Una final para recuperar la esencia
Jokin Altuna y Unai Laso se disputan en el Bizkaia de Bilbo la txapela del Cuatro y Medio, un partido que supone la vuelta de los pelotazales a estas grandes citas tras disputar las últimas cinco a puerta vacía en la cancha de Miribilla.
Jon Ormazabal
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Sin duda, Jokin Altuna y Unai Laso son los grandes protagonistas de la final de esta tarde en el Bizkaia, pero para nada los únicos, porque el partido por la txapela del Cuatro y Medio supone la vuelta de los pelotazales, la auténtica esencia de este espectáculo, a las grandes citas. La final del acotado de 2019, disputada el 17 de noviembre en el Nafarroa Arena entre Joseba Ezkurdia y Jokin Altuna fue la última disputada con público y tras cinco disputadas en el sonoro silencio del Bizkaia, el bullicio regresará ala cancha de Miribilla que, no obstante, no se llenará, ya que ayer por la tarde todavía quedaban unas 500 entradas a la venta.
Como en tres de esas cinco finales disputadas a puerta cerrada, todas las individuales, Jokin Altuna estará presente en un partido en el que tratará de revalidar el título obtenido el año pasado ante Erik Jaka. El amezketarra, protagonista en las seis últimas finales de la jaula de manera consecutiva, algo que ni siquiera Aimar Olaizola ha conseguido, aspira a su tercera txapela de la distancia, quinta en su palmarés.
Tras haber creado algunas dudas en sus dos primeros partidos, –ajustada victoria ante Elordi y derrota ante Peio Etxeberria– el vigente campeón parece llegar en plena forma tras sus exhibiciones ante Oinatz Bengoetxea y, especialmente, Joseba Ezkurdia en semifinales.
Por contra, la de esta tarde será la primera final para un Unai Laso que, junto a Jon Mariezkurena y Josu Eskiroz, hace justo un año se inscribían con el club de Uharte para disputar el campeonato de España en aficionados, tras haber decidido Baiko no renovar sus contratos.
En el mejor momento
Pero lejos de bajar los brazos, el de Bizkarreta-Gerendain supo reconducir su ira y, sin dejar de entrenar un solo día, gracias también a la lucha de sus compañeros, regresó para quedarse a la élite, siendo, objetivamente, por resultados, el mejor manista de la promotora que quiso prescindir de sus servicios.
Además, lejos de perjudicarle, esta dolorosa experiencia ha hecho de Unai Laso un pelotari mucho más maduro y confiado, menos precipitado, de los que ya no regala siete u ocho pelotas por partido, lo que, unido a sus recursos, han hecho de él uno de los pelotaris más completos.
De hecho, los enfrentamientos entre estos dos delanteros, dos dentro del cuatro y medio y otro en toda la cancha, han sido los partidos más seguidos y espectaculares del verano, tres enfrentamientos en los que, es verdad, Jokin Altuna se ha terminado imponiendo, pero en los que el amezketarra ha tenido que exprimirse al límite, tras haber estado contra las cuerdas.
Es cierto que, por mucha expectación que crearan estos partidos, no dejaban de ser programaciones estivales y una final, mucho más con un frontón prácticamente lleno, es otra historia. Por muy confiado y relajado que hayamos notado al de Bizkarreta estos días, su reacción en este tipo de partidos es una de las mayores incógnitas, ya que hasta las mayores estrellas han reconocido que pagaron peaje en su primera final.
Como en tres de esas cinco finales disputadas a puerta cerrada, todas las individuales, Jokin Altuna estará presente en un partido en el que tratará de revalidar el título obtenido el año pasado ante Erik Jaka. El amezketarra, protagonista en las seis últimas finales de la jaula de manera consecutiva, algo que ni siquiera Aimar Olaizola ha conseguido, aspira a su tercera txapela de la distancia, quinta en su palmarés.
Tras haber creado algunas dudas en sus dos primeros partidos, –ajustada victoria ante Elordi y derrota ante Peio Etxeberria– el vigente campeón parece llegar en plena forma tras sus exhibiciones ante Oinatz Bengoetxea y, especialmente, Joseba Ezkurdia en semifinales.
Por contra, la de esta tarde será la primera final para un Unai Laso que, junto a Jon Mariezkurena y Josu Eskiroz, hace justo un año se inscribían con el club de Uharte para disputar el campeonato de España en aficionados, tras haber decidido Baiko no renovar sus contratos.
En el mejor momento
Pero lejos de bajar los brazos, el de Bizkarreta-Gerendain supo reconducir su ira y, sin dejar de entrenar un solo día, gracias también a la lucha de sus compañeros, regresó para quedarse a la élite, siendo, objetivamente, por resultados, el mejor manista de la promotora que quiso prescindir de sus servicios.
Además, lejos de perjudicarle, esta dolorosa experiencia ha hecho de Unai Laso un pelotari mucho más maduro y confiado, menos precipitado, de los que ya no regala siete u ocho pelotas por partido, lo que, unido a sus recursos, han hecho de él uno de los pelotaris más completos.
De hecho, los enfrentamientos entre estos dos delanteros, dos dentro del cuatro y medio y otro en toda la cancha, han sido los partidos más seguidos y espectaculares del verano, tres enfrentamientos en los que, es verdad, Jokin Altuna se ha terminado imponiendo, pero en los que el amezketarra ha tenido que exprimirse al límite, tras haber estado contra las cuerdas.
Es cierto que, por mucha expectación que crearan estos partidos, no dejaban de ser programaciones estivales y una final, mucho más con un frontón prácticamente lleno, es otra historia. Por muy confiado y relajado que hayamos notado al de Bizkarreta estos días, su reacción en este tipo de partidos es una de las mayores incógnitas, ya que hasta las mayores estrellas han reconocido que pagaron peaje en su primera final.
Si los dos son capaces de poner sobre la cancha todos sus argumentos pelotísticos, la final tiene todos los ingredientes para satisfacer a los pelotazales, la verdadera esencia de todo esto.