Cuando Bilbo duerme, Mercabilbao trabaja: el pulso de la Navidad en sus pabellones
Con la llegada de la campaña navideña, Mercabilbao prevé superar las 2.000 toneladas de pescado y rozar las 20.000 de fruta en diciembre. Este viernes por la mañana, NAIZ ha accedido a las instalaciones y ha sido testigo de la intensa actividad con la que el mercado se prepara para estas fechas.
Son las 5.30 de la mañana y Mercabilbao ya está a pleno rendimiento. Los muelles de carga se llenan de furgonetas y camiones, mientras los comerciantes minoristas recorren los pabellones en busca del mejor producto. Es una escena habitual durante todo el año, aunque en estas semanas previas a la Navidad la actividad se dispara.
Como cada año, el principal mercado de abastos de la cornisa cantábrica ha abierto este viernes sus puertas a la prensa para mostrar cómo se gestiona el engranaje que hace posible el abastecimiento diario. Nos recibe el director general, Aitor Argote, que resume con cifras la magnitud de esta infraestructura dentro de la cadena de suministro: más de 236.000 toneladas comercializadas en 2025, un tránsito superior al medio millón de vehículos y un volumen de negocio cercano a los 700 millones de euros.
El pabellón de Pescado y Marisco empieza a notar el tirón
Nos adentramos en el pabellón de pescados y mariscos, uno de los espacios que más nota el tirón de estas fechas. Las previsiones apuntan a algo más de 2.000 toneladas, lo que, según el Mercabilbao, confirma una tendencia al alza en la demanda y distribución de productos del mar.
«En estas fechas la hostelería empieza a funcionar mucho más y nosotros lo notamos muchísimo»
Aquí hace ya un par de horas que ha empezado la faena. Entre venta y venta nos atiende Beñat, de la mayorista Beñat Arrainak, y nos comenta que, si bien en la primera semana de diciembre no habían notado mucho movimiento, en los últimos días «esto se ha empezado a disparar», con casi 500 pedidos en la jornada. «Yo creo que ya empiezan las comidas de empresa y de cuadrillas. La hostelería empieza a funcionar mucho más y nosotros lo notamos muchísimo», comenta.

Señala que sobre todo están vendiendo productos de precio medio, como merluza, chipirones o rodaballo, aunque también empiezan a dar salida a otros más caros como el besugo.
A unos metros, Ana, de Pescados Hermanos Sainz, señala que todavía no ha notado tanto el boom navideño: «Se nota un poco el aumento, pero no es para echar cohetes. Los minoristas nos comentan que la gente cada año tarda más en hacer pedidos y que cada vez son más pequeños», explica.
«La gente cada año tarda más en hacer pedidos y cada vez son más pequeños»
Una percepción similar comparte Gilbert, de la empresa Gorgoiza. «Año tras año la cosa va bajando», admite, aunque confía en que, con la llegada de las fechas fuertes, las ventas repunten. «Va entrando un género más especial, que la gente pide más de cara a Navidad, como el besugo o los calamares. También vendemos bastante lubina y dorada», añade.
Las frutas navideñas empujan las ventas
En los pabellones de frutas y hortalizas el ritmo es más sosegado. En diciembre del año pasado se registró una comercialización de 18.940 toneladas, y en este ejercicio las perspectivas son algo mejores, aunque no esperan llegar a las 20.000 toneladas. De cara a la campaña navideña destacan productos como la piña o el melón, pero sobre todo las uvas.
«Desde la pandemia los precios han subido una barbaridad»
Pero en los pabellones la sensación no es tan halagüeña. En el puesto de Garaia Koop, Amaia señala que el año va «bastante triste» debido al alza de los precios de los últimos años. «Aunque ahora empezamos a notar más el consumo de producto navideño como la uva, la cereza, fresa, arándano, mango o lima, lo cierto es que el consumo de producto diario está muy bajo. Desde la pandemia los precios han subido una barbaridad», explica.

Itxaso, de Frutas la Rondeña, también coincide en que el año está yendo «bastante flojito». «Esperemos que ahora, de cara Navidades, esto se anime un poco. Hoy ya hemos notado más movimiento y creo que a partir de la semana que viene se animará todavía más». Con respecto a los precios, también incide en que en los últimos años «han subido mogollón», aunque puntualiza que de cara a estas Navidades parece que se han estabilizado, «y esperemos que no suba». Por ejemplo, el kilo de uvas está en torno a los 2,10 euros.
Más allá de la coyuntura de este diciembre, muchos comerciantes coinciden en un problema de fondo: cada vez hay menos minoristas. «Cierran más fruterías de barrio y no vemos gente nueva», lamenta Itxaso.