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Entrevue
Beatriz Álvarez Mesa
Presidenta de la Liga F

«Es de justicia divina que el cambio venga del fútbol femenino»

Hace ya año y medio que Beatriz Álvarez llegó a la presidencia de la Liga F. Un proyecto al que le está costando arrancar, quizá porque se cuenta entre los damnificados por el proceder de la Federación Española pero al que su presidenta augura un gran futuro.

Beatriz Álvarez, pesidenta de la Liga F. (Irina R. HIPÓLITO | EUROPA PRESS)

Beatriz Álvarez Mesa sigue atentamente todos los acontecimientos que se desarrollan estos días en torno a la Federación Española. Lo hace con la esperanza de que los cambios sean reales porque la Liga F ha sido una de las damnificadas por las maneras con las que ha funcionado el organismo pero con el optimismo justo, visto que en la todavía corta trayectoria de la competición que preside, cada buena noticia se ha visto ensombrecida por algún obstáculo mayor.

No todos han tenido el mismo origen. Como el año pasado, la Liga F ha comenzado una semana más tarde de lo previsto, después de que el encallamiento en la negociación para la actualización del convenio colectivo acabara llevando a las futbolistas a la huelga.

Hablábamos hace un año y el titular de la entrevista era «Nuestro reto ahora es mejorar el producto». No sé si lo han conseguido y, sobre todo, con tantos frentes abiertos, si han tenido tiempo para ponerse a ello.

Ha sido muy difícil porque cada traba y cada dificultad nos resta energía y mucho tiempo. Tiempo que deberías estar dedicando a mejorar la competición, a proyectos e iniciativas que están estancadas o como mínimo no llevan el ritmo que deberían llevar. Así que valoramos cada paso que damos como una victoria.

El último paso no ha sido fácil. Muchos meses de negociación, reuniones maratonianas y una jornada de huelga antes de acordar un nuevo salario mínimo.

Han sido semanas muy difíciles. Es cierto que por parte de los clubes he sentido siempre la capacidad de hacer un esfuerzo y te da cierto alivio pensar que siempre podía haber un margen de mejora, algo imaginativo para solventar diferencias, y ver que los clubes estaban dispuestos a facilitar el acercamiento. Es verdad que en un primer momento había rechazo continuo por parte de los sindicatos, que no alcanzábamos las pretensiones que tenían pero al final lo más positivo es la capacidad que tenemos las personas, en este caso las dos partes, de haber encontrado un punto en el que todas, sin salir victoriosas, podemos sentirnos cómodas.

Era evidente la necesidad de actualizar el convenio, pero ¿le ha sorprendido que se llegara a la huelga?

Más que sorprenderme, lo he lamentado porque no beneficia en absoluto al fútbol femenino. Después de la situación que se generó con el «caso Rubiales», me daba la sensación de que se entremezclaban las situaciones en un momento en el que lo que necesitábamos estabilidad y paz.

Tampoco me voy a quitar responsabilidad. Estábamos en puntos muy diferentes y quizá no supimos trasladar a las jugadoras el momento real que vivimos. A todas nos gustaría estar en otro sitio y trabajamos para llegar ahí lo antes posible pero el momento que tenemos ahora, con los clubes que tenemos ahora, los recursos... Quizá nos faltó hacer pedagogía para que vieran el sobreesfuerzo que están haciendo los clubes, el coste económico, el endeudamiento que hay todavía y que se trabaja por y para ellas.

«Quizá nos faltó hacer pedagogía para que las jugadoras vieran el sobreesfuerzo que están haciendo los clubes, sobre todo los más modestos»

La huelga fue unánime pero el sentir de las futbolistas no y así lo hicieron saber algunas públicamente.

Hubo total respeto y mantuvimos a las jugadoras al margen porque los interlocutores en una negociación de convenio colectivo son los sindicatos. Pero me escribieron muchas futbolistas que no entendían la postura. Yo creo que hay muchas jugadoras que saben perfectamente dónde estamos, por el contexto, por su recorrido, por las circunstancias que han vivido. Y hay jugadoras que igual llevan menos tiempo jugando, que van viendo cómo esto se profesionaliza, que hay clubes con una capacidad económica como el Barcelona que difiere mucho de la realidad de un Sporting de Huelva o de un Levante las Planas y quizá no conocen el contexto de esos clubes más modestos. Por eso creo que hubiera sido necesaria una mayor interloción, una pedagogía con ellas.

El acuerdo se alcanzó. Y ahora, ¿les salen las cuentas?

La evolución de los gastos federativos ha sido escandalosa provocando que la situación haya ido siendo cada vez más insostenible para muchos clubes. Los sindicatos en algún momento nos decían que no era su problema; o alguno de los sindicatos porque otros eran más comprensivos. Tratamos de recordarles que el problema iba a ser de todos porque lo que te roben otros te va a perjudicar a la hora de pagar a laas jugadoras. Creo que la cifra que alcanzamos permite la sostenibilidad aunque supone un sobreesfuerzo, sobre todo para los clubes más modestos. En la Liga F trabajaremos de la mano de ellos para generar más recursos.

Generarlos y que se queden en la competición en mayor porcentaje que hasta ahora.
El incremento de los costes federativos ha sido escandalosa. Las inscripciones, las tarjetas que se han equiparado a la Liga masculina... Solo el recibo arbitral a los clubes ha pasado de 3.300 a 15.000 euros por partido. El Estado está poniendo dinero a través de la subvenciones del CSD, los clubes permanentemente ponen dinero, las jugadoras están haciendo un esfuerzo y ves cómo hay un cuarto, que es la Federación, que no solo no pone dinero sino que, aun manifestando que son la Federación más rica de Europa, lo que hace es quitarlo.

La guinda llegó en primavera con ese 20% de sus ingresos que deben dar a la Federación al margen de las tasas.

Para nosotros fue un punto de inflexón total con el CSD. Hasta ese momento entendíamos que esto era una apuesta del país, había sido una apuesta del propio gobierno. Pero cuando hay una mediación del CSD en ausencia de un convenio de coordinación y el CSD resuelve no solo los siete puntos que obliga la ley sino muchos otros que no le corresponden porque corresponden a la voluntad de las partes, y en ese momento nos obligan a dar a la Federación un 20% de nuestros ingresos comerciales, la contradicción es evidente. Lógicamente, está recurrido y veremos en que queda.

«El Gobierno apostó por la profesionalización, pero las decisiones posteriores se contradicen con esa apuesta y nos han perjudicado»

Siempre han denunciado la connivencia del CSD, que es un órgano gubernamental, con los desmanes de la Federación Española. En una entrevista a ABC decía «El Gobierno de Sánchez ha decepcionado al fútbol femenino».

Es así, lo digo con toda la franqueza. Apostó por la profesionalización del fútbol femenino pero las decisiones posteriores se contradicen con esa apuesta y nos han perjudicado. Dos horas antes de la última reunión del convenio, Víctor Francos hace una declaraciones gravísimas, diciendo que la subvención de los 7,5 millones que nos daba a la LPFF permitía no solo pagar el salario de las «directivas», sino también el de las jugadoras. Me parece gravísimo que el Secretario de Estado no sea consciete de lo que firma porque esa subvención no se puede destinar a sueldos y salarios. Y no sé qué es peor pensar, que hay desinformación o mala fe. Y lo que es peor, que llegue antes de la reunión con los sindicatos, cuando cualquier información equivocada puede boicotear la situación. Es muy grave u todavía no le he oído disculparse o corregir el error.

¿Qué piensa cuando ve ahora a Francos o Miquel Iceta llevarse las manos a la cabeza con lo que pasa en la Federación Española?

No me corresponde juzgar lo que pueden sentir los políticos que en algún momento pasaron como si no vieran algunas cosas y ahora tienen que dar la cara y tomar decisiones. Lo que quiero pensar es que, pese a la lamentable situación posterior, se ha ganado mucho más que un Mundial. Se ha visibilizado la estructura maquiavélica que había detrás de los dirigentes de la Federación y ese sistema clientelar basado en represalias, amenazas y demás, que yo viví en primer persona, incluso delante del propio Secretario de Estado, que se ha permitido y se ha mirado para otro lado en muchísimos casos, que se ha dado el brazo a torcer en cuestiones en las que que se había tenido que ser mucho más tajante. Al final se ha visto el tipo de dirigente que había detrás y creo que políticamente ha sido muy castigado.

«Se ha visibilizado la estructura maquiavélica que había detrás de los dirigentes y ese sistema clientelar, basado en represalias, amenaas y demás»

¿Va a beneficiar a la Liga F la marcha de Luis Rubiales?

Creo que el argumento que utilizan las internacionales es el que podríamos utilizar cualquiera de las personas que estamos en el mundo del fútbol, no solo del fútbol femenino. Somos todos conscientes de que el cambio no pasa solo por Rubiales, sino que requiere u cambio estructural, de personas, de formas de actuar, de fondo. Esperamos que todas esas palabras, ese compromiso que tiene el señor Rocha de hacer cambios reales, se conviertan en hechos porque eso  significaría poder llegar a una paz institucional que ayudaría a mejorar el fútbol entre todos.

Hemos vivido un momento en el que se ha visto lo mejor de nosotras, la calidad que tenemos, y también lo peor, lo que llevamos muchos años denunciando y no se veía. Creo que ahora tenemos una oportunidad para cambiar las cosas. Y es de justicia divina que sea el fútbol femenino el que está tratando de cambiar todo este sistema corrupto.

Y poder hablar por fin de fútbol y nada más.

Desde luego. Queremos que se empiece a hablar de partidos, de goles, de las jugadoras, de la familia del fútbol femenino, de los valores, de lo que tenemos. Estamos haciendo mucho trabajo, muchas iniciativas de desarrollo de marca, de mejora del producto audiovisual... Queremos empezar a contar cosas que motiven, que construyan, que animen a los patrocinadores y apuesten por ello para que podamos seguir creciendo.

Si por fin pueden ponerse a ello, ¿qué les falta para ser la mejor Liga del mundo? La selección ya la tienen.

En primer lugar, aprovechar la situación actual para establecer un clima de paz institucional que nos permita ir de la mano de la Federación y el Gobierno. Y seguir con los pasos que ya estamos dando, de mejora del producto audiovisual, de los campos en los que juegan los equipos... Que, aprovechando también el tirón del Mundial, sigamos creciendo en espectadores presenciales y audiovisuales y en patrocinadores. Y que podamos demostrar que somos más que un organizador de competición, que queremos ser algo más, un símbolo de cambio, impactar en la sociedad...

De todos modos, yo creo que ya somos un referente mundial y que junto a la Liga inglesa somos la más potente del mundo. En la final del Mundial había 23 futbolistas de la Liga F, tenemos las mejores jugadoras, clubes que son referentes... Si en un año y con este clima belicoso hemos llegado hasta aquí, creo que el futuro es imparable.