SEP. 14 2025 PANORAMIKA Compartir «My House is your house» es el título de la exposición que repasa la obra de Chiharu Shiota y se puede ver en la Alhóndiga de Bilbo hasta finales de septiembre. (Sunhi Mang) Iker Fidalgo {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Un proceso creativo es un momento vulnerable. El trabajo artístico está plagado de dudas, probaturas, intentonas y búsquedas que hacen que todo sea siempre un paso previo hasta el siguiente avance. Muchas veces, si bien como público leemos las obras como piezas únicas, forman parte de caminos que siguen desarrollándose y no como un punto de llegada definitivo y estable. Asumir el arte como una práctica en constante movimiento nos ayuda a entender que detrás de cada obra hay una energía en vibración. Algo así como una tensión que la mantiene viva y atenta a lo que sucede alrededor, adaptándose a cada sala, a cada comisariado, escenario o nueva ciudad donde vaya a ser expuesta. Cuando entramos en una exposición, se nos abren las puertas de un nuevo lugar en donde no habíamos estado antes. Es una mezcla entre la puesta en relación de la sensibilidad más íntima de quien la crea y la posibilidad de formar parte de ello desde nuestro rol como visitantes. De esos dos mundos surge la potencia del arte, la capacidad de compartir emociones a través de lo perceptivo, dejando un espacio suficiente para que cada interpretación se apropie de aquello que le interpela. Precisamente desde esta experiencia, reseñamos hoy la exposición que el centro Alhóndiga de Bilbo inauguró a finales de mayo. Dentro del marco Prototipoak Bilbao, la Bienal Internacional de Nuevas Formas Artísticas, que tiene lugar cada dos años, la artista japonesa afincada en Berlín Chiharu Shiota (Osaka, Japón, 1972), inauguró “My House is your house”. Comisariada por Tereza de Arruda, Shiota presenta un repaso a su trabajo artístico desde los años noventa hasta las últimas obras realizadas de manera exclusiva para la cita en la capital vizcaina. Ya el atrio del centro muestra, a modo de prólogo, una primera pieza de potente contenido visual. “Internal Line” presenta varios vestidos de color rojo anudados entre sí; colgados del techo, adquieren volatilidad y una impresionante presencia. En la sala, encontramos varias obras tanto performáticas como gráficas que responden a su recorrido previo. Sin duda, nuestra experiencia estará marcada por la ocupación que la artista realiza del espacio. Casi desde un plano onírico e irreal, varios hilos rojos crean diferentes planos donde acaban por crear estructuras, así como atmósferas donde todo permanece suspendido. Para la muestra, la creadora ha contado con la colaboración de personas interesadas en compartir la esencia de sus hogares, creando un relato compartido sobre el concepto casa. Sin duda, la capacidad de dominar los procesos instalativos, el juego con el espacio y la potencia cromática hacen de esta una gran oportunidad para disfrutar de una propuesta que no dejará a nadie indiferente. Podrá visitarse hasta finales del mes de septiembre.