«En Construcción» es el título de presentación de este Saski Baskonia 2022/23
Con incorporaciones recientes del Eurobasket, con la idea aún sin cristalizar de hacerse con un nuevo jugador, y un sinfín de debutantes no solo en la Liga ACB sino también en la Euroliga, el club gasteiztarra trabaja a marchas forzadas con el estreno liguero del día 30 en mente.
El cineasta José Luis Guerín siempre ha mantenido una forma muy peculiar de realizar sus obras. Sus obras de ficcíon, como “En la ciudad de Silvia”, parecen haber mamado del “Cinéma Vérité” francés, al tiempo que sus documentales, como pueden ser “Guest” o “En construcción”, los personajes allí presentes –sean personas, lugares, sonidos o espacios– actúan como seres vivos conscientes de actuar para una película, sin por eso dejar de ser ellos mismos, ya que no en balde hablamos de documentales.
En pleno Zinemaldia, hay que recordar que su documental de 2001 “En Construcción” –obra que más tarde daría nombre a unas de las secciones más interesantes y exitosas del propio certamen de Donostia– obtuvo el premio Fipresci y el de mejor director, para el mentado director catalán. La imposibilidad según las propias reglas del Zinemaldia de obtener más de dos galardones impidió que la obra del cineasta barcelonés se llevase también la Concha de Oro.
Y es precisamente “En Construcción” lo que está este nuevo Saski Baskonia 2022/23, a juzgar por sus jugadores, a una semana escasa de arrancar la Liga ACB, el próximo día 30 en el Buesa Arena ante Unicaja. Al punto que todavía no está cerrada la plantilla a la espera del ansiado decimotercer pasajero, aunque se aleje la idea de fichar a Mateusz Ponitka, el cual parece que engrosará las filas del Panathinaikos.
«Hay muchos jugadores nuevos, muchos de ellos procedentes de los Estados Unidos que jamás han actuado hasta la fecha bajo los parámetros del basket en Europa». Son palabras de Matt Costello, uno de los jugadores llamados a erigirse en líderes del cuadro gasteiztarra.
Ya en la Euskal Kopa, disputada el miércoles en Galdakao, Costello fue uno de los «entrenadores en la cancha», al punto de sugerir un par de cambios de compañeros a Joan Peñarroya, en función de las prestaciones de estos jugadores. «La adaptación nunca es fácil y el equipo, al ser tan joven y nuevo, requiere de tiempo. En ese sentido, yo también, al ser de los de más edad de la plantilla, estoy aprendiendo a ser líder. A veces hay que alzar más la voz, otras veces hay que animar... El club está en una situación complicada: tiene menos músculo económico que otros años y eso lo ha llevado a hacer apuestas de gente sin experiencia en Europa –Hommes, Thompson, Kotsar...–, pero al mismo tiempo, hay que mostrarse confiado, porque en ese terreno de descubrir nuevo talento y con hambre de éxito es donde el Baskonia mejor se mueve desde siempre», incide Costello, conocedor de los entresijos del club mejor que cualquier jugador de paso.
En la mentada película “En Construcción”, un personaje subrayaba de forma peculiar los elementos que hacen indispensable un edificio sólido: «Longitud, latitud y altura», repetía, hasta que un barrio de Barcelona pasase de ser un descampado a un barrio residencial. Sin llegar a ser un simple «equipo dormitorio», Saski Baskonia quisiera volver a ser otra vez un lugar atractivo para que el joven talento pose su carrera en él para dar impulso al club y a su propia carrera. Para eso, nada más necesario que una visión que huya en lo posible del corto plazo –longitud–, que enganche de nuevo al público –latitud– y que, en la medida de lo posible, pelee en las competiciones –altura– en las que tome parte: la Liga ACB, la Euroliga, y a ser posible la Copa y los play-offs de las dos competiciones de la regularidad.

«No quisiera centrarme en mis propios objetivos», indica a NAIZ Rokas Giedraitis, uno de los capitanes del Baskonia esta campaña. «Me quiero enfocar ante todo en lo que el club busca conseguir. Tenemos un equipo joven, con talento y mucha hambre. Estamos trabajando para poder terminar yendo todos a una y creo que vamos en el buen camino; ganamos la Euskal Kopa y se ve un grupo que construye la atmósfera apropiada así en la cancha como en el vestuario, y es lo que importa. Por eso, más que los objetivos personales, importa ante todo hacer crecer al equipo para poder alcanzar no solo los play-offs de la ACB, sino también de la Euroliga», insiste el alero internacional lituano.
Por su parte, Tadas Sedekerskis, a sus 25 años, cumplirá su décima campaña en Gasteiz. Si en los habituales “Media Day” de años anteriores el jugador lituano pasaba desapercibido, en estos últimos tiempos está en la encrucijada de darle continuidad a sus pasos adelante en el rol del club, con la idea de apuntalar desde la base la construcción del equipo.
«Llevo mil años por aquí y ciertamente, todo el mundo quiere cumplir sus objetivos. Depende de muchas cosas, pero lo cierto es que todo el mundo quiere jugar bien y que el trabajo que he hecho dé sus frutos», insiste Sedekerskis.
Roles por definir
Más allá del liderazgo de Costello entre el «clan» de jugadores norteamericanos, aunque en su caso sea más bien a la hora de «apadrinar» a los jugadores estadounidenses que llegan de nuevas a Gasteiz, con Joan Peñarroya debutando en el banquillo, parece que el cuadro baskonista aún va a precisar de tiempo para poder aclarar sus roles adentro de la cancha.
Ya en la Euskal Kopa y en anteriores partidos se ha podido ver a un Baskonia que se ha ido ajustando sobre la marcha, con minutos de dudas al principio, como un bloque pegado por un cemento todavía fresco.
«Nos veo bien, aunque después del Eurobasket –al que acudieron Giedraitis, Kotsar, Raieste y Marinkovic– aún nos falta. El equipo se está formando y no lleva mucho tiempo junto. Tampoco es que el entrenador le haya dicho a cada uno lo que espera de nosotros», indica un Sedekerskis que espera por fin encontrar la continuidad perdida la pasada campaña tras la llegada de Neven Spahija.
«Estaba jugando a gran nivel y me sentía importante, pero luego aquello se cortó y volvía al principio. Pero así es este negocio y luego te viene un entrenador que lo cambia todo, pero esto es algo que también depende de mí: de estar fuerte mentalmente; de seguir trabajando sin bajar la cabeza y mantener la confianza», subraya Sedekerskis.

Tras un año a la sombra de Simone Fontecchio, Rokas Giedraitis retorna al puesto de alero titular indiscutible. A sus 30 años, el alero lituano es el jugador más veterano de este Saski Baskonia, un Baskonia al que ve con mucho quehacer por delante, pero con capacidad, siempre y cuando, entroncando sus palabras con las de su compatriota Tadas Sedekerskis, muestre «más ganas» que ningún otro.
«No sé exactamente si mi rol cambiará respecto del año pasado, ya que esa decisión le corresponderá al entrenador. Y en realidad, tampoco creo que vaya a haber drásticos cambios. Al final, la cuestíon es que todos vayamos en la misma dirección a por la victoria en cada partido. Por ejemplo en la Euskal Kopa me sentí muy bien y vi al equipo en la dirección correcta. Por supuesto que nos queda mucho por trabajar y mucho por corregir; nos falta camino para poder sentirnos cómodos en el campo unos con otros. Comenzar a jugar al máximo nada más llegar a un equipo nuevo solo está en la mano de un par de jugadores en todo el mundo. El resto, nos toca pasar por este trabajo», se sonríe el capitán baskonista.
Más centrado en las labores de fontanería interna, Matt Costello admite que la temporada, una vez arranque, ya no espera a nadie. «Eso implica que las dificultades que nos van a presentar en el camino serán grandes, pero una de las cosas buenas de este grupo es que quiere aprender; tiene la voluntad de adaptarse a lo que le viene, y creo que tendrá la opción de hacerse a los campeonatos», incide el pívot americano-costamarfileño.
En ese sentido, Costello también incide en que el capataz de la obra, Joan Peñarroya, «quiere ir poco a poco, haciendo crecer al equipo día a día. Además, creo que su pasado como jugador le ayuda a la hora de encontrar el equilibrio entre exigirnos y animarnos a mejorar. Algo en lo que yo debo mejorar con los nuevos jugadores norteamericanos del equipo; a veces soy demasiado duro con ellos. Él también ve lo que vemos los jugadores: hay mucho talento y mucha hambre, con potencial para terminar haciendo las cosas muy bien. Ojalá lo podamos plasmar en la cancha», indica Costello.
Pues este es el Saski Baskonia en construcción; ojalá la obra coseche tantos premios y deje la misma huella quen el documental de José Luis Guerín.