«Hace falta paciencia porque ningún proyecto, ni siquiera el mejor, tendrá rendimiento mañana»
Esta entrevista tuvo lugar antes de la triple victoria de Saski Baskonia ante Dubai, Efes y Tenerife, con Paolo Galbiati en riesgo de cese. Pero no es un glosario de consejos sobre cómo preservar el cuello, sino lo que es el coaching y la visión de David Gil sobre el Baskonia y el «mundo exterior».
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«Saboreaba su café con leche (…) comenzó a golpear con la cucharilla en el vaso, agitando levemente su contenido. Impulsado por el tintineo, Cemí corporizó de nuevo a Oppiano Licario. Las sílabas que oía eran ahora más lentas, pero también más claras y evidentes. Era la misma voz, pero modulada en otro registro. Volvía a oír de nuevo: “ritmo hesicástico, podemos empezar”».
Paradiso - José Lezama Lima
¿A qué nos referimos cuando hablamos del ‘coaching’?
El término «coach» viene de lo que antiguamente era una especie de autobús –la Diligencia se traduce como «Stagecoach»–, en el que se trasladaba de un pueblo a otro. El «coach» era el que te llevaba de un sitio a otro. Y de ahí surge el «coaching». ¿Y qué es eso? La labor que te lleva de un estado a otro distinto, principalmente a uno al que quieres llegar y por el que quieres evolucionar y cambies tu vida vida a mejor.
Usted es maestro de formación, pero que derivó en entrenador «coach» de baloncesto.
Más bien, en mi caso soy maestro de Educación Infantil marcado por el baloncesto. Había decidido estudiar Psicología; también me gustaban la Historia y la Filosofía. Pero en el momento de matricularme en una carrera me surgió la oferta de entrenar al Zuzenak, al equipo de Baloncesto en Silla de Ruedas de Gasteiz, y al «David entrenador» le saltó la alarma. No podía decir que no a esa oferta.
Pero Psicología se estudia en Donostia, igual que Filosofía. Entonces me decido por Historia, que sí se estudia en Gasteiz, pero me dicen en casa que adónde voy. Y entonces elijo Magisterio. Y así empecé, lo cual no va tan desencaminado a mi forma de ser y de vivir y de cómo me tomo mi vida, que consiste en formar.
Ahora fuera del Baskonia, ¿el «coach» David Gil forma a otros entrenadores o también en otro tipo de empresas?
He trabajado con distintas empresas, aunque no mucho. Sí estoy muy metido en la formación de entrenadores y también ejerzo una tutoría con la FEB en el Curso Superior de Entrenador, llevando un grupo de 25-30 personas los últimos cuatro años, con corrección de trabajos, exámenes, consulta de dudas… Y ahora me ha surgido una cosa atractiva de la Federación Portuguesa: tres formaciones presenciales para trabajar con un grupo de entrenadores, dejarles una serie de tareas y volver cada dos meses y hacerles un seguimiento. Con todo, mi vida profesional va encaminada a un proyecto educativo que espero salga en breve, después de mi cierre con el baloncesto.
Usted viene de unos «coaching staff» cada vez más extensos, y usted aboga que lo sean todavía más. ¿En un modelo de baloncesto cambiante, quién entrena al entrenador?
¿Quién cuida del entrenador? No tiene una respuesta, porque no hay esa dedicación en el deporte profesional. Son parte de los procesos y pasos que necesita el deporte. El basket está creciendo mucho y vemos una Euroliga de 20 equipos muy grande, con muchas jornadas dobles más la liga doméstica. Cuando una organización ligada a otras crece tanto por una vía, pero los clubes no son capaces de ver esa inquietudes, como es dotar al entrenador de herramientas para que sea mejor; en las empresas es cada vez más normal que haya mini-formaciones, conversaciones con los profesionales para ayudarlos…
Pero cuando no se cuidan los staff, o se convierten en que tienes que entrenar, viajar, ponerte el chándal… tiene que crecer también en esa parte. Por eso veo una necesidad imperiosa de que crezcan los staff: el técnico, el médico, el de nutrición, el de salud mental… Porque si no, ¿cómo mantienes a tanta gente fuera de casa durante tanto tiempo, con las derrotas, las lesiones, los viajes, la presión, el público, la prensa, tus estadísticas, tu agente…? Hablamos de una profesión para superhombres, algo que no existe.
Siempre se pregunta por «la soledad del entrenador». ¿Pero tanto es así en un trabajo de equipo?
¿No pega, verdad? Siempre se habla de «la soledad del líder» y hasta yo, que solo he entrenado e un nivel muy básico, lo he experimentado. Cuando pierdes, tu soledad crece, porque no contagias que la gente venga a tu lado. Pues imagina eso al extremo de un profesional en la élite. Tienes al presidente, al director deportivo, al que te paga… Los ayudantes, es lógico, dudan si arrimarse mucho al entrenador… Es gente que puede temer por su trabajo. Y es por eso que el entrenador acaba encontrándose solo.
«Si cada uno hace su trabajo porque el entrenador es capaz de hacer buenos roles, puede poner a los jugadores adecuados. Pero para ello necesitamos aprender de las nuevas tecnologías relativo a las estadísticas avanzadas para un rendimiento mejor»
¿Conspira el baloncesto contra su condición de trabajo en equipo? Las estadísticas de la estrella, la cara visible del entrenador como prolongación de un presidente…
Así es. De ahí que en los últimos años estudio más el apartado estadístico del «más menos» y no la valoración. No dice toda la verdad, pero da pistas de cómo estamos jugando en equipo. Porque la valoración te habla casi del egoísmo de un jugador. El «más menos» nos sitúa cómo está el equipo jugando contigo en la pista.
Si cada uno hace su trabajo porque el entrenador es capaz de hacer buenos roles, puede poner a los jugadores adecuados. Pero para ello necesitamos mucha más formación en cuanto entrenadores que quieran explorar y aprender de las nuevas tecnologías relativo a las estadísticas avanzadas para un rendimiento mejor. No vale lo que hacíamos hace 20 años. Tenemos más información que nunca, pero las ligas nos obligan a no cambiar y eso nos estanca, como veo en estos últimos años en los que vivimos una Euroliga tan grande. Creo que es un tema de comité de expertos; de hablarlo y concluir qué tenemos que mejorar en la formación de entrenadores.
Después de más de 20 años en el Baskonia, ¿lo que ve ahora del club le parece una racha de malos resultados o es algo más preocupante?
Yo he vivido la época dorada del Baskonia, época en la que raro era no jugar e incluso ganar una final. Pero estamos en un momento de cambio de época, de transición. Lo fácil sería decir que hay que dar con la tecla, pero creo que hay que ir más allá y ver qué cosas verdaderamente tienen que cambiar para no perder todo lo que se ha ganado en años. Eso es algo que tienen que trabajarlo dentro y para ello hay que tener la paciencia necesaria para que el proyecto mtenga efecto. Pero para ello, ante todo, hay que creer en él.
En ese sentido, Josean Kerejeta ha tenido el buen ojo de buscar grandes entrenadores con un perfil similar para poder seguir ganando. No sigue Dusko pero viene ‘Peras’, que tiene una idea similar. Incluso Neven –Spahija–, la tiene, con sus matices; pero el rigor es el mismo. Incluso con Pedro Martínez o Sito Alonso. Ahora el Baskonia ha decidido cambiar y dar ese paso, con Pablo Laso o Paolo Galbiati. Pero es muy difícil hacer un cambio y que funcione al día siguiente.

Ya. Pero una de las características de las que hace gala el club es la ambición; no tanto la paciencia.
El equipo sabe reaccionar, lo hemos visto. Pero le falta la paciencia de ponerse por delante. Y si nos referimos al club, este es precisamente el momento de la paciencia. ¡Estamos arrancando un proyecto nuevo! Ningún proyecto, ni el mejor, tendrá rendimiento mañana mismo. Eso es algo que en mi familia y una amiga en concreto, Presen, me lo recuerda siempre. Con la pasión y las dedicación que se le pone, no importa lo que inviertas hoy, dará frutos, pero con el tiempo y con paciencia.
El infierno está empedrado de grandes proyectos llenos de pasión y dedicación.
Por supuesto. A veces no era el momento; a veces no tocaba… Pero casi nunca ha habido paciencia. Pero estoy convencido de que con la paciencia y el seguir haciendo las cosas, se llega a muchos sitios.
De igual modo, con un nuevo entrenador, lo que menos dura es la paciencia, pero porque los resultados te llevan a ello. Y en ese momento, el entrenador se pone nervioso y aunque no lo quieras transmitir, lo transmites.Y ahora que lo veo desde fuera, no me refiero a Galbiati necesariamente, veo a muchos entrenadores que no dirigen. Se preocupan de estar muy activos y presentes; que se les vea. ¡Pero así no ven el juego! Veo banquillos que se levantan completamente, entrenadores que andan en dirección opuesta a donde está el juego… El entrenador necesita su momento de pausa; sentarse y compartir con sus ayudantes las ideas. Y los ayudantes han de observar el juego, no ser codirectores.
«Remar juntos es buscar las soluciones y para ello, ha de haber muchas opiniones, si no «divergentes» sí «diversas». Y si esas ideas chocan ¿dónde está el problema?»
¿El ayudante ha de dar su opinión, aunque al jefe no le guste?
Claro. Hay momentos en los que sí. Pero primero piensa en el jugador. Se retransmiten tiempos muertos donde no se ven soluciones, sino enfados. El jugador ya sabe que lo ha hecho mal, porque nadie sale conscientemente a hacerlo mal. No puedes gritar, tirar la pizarra y luego decir «jugamos la tres arriba». Eso se ha quedado muy atrás y hay que avanzar.
Y respecto del ayudante, sí, hay que encontrar el momento de decírselo. A mí, mi formación de profesor y de coaching me ha ayudado. Mi formación en coaching coincide con la entrada de Sito Alonso, y eso cambió mi manera de relacionarme con los entrenadores. Y de ahí me di cuenta de que alguno me escuchaba más; guiarlo en cómo veía yo las cosas y luego que tomase él la decisión. Sí que he conseguido hacer pensar a muchos entrenadores y que ellos quieran escucharme.
Es más, yo he durado tanto tiempo no tanto por voluntad de la gente interna del club, sino por los entrenadores. En mí han visto que era una persona que podía seguir cultivando lo que venías siendo el éxito del Baskonia. Si tienes historias de éxito, no las puedes borrar de golpe; alguien las tiene que conocer y cuidar para poder transmitirlas.
¿Hace falta un staff con «pensamientos divergentes» para llegar a buen puerto?
Sí, pero sin que eso signifique que cada cual va por su lado. Remar juntos es buscar las soluciones y para ello, ha de haber muchas opiniones, si no «divergentes» sí «diversas». Y si esas ideas chocan ¿dónde está el problema? Luego habrá un líder que tome las decisiones, pero si solo escuchamos lo que queremos oír, tampoco vamos a avanzar.
¿Cuándo sobrevuela un cese, es más difícil que un líder escuche?
Yo lo he sentido y quien ve su puesto peligrar, también. En el caso de un entrenador, o de cualquier trabajador, es la peor sensación que puede tener. Solo los resultados hacen que los dirigentes cambien a su vez de opinión. Pero ojo, elaborar un equipo es un trabajo a largo plazo y los resultados a corto pueden ser engañosos. Por eso, es el momento de estar juntos, me refiero al club entero.
Recuerdo un reproche a Dusko Ivanovic fuera de Gasteiz cuando llevó a todo su equipo a visitar museos en Atenas.
Montar actividades alrededor del equipo puede ser bueno, pero no sé hasta qué punto. Porque hay tantas horas que el grupo pasa juntos, que quizás hace falta lo contrario. Lo que quieres es cenar con tu pareja, estar con tus amigos… Hay que explorar bien hasta qué punto vienen bien estas actividades, porque influyen en el rendimiento final. Y no solo en el baloncesto, sino en cualquier empresa.
En verano usted dirigió un campus del Baskonia con gente joven. Ahí la mayoría de jugadores no van a dedicarse al basket. ¿Cómo lo enfoca?
Me han gustado de siempre estos campus y, de hecho, me había ido fuera de Gasteiz hasta que Jesús Vázquez me lo propone para montar uno con el Baskonia y entre Jesús Vázquez Carlos Izar De la Fuente montamos el Campus Internacional. He estado 17 años en él. Ese tipo de trabajo me gusta mucho porque es trabajar con gente adolescente en un ámbito que les gusta y a partir de ahí les puedes dar muchas herramientas: quitar timidez, pasárselo bien, aprender valores, hacer amigos, salir de casa…
Ahí está la esencia verdadera del deporte. El baloncesto profesional es empresa. El baloncesto como deporte está en los patios y en los colegios, en los parques…