA. En su ausencia, Ingram, Alexander-Walker, Hart, Graham, Valanciunas, Hayes o Billy Hernangómez tendrán que apretar los dientes.

Oklahoma City Thunder: Les toca esperar. Progresar positivamente en todas facetas, encontrar elementos positivos en cada encuentro y no mirar a la clasificación deberían ser algunas de sus metas a corto plazo. Parecen uno de los conjuntos destinados a estar por debajo de las 35 victorias debido a la bisoñez de la plantilla, carencias en el juego interior o problemas para ensanchar la pista. El talento de Gilgeous-Alexander, el buen nivel exhibido por Dort o Bazley el curso anterior, el trabajo de Gaby Deck y la aportación del novato australiano Giddey se postulan como los principales puntos de sujeción del equipo.

Phonix Suns: Subir el último escalón. En julio, 28 años después, alcanzaron las finales de la NBA guiados por un esplendoroso Booker y una leyenda como Chris Paul. Tras coronarse como el mejor equipo del Oeste, ahora son uno de los favoritos. Un conjunto equilibrado, con buenos porcentajes de media distancia y que no apuesta por un ritmo de juego alto. Junto a sus dos principales estrellas, cabe resaltar también la labor de Ayton, Bridges, Payne, Johnson o Crowder. En el capítulo de incorporaciones apuntar las llegadas de Payton y Shamet, mientras que Saric estará ausente por una larga lesión. El mayor hándicap para los de Monty Williams pueden ser las altas expectativas. 

Portland Trail Blazers: La misión de Lillard. Casi 29 puntos de media evidencian el impacto del jugador californiano tanto en su equipo como en la competición. Elegido en el selecto club de los 75 mejores, evidente aspirante al MVP, tras anunciar que seguirá en Portland quiere situar a su equipo en la pomada del Oeste. Un empeño para el que los de Oregon deberán equilibrar su balance mejorando de forma sustancial en defensa. Ese será el principal reto de Chauncey Billups en su primera temporada como entrenador y si lo consigue estarán en disposición de plantar cara a cualquiera. Junto a Lillard, McCollum, Powell, Covington, Nance, Nurkic y Zeller forman la columna vertebral.

Damian Lillard es defendido por Tristan Thompson. (Steph CHAMBERS / AFP)

Sacramento Kings: Máxima velocidad. Al conjunto de Luke Walton le gusta correr y anotar en transición pero tiene que mejorar en defensa. De hecho, mostrar mayor eficiencia en ese apartado, especialmente en el reboteador, les puede llevar a los puestos del Play-In. Como principal referencia asoma De’Aaron Fox, que supero los 25 puntos por noche la temporada pasada, en un equipo en el que también destacan Harrison Barnes -que completó un espectacular primer partido del curso-, Field, Bagley, Holmes, Haliburton o Davis. En busca de reforzar el juego interior, han incorporado a Tristan Thompson aunque no parece suficiente para atajar los problemas de la pintura. 

San Antonio Spurs: El habitat de Popovich son los Play-Offs. Quedarse fuera de las eliminatorias durante dos años consecutivos ha sido un duro golpe para el conjunto tejano, algo que su mítico entrenador espera que no vuelva a suceder. Para ello, no obstante, tiene bastante colada por delante, ya que necesitan progresar en ambas zonas. Durante sus 26 años en el cargo, Pop ha demostrado sacar petróleo de sus recursos y ahora tiene la labor de convertir a un equipo sin un gran anotador -Murray fue el mejor con algo más de 15 tantos por partido el curso pasado- en un bloque coral y competitivo. La juventud de la plantilla y los avances de jugadores como Poetl o Johnson le hacen albergar esperanzas de estar en su espacio natural.

Royce O'Neale de Utah Jazz ante Josh Giddey de Oklahoma City Thunder. (Alex GOODLETT / AFP)

Utah Jazz: Su gran oportunidad desde la época de Stockton, Malone y Sloan. Entonces tenían enfrente a los Bulls de Michael Jordan, ahora son tan candidatos como nadie en el marco del amplio elenco de equipos que aspiran a conseguir el anillo. De hecho, el prestigioso portal «The Athletic» pronostica que los Jazz serán el mejor conjunto del Oeste. Bajo la batuta de Quin Snyder y con Donovan Mitchell como estrella más rutilante, son una escuadra equilibrada y capaz de sacarle máximo provecho al bloqueo y continuación. Una fiabilidad sustantada en una plantilla que cuenta con perfiles tan interesantes y variados como los de Conley, Clarkson, Bogdanovic, Joe Ingles, Gobert o Rudy Gay.