Madrid y Napoli certifican sin apuros los cuartos de Champions ante Liverpool y Frankfurt
A los blancos, en su competición fetiche, les ha valido el 5-2 de la ida en Anfield y el 1-0 del Bernabéu para pasar de ronda ante un equipo inglés que no ha podido marcar en la vuelta. Los italianos, por su parte, además del 0-2 de la ida, han rematado la faena con un 3-0 en su estadio.
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Real Madrid y Napoli no faltarán al sorteo de cuartos de final de Champions League de este viernes tras lograr el billete y eliminar en el camino al Liverpool (6-2 en el global) y Frankfurt (5-0 en el global).
El Real Madrid, liderado por el brasileño Vinícius, ha firmado un plácido acceso a los cuartos y ha cerrado su exhibición de pegada de Anfield con un nuevo triunfo, sin sufrimientos ni necesidad de remontadas en el Santiago Bernabéu y un tanto a puerta vacía de un desconocido Karim Benzema.
Alejado de la especulación, con la determinación del resultado de Anfield y tres goles de ventaja, el Real Madrid ha saltado a ganar. Con la lección aprendida de un escenario similar ante el Chelsea hace un año. Con su traje de la Champions, una identidad siempre especial de un equipo que no ha necesitado de épica en una eliminatoria europea mucho tiempo después. Su fútbol en el duelo de las 20 Copas de Europa le vuelve a impulsar entre los favoritos.
El Real Madrid ha desatado una imagen de poderío con la confianza del marcador de la ida, finura en la posesión y velocidad en su juego. El partido ha ganado en belleza hasta que los porteros han puesto el freno para evitar los goles en el primer tiempo. Como no podían faltar los sustos en el Bernabéu, Rüdiger le ha puesto emoción al inicio con un regalo que ha desaprovechado Darwin Núñez. Con los pies y el disfraz de la última final, Courtois ha sido decisivo.
Cualquier acción que alimentase la esperanza del milagro inglés, la ha frenado con firmeza el guardameta del Madrid, que ha amargado la noche a Darwin con una estirada al derechazo ajustado al poste. Entre sus paradas, media hora de una de las mejores imágenes del curso de los de Carlo Ancelotti. Una demostración de que la motivación es un factor clave en la pelea. Con Kroos y Modric brillando al mando, Camavinga robando e incorporándose con criterio en un zurdazo ante el que ha volado la manopla de Alisson, aliado con el travesaño que ha repelido el esférico.
Ha mantenido en el partido a su equipo el portero brasileño, con una parada repleta de reflejos a un disparo a bocajarro de Vinícius que no ha parado de intentarlo todo el partido. Con una velocidad en cada contragolpe que ha instalado la duda por momentos en el Liverpool. Pero no le quedaba otras a los de Klopp que buscar el triunfo. Ya no por conseguir un imposible, sino por despedirse con un triunfo que curase la mayor goleada recibida en Anfield en competición europea. El testarazo de Darwin y la potencia del disparo de Gakpo no han desafiado la seguridad de Courtois.
Al partido solo le faltaban los goles y el broche lo ha tenido en la reanudación Fede Valverde con dos ocasiones de las que no suele personar. Un mano a mano que ha encarado demasiado acelerado en la carrera para fallar ante Alisson y un testarazo que ha acariciado el larguero.
Ya en el 79, Vinicius le ha sirvido el regalo a Karim Benzema a puerta vacía para que el francés convierta al Liverpool en el equipo al que más goles ha hecho en competición europea. Seco de goles en la fase de grupos pero apareciendo de nuevo en los duelos del todo o la nada con tres tantos en octavos de final.
Un Napoili histórico
Pase lo que pase a partir de ahora, este Napoli es ya histórico. Se ha impuesto al Eintracht de Frankfurt (3-0) con un doblete de Osimhen y un tanto de Zielinski y, por primera vez en su historia, estará en cuartos de final de la Champions. Los italianos marchan paso a paso, pero continúan sin ponerse techo, soñando despiertos.
El Napoli ha saltado dispuesto a certificar la eliminatoria, sin miramientos ni titubeos, en un estadio Diego Armando Maradona en el que solo ha habido gargantas napolitanas tras la prohibición italiana contra los aficionados del Eintracht, todas a la altura de una ocasión para la historia, aportando su grano de arena para alargar el sueño en el que vive sumida la ciudad sureña.
No ha querido especular Spalletti y el combinado azzurri ha empezado muy fuerte, apretando arriba, consciente de que un gol a favor cerraba casi por completo el duelo, pero de que uno en contra lo abría de par en par. No había tiempo ni para tantear, ni para dejar pasar los minutos.

Rápidamente han domado el choque Lobotka, Anguissa y Zielinski en el centro del campo, muy superiores a Gotze y compañía en la pelea por la medular, nutriendo de balones a los tres artilleros de los que goza este equipo y apoyando a la sólida zaga en los pocos apuros que ha pasado en una primera parte más que controlada.
Kvaratskhelia ha avisado en tres ocasiones, pero no ha podido abrir el marcador, hasta que Osimhen ha aprovechado la primera que ha tenido, un centro lateral de Politano, para con un testarazo rematar desde el corazón del área directo al fondo de la red y desatar la locura en Napoli.
Se ha quitado la máscara que porta para celebrarlo, esa que se ha convertido en un icono de la ciudad y que cada vez que viste le eleva a la categoría de un héroe. No le ha parecido suficiente y nada más comenzar el segundo tiempo ha puesto la sentencia. Como el nueve puro que es, ha estado donde tenía que estar para empujar la asistencia de Di Lorenzo.
El estadio impregnado de un aura maradoniana ha disfrutado de un tercer tanto, el de Zielinski desde los once metros tras un penalti que él mismo ha provocado.
Ha disfrutado el Napoli de una nueva noche mágica en la temporada. Y es que así juega este equipo, despojado de cualquier tipo de presión, casi como si nada de lo que pasa a su alrededor fuera con él, casi como si hiciera esto cada semana, casi como si no hubiera escrito una nueva página en la historia del club.