AUG. 16 2015 SORBURUA A no olvidar en agosto TERESA MOLERES {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} El sol sigue quemando y el riego se hace imprescindible. Es inútil regar ligeramente la capa superficial del suelo cada día; resulta más práctico dejar pasar unos días sin regar y luego hacerlo copiosamente, después de un ligero aireado o escardado de la superficie. De esta manera, el agua penetrará y llegará a las raíces con facilidad. Sabemos si el riego ha sido suficiente cuando la tierra está húmeda a la profundidad de una azada. Aunque tampoco hay que pasarse con el agua y dejar la tierra anegada. Normalmente se riega al anochecer, para que las plantas conserven el frescor durante la noche, o muy temprano por la mañana. En verano, el huerto se riega diariamente, mañana o tarde. Cuando es por chorro, cuidado con la presión del agua, para evitar que haga agujeros en la tierra, la compacte y perjudique el follaje. El riego con regadera es práctico en superficies pequeñas, aunque es mejor optar por el gota a gota, que se puede reglar según las necesidades. En el momento de enterrar la red de conductores, hay que pensar en que los útiles del jardín, al trabajar la tierra, pueden romper la red. Con el riego de los tiestos y jardineras tenemos que ser especialmente cuidadosos, ya que es muy diferente del utilizado en el jardín o huerto. Las plantas en tiesto tienen poca tierra, lo que les impide retener el agua. Por lo que es recomendable regar todos los días y en pocas cantidades, para mantener húmedo el sustrato. Incluso se puede poner agua en los platos de los tiestos para que se vaya evaporando durante el día, algo que es imposible hacer el resto del año, pues las raíces podrían asfixiarse. Al igual que en el jardín, el sistema de gota a gota funciona muy bien con un tubo conectado al grifo. El verano es época de recolectar semillas. Al hacerlo, pensaremos en primer lugar en recoger los granos de las plantas salvajes, las variedades antiguas o clásicas. Serán más fuertes y de más fácil mantenimiento. Se recogen en un día seco, cuando las semillas estén muy maduras, y cada vez de una especie, solamente para evitar que se mezclen. Una vez clasificadas con nombre y fecha, hay que meterlas en sobres o saquitos y, por último, las guardaremos en una caja hermética.