SEP. 27 2015 MOTOR Propuestas de alto voltaje en Frankfurt joseba Eizagirre {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} La 66 edición del Salón del Automóvil de Frankfurt, que cierra hoy sus puertas, ha sido reflejo de una industria automovilística en ebullición, en un momento de transformación marcado por las tecnologías de la información y una movilidad alternativa definida por la electrificación del automóvil y la conducción automatizada. Precisamente, en el segmento de los coches eléctricos, la gran sorpresa de esta nueva edición del Salón alemán, que se alterna con el parisino, ha sido la firmada por el fabricante de automóviles deportivos alemán Porsche, celosamente guardada en secreto hasta para el resto de las marcas del grupo Volkswagen, al que pertenece. Se trata de un prototipo de cuatro puertas y cuatro plazas, con estilo similar al de 911, que embarca una nueva tecnología de propulsión eléctrica que ofrece una autonomía de 500 kilómetros bajo conducción deportiva. Además, este vehículo puede recargar en 15 minutos el 80% de su capacidad de batería, lo que supone poder recorrer alrededor de 400 kilómetros, también bajo condiciones de conducción deportiva. Estas capacidades, además de sus elevadas prestaciones de 600 caballos de potencia y una aceleración de 3,5 segundos para poner el coche desde 0 a 100 km/h, se derivan de una nueva tecnología de tensión de los motores eléctricos de 800 voltios, en lugar de los 400 voltios estándar. Este Porsche, llamado Mission E, supone «un salto cuantitativo» para la nueva movilidad y pone en difícil situación, según la opinión de algunos expertos, al fabricante estadounidense Tesla, hasta ahora la referencia en prestaciones y autonomía eléctrica. El Mission E es el punto de partida para la fabricación del primer modelo cien por cien de Porsche, aunque no se ha precisado la fecha de lanzamiento. La importancia de esta novedad eclipsó la firmada por Audi, que presentó el e-tron quattro, un SUV de tamaño medio totalmente eléctrico con cuatro propulsores eléctricos que ofrecen hasta 503 caballos de potencia y más de 500 kilómetros de autonomía, pero sin la tecnología exhibida por su «hermano» Porsche. Por su parte, Volkswagen, que mostró la nueva generación del Tiguan, anunció que este modelo dispondrá de una versión híbrida enchufable denominada GTE, propulsado por un sistema híbrido de 218 CV de potencia y 50 km de autonomía en modo eléctrico. Dentro de este grupo, Skoda mostró la versión familiar de su buque insignia, el Superb Combi, con una excepcional capacidad de carga (660 litros con todos los asientos desplegados), al tiempo que Seat desvelaba una interpretación crossover del León, denominada Cross Sport, que mezcla la deportividad del Cupra y la capacidad «off road» del León Xperience, abriendo la puerta a la introducción del primer SUV de la marca española, a mediados de 2016. Al final del Salón, a tenor de la aceptación de esta propuesta, decidirá si el León Cross Sport entra en producción, al margen de los cuatro nuevos modelos anunciados del nuevo plan de inversión. Opel (del grupo GM) mostró el aspecto de la quinta generación del Astra, el compacto alemán que mejora sustancialmente a su antecesor y se hace más deportivo en su aspecto, peso y dimensiones. Otro fabricante germano, BMW, aprovechó su participación en el Salón de Frankfurt para presentar la nueva generación de su «buque insignia», el Serie 7, así como la versión renovada de su todoterreno compacto X1 y del Serie 3. Además, desveló el M6 GT3 como un nuevo vehículo de competición para las carreras de resistencia. Mercedes-Benz apostó fuerte en casa con modelos como el todocamino GLC, sustituto del GLK, o la furgoneta Clase V en versión AMG, si bien su principal novedad fue la versión descapotable del Clase S, un vehículo de lujo que el fabricante alemán se ha atrevido finalmente a descubrir. Renault y Citroën. Entre las marcas francesas, Renault desveló la versión familiar o Sport Tourer del Talisman, sustituto del Laguna, así como la cuarta generación del Mégane, el compacto que se fabrica en la factoría de Palencia y que, al igual que los últimos productos de la marca, llama la atención por el rombo gigantesco colocado en el centro de la parrilla delantera. La fábrica castellana ya está preparando el arranque de la producción para abastecer el mercado en enero. Entretanto, Citroën logró atraer la atención de los medios de comunicación con el prototipo Cactus M, una recreación convertible del Cactus bajo la inspiración del concepto Mehari, así como con el Aircross, un SUV compacto que podría llegar al mercado en próximas fechas, mientras su marca DS mostraba la versión Crossback del DS4. Entre los fabricantes japoneses, Nissan mostró la nueva generación de la pick-up Navara, cuya plataforma comparte Renault, que hará su primer modelo en esta categoría, bajo el nombre Alaskan, y también Daimler (Mercedes-Benz). Honda acudió a Frankfurt con los nuevos modelos de producción del HR-V, el Jazz, el CR-V o el Civic Tourer; Mazda lo hizo con el prototipo de crossover Koeru; y Toyota desveló en primicia mundial la cuarta generación de su modelo híbrido Prius, así como la variante híbrida de su todoterreno RAV-4. Entre los superdeportivos, no pasaron desapercibidos el Lamborghini Aventador SV Roadster (750 CV), el Ferrari 488 GTB Spider (670 CV), el Bugatti Vision Gran Turismo (W16 con más de 1.000 CV) o el Aston Martin DB11 GT Bond Edition.