Strade Bianche, el pelotón contra Tadej Pogacar y Demi Vollering
Este sábado se disputa la Strade Bianche por las carreteras de la Toscana. Con sus icónicos tramos de tierra blanca, la prueba de 213 kilómetros en categoría masculina y de 132 en la femenina enfrentará a los mejores ciclistas del pelotón internacional con Pogacar y Vollering por encima del resto.
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Markel Irizar era un gregario muy respetado en el pelotón, aunque rara vez aparecía en cabeza cuando se decidía la carrera. En la Strade Bianche de 2016, cuando pasaban por los caminos de sterrato y se iba a seleccionar la prueba, se vio en el grupo principal. Entonces, escuchó por el pinganillo: «Chicho, ho forato!». Quien le hablaba era su líder, Fabian Cancellara. Había pinchado y Markel tuvo que parar y cederle su rueda. Cien metros más adelante le pidió la otra rueda. En poco tiempo, Markel pasó de verse en el grupo de favoritos, a esperar al borde de la carretera con dos ruedas pinchadas en la mano. Cancellara ganó la prueba aquel día y esperó en meta la llegada de Markel. «Si no fuese por ti, no lo hubiera hecho», le dijo.
La Strade Bianche es así. Los caminos de tierra que le dan nombre la asemejan a las clásicas del norte, pero su recorrido está repleto de subidas y bajadas, que la acercan más a una Lombardia o una Klasikoa. Unos paisajes de postal, en plena Toscana italiana, que encierran un recorrido muy exigente. Como se disputa en invierno, no es extraño que la lluvia esté presente y entonces, la tierra se convierte en barro y todo se vuelve más difícil.
En definitiva, hablamos de una carrera muy completa, que da opciones a ciclistas con características muy diversas. La han ganado expertos en el pavés, como Cancellara o Van Aert, pero también hemos visto brillar allí a escaladores como Bernal o Bardet. Es una carrera dura e impredecible, muchas veces cruel, pero también gratificante. Y cada vez más, porque su prestigio sigue creciendo notablemente cada año.
Y es que, pocas carreras lucen un palmarés que incluya a Pogacar, Van Aert, Van der Poel, Alaphilippe y Pidcock entre los ganadores de las últimas seis ediciones de la edición masculina. A Kopecky, Vollering, Longo Borghini o Van Vleuten en la edición femenina. Pocas carreras, también, han dejado momentos tan icónicos como la subida de Via Santa Caterina que hizo Van der Poel en 2021, lanzando un ataque demoledor, en el que movió 1.004 vatios, para dejar sin ninguna opción a Alaphilippe y Bernal. O el duelo del año 2023 entre Vollering y Kopecky, las dos líderes del SD-Worx, que se jugaron la victoria en un sprint cerrado sin tácticas de equipo, ganado por la neerlandesa y que, a la postre, evidenció la tensión que había entre las dos ciclistas. «Me hubiera parecido hipócrita si nos hubiéramos lanzado a abrazarnos nada más pasar la línea de meta», declaró más tarde Lotte Kopecky.
Vollering y Pogacar, por encima del resto
En aquella edición, Kopecky se tuvo que conformar con el segundo puesto, pero logró resarcirse un año más tarde. En esta ocasión, por el contrario, ha preferido no participar, dejando a Demi Vollering como principal favorita. La neerlandesa, ahora en el equipo FDJ-Suez, cuenta ya con todo un equipo a su disposición, aunque su compañera, Juliette Labous, parte como otra de las favoritas para la victoria en Siena. La italiana Longo Borghini, ganadora en 2017, o la actual ganadora del Tour, la polaca Katarzyna Niewiadoma, deberían ser las principales rivales de Vollering, en una carrera que no contará con ciclistas euskaldunas. Sí participará el equipo Laboral Kutxa, aunque con corredoras italianas, además de la uzbeka Yanina Kuskova.
A fin de cuentas, una Strade Bianche con Vollering como gran favorita, pero abierta a otras candidatas, entre las que no hay que olvidar a la balear Mavi García, que sí, tiene 41 años, pero sigue corriendo a un alto nivel y ya ha demostrado que la carrera toscana se le da muy bien.
En categoría masculina, todo lo que no sea una victoria de Pogacar sería una sorpresa. El esloveno cuenta además con el equipo más completo, lo que le permitirá un mayor control de la carrera y una mayor variedad de estrategias. Aunque, si nos atenemos al precedente del año pasado, todo esto sería innecesario. Anunció que atacaría en la subida a Santa María, a 80 kilómetros de meta, lo cumplió y se marchó solo hasta llegar a la Piazza del Campo de Siena con 2:44 de ventaja respecto al segundo clasificado, Toms Skujins.
Este año, además, Pogacar tiene el aliciente añadido de poder igualar las tres victorias que mantienen a Cancellara como el ciclista más laureado en esta prueba. En las dos victorias anteriores, Pogacar logró la victoria con ataques a 50 y a 80 km de meta. Habrá que ver si este año prueba la misma estrategia o se lo toma con más calma. Por el momento no ha anunciado dónde tiene previsto atacar.
Bilbao y Landa, entre los favoritos
Cuando Pogacar atacó a 50 de meta en la Strade Bianche de 2022, Carlos Rodríguez intentó seguirle durante varios kilómetros, pero terminó desistiendo. Dos años más tarde el ataque fue a 80 de meta y ya nadie intentó irse con él. No es fácil enfrentarse al esloveno, pero tampoco es posible resignarse a su dominio. Este año, la Strade Bianche contará con suficientes ciclistas capaces de desafiarle. Pidcock ya ganó esta prueba en 2023 y Hirschi tiene capacidad para hacerlo. Ambos han optado esta temporada por dejar grandes equipos, como UAE e INEOS y fichar por Q36.5 y Tudor, que no forman parte del World Tour. Eso les obliga a tener protagonismo en este tipo de carreras para asegurarse la presencia en los Monumentos.
Y como ocurre siempre que el perfil de una carrera adquiere forma de sierra, también hay ciclistas euskaldunes entre los favoritos. Mikel Landa y Pello Bilbao figuran en esa lista y habrá que estar pendientes también de los Cofidis Alex Aranburu o Ion Izagirre.
Landa debuta esta temporada y se estrena también en la Strade Bianche. Saldrá con el dorsal número 1 de su equipo, aunque con muchas dudas por resolver. Pello Bilbao, por su parte, viene de ser tercero en el Tour del UAE y en la Vuelta a Valencia. Conoce la carrera y sabe lo que es hacer Top10 en Siena. Tal vez sea una prueba excesivamente dura para sus características, pero también tiene tramos que le permitirán brillar.
Por delante esperan 213 kilómetros, 82 de los cuales conforman los 16 tramos de sterrato, para la carrera masculina. 135 kilómetros, con 50 de ellos formando los 13 sectores entre caminos de tierra, para la carrera femenina. Se trata de una carrera que acostumbra a dar espectáculo y es probable que en esta edición ocurra lo mismo. La carrera ya ha conseguido abrir el debate acerca de cuál es el sexto monumento, pero seamos un poco cautos, que carreras como la Gante-Wevelgem, Amstel, Flecha o Klasikoa tienen mucho recorrido a sus espaldas. Mientras tanto, disfrutemos de los caminos de tierra blancos; de Pogacar, Vollering y compañía.