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MOTOR

Luz verde a los megacamiones


Pronto veremos circular por nuestras carreteras los megacamiones o «megatrucks», grandes vehículos de transporte de mercancías de 25,25 metros de largo y hasta 60 toneladas de capacidad. El Gobierno español ha aprobado una Orden Ministerial para regular la circulación de este tipo de camiones, con el objetivo de reducir el número de vehículos y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. Pero también acarreará consecuencias negativas. Su presencia puede provocar problemas en el tráfico y, en opinión de los transportistas, traerá una mayor precarización al sector. La polémica, pues, está servida.

Pero, ¿qué es un megatrailer? Actualmente, el transporte de mercancías se realiza en camiones de hasta 16,5 metros (entre cabeza y remolque) o de hasta 18,5 metros en el caso de camiones rígidos que suman un remolque, mientras el límite de carga está establecido en 40 toneladas. La nueva legislación, sin embargo, permitirá la circulación de los conjuntos de vehículos en configuración euromodular compuestos por más de seis ejes, de 25,25 metros de longitud y hasta 60 toneladas de Masa Máxima Autorizada (MMA). Aunque en un principio también se barajaba la posibilidad de permitir un aumento de la altura máxima a 4,50 metros, así como de la longitud de los semirremolques hasta 20,55 metros, estas modificaciones han quedado, de momento, aparcadas.

Para poder circular, eso sí, necesitarán de una autorización especial de la Dirección General de Tráfico (DGT) y deberán hacerlo obligatoriamente con un sistema de señalización de advertencia mediante señales luminosas o rotativos, así como portando la correspondiente señal de vehículo largo en su parte posterior.

La velocidad máxima autorizada será la misma que la establecida en la actualidad para los restantes vehículos de transporte pesado, esto es, 90 km/h en autopistas y autovías, y 80 km/h en carreteras convencionales.

Solo se permitirá su circulación por carreteras convencionales siempre que el recorrido por estas no supere los 50 kilómetros y sea como consecuencia del inicio o destino del viaje.

El conjunto que puede utilizarse actualmente para transportar 60 toneladas sería el de tractora de dos ejes, semirremolque de tres, enganche y remolque de dos ejes centrales (en la imagen). Los expertos, sin embargo, consideran que la adecuación de la nueva normativa a la flota actual va a ser complicada, ya que para llevar 60 toneladas se necesitan tractoras de tres ejes en lugar de las de dos que habitualmente circulan por nuestras carreteras (exceptuando los transportes especiales), puesto que al menos el 25% del peso total tiene que estar sobre el eje tractor.

Seguridad vial. Otro de los aspectos que más dudas genera es el referido a la seguridad vial, ya que las carreteras no están preparadas para estos vehículos gigantes y las curvas, rotondas y cruces pueden convertirse en auténticas trampas. A pesar de que, en principio, la preferencia de circulación se establece en torno a autopistas y autovías, la nueva legislación les permite transitar por vías convencionales si se trata del inicio o el fin del viaje, de forma que también los puentes y túneles pueden suponer un obstáculo.

Otro de los aspectos que había generado cierta alarma era el del aumento de la altura máxima de los vehículos hasta los 4,50 metros –medida que finalmente no ha prosperado– algo que incrementaría significativamente la posibilidad de vuelco, debido al aumento de la superficie de resistencia al viento y al desplazamiento del centro de gravedad de los vehículos.

Por último, las nuevas dimensiones de los camiones exigirán un esfuerzo en la formación de los conductores, sobre todo para poder garantizar la seguridad vial, ya que la maniobrabilidad no es la misma.

Controversia en el sector

Al margen de las dudas técnicas que genera la circulación de los megacamiones, la autorización concedida por el Gobierno español ha creado gran controversia en el sector. Sus principales defensores son las empresas cargadoras, muchas de ellas vinculadas al sector automovilístico, que ven una oportunidad para reducir sus costes de logística, ya que estos vehículos son especialmente adecuados para el transporte de piezas entre los fabricantes de vehículos y los de componentes. La Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ya ha calculado que el precio de la tonelada/kilómetro transportada bajará en un 22%, lo que acarrearía un ahorro anual de 110 millones.

Los profesionales del transporte, sin embargo, temen que ello no supondrá una mejora en los precios del porte y sí una mayor precarización. Así lo considera el sindicato de transportistas autónomos Hiru, que cree que la nueva normativa «posibilitará que se transporte más volumen por el mismo precio», es decir, «abaratar nuestro trabajo».

Además, teme que, al poder transportar mayores cantidades de mercancía en cada camión, se prescinda de un gran número de transportistas, algo que afectará «al eslabón más débil, es decir, autónomos y pequeñas cooperativas», y no a las grandes empresas de transporte.

Y es que la irrupción de los megacamiones obligará además a las empresas a renovar su flota, lo que requerirá fuertes inversiones que muchas de ellas no están en disposición de realizar después de tantos años de crisis.

Así pues, los profesionales ven una nueva amenaza para un sector que ha visto desaparecer decenas de empresas en los últimos años y que veía la posibilidad de empezar a levantar cabeza gracias a la bajada de los precios de los carburantes y al aumento de las exportaciones.