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Pogacar busca su cuarto Tour con Vingegaard como única amenaza

El esloveno parte como principal favorito al Tour, que arranca el sábado en Lille. Solo Vingegaard, dos veces ganador, ha sido capaz de batirle en la carrera francesa hasta ahora. Ion Izagirre y Álex Aranburu, únicos corredores vascos en la línea de salida.

Pogacar saluda durante la presentación de equipos del Tour en Lille. (Loic Venance | AFP)

21 etapas, 3.338 kilómetros, 23 equipos, 184 corredores, un nombre y una incógnita. La 112ª edición del Tour arranca en Lille con Tadej Pogacar como favorito indiscutible al triunfo y la única duda sobre el hito que querrá apuntarse esta vez, más allá de ganar con el maillot arcoiris, unirse a Chris Froome con su cuarta victoria y acercarse al cuarteto de pentacampeones. Cada vez lo tiene más difícil porque el año pasado ya se marcó el doblete Giro-Tour y completó su actuación más exitosa con seis victorias de etapa, 19 jornadas (todas menos dos) vestido de amarillo y más de seis minutos de ventaja final sobre Jonas Vingegaard, la mayor diferencia en sus tres Tours.

Pogacar correrá contra la historia y el resto del pelotón contra Pogacar. Aunque en ese 'resto' muy pocos parecen capaces de discutir al esloveno que, siguiendo su costumbre, llega a la línea de salida con el bolsillo repleto de victorias. De las que se escriben con mayúsculas, incluyendo su reciente exhibición en el Critérium du Dauphiné. Allí coincidían por primera vez este año con Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, con los que no se veía desde el podio de Niza hace un año, y aunque ambos quedaron por delante en la contrarreloj, que se adjudicó el belga, el líder de UAE se llevó otras tres etapas y la general con total superioridad. La primera victoria de este Tour antes incluso de que comenzase.

Pero ni siquiera Pogacar es invencible. Y el 'casi' se lo añade, precisamente, Vingegaard, el único que ha sido capaz de derrotarle en el Estado francés y que puede presumir de una puntería similar a la del esloveno. Si este ha saldado sus cinco participaciones en la carrera gala con tres victorias y dos segundos puestos, para el corredor de Visma han sido dos y dos en las cuatro ediciones que ha disputado.

De los corredores con los que han compartido podio en estos cinco años, Richard Carapaz no estará por una inoportuna infección gastrointestinal, Richie Porte está retirado, Geraint Thomas no parece estar para muchos trotes –aunque tampoco el año pasado y fue tercero en el Giro de Pogacar– y Adam Yates tendrá que dedicar sus esfuerzos al esloveno. Primoz Roglic no ha podido terminar el Tour en ninguna de sus tres participaciones desde que fue segundo en 2020, cuando Pogacar se lo arrebató en la penúltima etapa, aunque por el camino se ha embolsado tres Vueltas y un Giro. La edad, cumplirá 36 años en octubre, también juega en su contra y el propio corredor confiesa que su primer objetivo es «llegar a París y tomarme allí una copa de champán».

Así que solo queda Remco Evenepoel, que el año pasado ya fue tercero en su debut aunque bastante alejado de sus compañeros de podio. Lo que pueda rascarles contra el crono no compensa sus peores prestaciones en montaña, con lo que tiene complicado superar su listón. Al menos si no se cruza en el camino de los favoritos algún perro, bache, caída masiva o desfallecimiento, que tres semanas son muy largas.

Al debutante Lipowitz, Carlos Rodríguez, Mas, Guillaume Martin, Gall y compañía –sin olvidar a los coequipiers de los grandes líderes que tengan que dar un paso al frente si estos fallan– les tocará animar la carrera, aunque su resultado final no pase del top10 en el mejor de los casos. Tampoco lo tendrán fácil para llevarse alguna etapa, entre las que se repartan los líderes y las que pueda cazar Van der Poel, al menos cuando no le toque trabajar para Phillipsen, el sprinter a batir, que el año pasado se llevó tres etapas aunque el maillot verde está en casa de Biniam Girmay.

Entre todos no dejan muchas opciones a la representación vasca, ciertamente exigua. La ikurriña solo lucirá este año en los dorsales de Álex Aranburu y Ion Izagirre, precisamente el último de los nuestros que ha levantado los brazos en el Tour, hace dos años.

Íntegramente en el Estado francés

Habrá que ver si encuentran alguna etapa a su medida en una edición que se correrá íntegramente por carreteras francesas, desde el pistoletazo de salida. 21 jornadas que, con la carrera huérfana de campeones locales cuarenta años después del último triunfo de Hinault, incluyen varios homenajes a los grandes nombres del ciclismo francés. Robic, Bobet, Anquetil, Hinault... Todos tendrán su 'momentico' en una carrera que también recuerda el 50º aniversario del maillot blanco y de la llegada a los Campos Elíseos, donde volverá a acabar el Tour tras hacerlo el año pasado en Niza por los Juegos y que precisamente rescata de la cita olímpica el paso por Montmartre para endurecer la jornada.

El recuerdo a Hinault será doble y agridulce. La séptima etapa pasará por su localidad natal, Yffiniac, camino de la explosiva llegada al Mur de Bretagne, y la 14ª, entre Pau y Superbagneres, calcará aquella de 1986 que supuso el principio del fin de su reinado. Con pasos previos por Tourmalet, Aspin y Peyresourde, será una de las seis llegadas en alto de esta edición.

La primera se hará esperar hasta el 14 de julio, con una jornada nerviosa, con siete altos de montaña de 2ª y 3ª y final en el Puy de Sancy. Tres días después, se ascenderán Soulor y Borderes antes de acabar en Hautacam y dos más tarde, llega la gran jornada pirenaica con final en Superbagneres. Solo pasarán otros dos, uno de ellos de descanso, antes de que los ciclistas asciendan al Mont Ventoux, final de la 16ª etapa. Y tras otra jornada de transición, se encadenarán las dos etapas alpinas. En la 18ª, se ascenderán Glandon y La Madeleine antes de llegar al Col de la Loze, de mal recuerdo para Pogacar –ahí vino su «I'm gone, I'm dead» en 2023– aunque esta vez acaba arriba. Y en la 19ª, Saisies, el Col du Pré y el Cornet de Roselend precederán la ascensión final a La Plagne.

Además de alguna jornada puñetera, si es que alguien se anima a montar una encerrona, también tendrán incidencia en la general la contrarreloj del próximo miércoles en Caen, de 33 kilómetros, y la cronoescalada de once kilómetros a Peyragudes del 18 de julio, encajada entre las jornadas de Hautacam y Superbagneres.