OCT. 26 2025 Los Tom y Jerry chinos Fotograma de «Tom y Jerry: Aventura en el tiempo», dirigida por Zhang Gang, la versión china de la famosa pareja que viaja a la antigüedad del país oriental. Mariona Borrull {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Si algún ofendido pretende apropiarse del tándem gato-ratón más icónico de la historia reciente, tendrá que probar que la expresividad acordeónica de los dibujos de la fábrica Hanna-Barbera no podría producirse bajo ningún concepto en suelo asiático. Si no, toca tragarnos la ligera perplejidad que la nueva película de Tom y Jerry invoca en el imaginario polvoriento al que los tenemos relegados: siempre en una casa indeterminada, pero nuestra. Sin intercambiar una sola palabra en inglés*, pero siempre estadounidenses. La filial china de Warner ha decidido crear su versión del tándem, que acaba de llegar a nuestras salas. En la autoconclusiva “Tom y Jerry: Aventura en el tiempo”, dirigida por Zhang Gang, la pareja viaja a la antigüedad imperial entre dragones, sabios canosos y maestros del kung fú. Warner tiene sus razones tras esta descentralización: primero, en Estados Unidos, la “Tom y Jerry” con Chloë Grace Moretz (2021) fue un fracaso sonoro, que sin embargo no tuvo tan mala recaudación en China (el 34% del total de la taquilla). Además, Trump lleva amenazando a China con imponer aranceles del 100% por lo que, siendo una industria con mucho músculo, pueden permitirse ignorar todo comercio internacional y hacerse su propia Tom y Jerry. Eso evita a la distribuidora Wuzhou encargar un producto con lógicas estadounidenses, que luego deba pasar por la tijera de la censura china. Las adaptaciones al gusto del Gobierno han sido una constante en la importación de los pocos títulos foráneos a los que China reserva un espacio en carteleras. En “Piratas del Caribe: En el fin del mundo” (2007) se introdujeron secuencias con Chow Yun Fat (“Tigre y dragón”) para agradar a la censura, que las recortó todas por ser un estereotipo racista. “Looper” (2012) tenía su estreno justo después de que se prohibieran las tramas de viajes en el tiempo, por lo que se remontó para convertirse en un film de acción en el Shanghái del presente. En “Doctor Strange” (2016) se corrigió el whitewashing de Tilda Swinton, disfrazada de maestra nepalí, para enmendar que aquella señora con túnica era indudablemente blanca. Warner planea explotar el mercado asiático con la franquicia: en 2022 lanzaron una serie de anime kawaii llamada “Tom & Jerry Gokko” para Japón, que ya va por los sesenta episodios, y en Singapur acaban de estrenar una antología de cortos en que Tom y Jerry comen durianes y se persiguen entre jarrones de porcelana lacada. Todo, lo encontraréis en YouTube. En el panorama de la animación familiar de estudio, donde las sorpresas no abundan, los maquillajes glocalizados dan nuevo carácter al corre que te pillo de siempre. * Excepto por aquella película extraña de 1992, donde de viva voz reconocían que no se hablaban… Porque no tenían nada que decirse.