MAY. 29 2016 PANORAMIKA Distancia IKER FIDALGO ALDAY {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Cualquier análisis requiere de unas condiciones mínimas que garanticen su validez. Cuando nos enfrentamos a un proyecto artístico, más allá de lo visual, conviene intentar leer especificidades contextuales que nos desvelen pistas sobre la procedencia de determinadas cualidades. Poder alcanzar cierta visión panorámica nos permitirá valorar un proyecto en su conjunto para después bucear en él hasta perdernos en cuestiones mucho más subjetivas y emocionales. Las dos exposiciones que reseñamos en esta ocasión aplican esta distancia como punto de partida para presentar todas sus armas. La primera como un recorrido –aún en proceso– que nos permite dar buena cuenta de una trayectoria amplia y merecedora de renombre. La segunda nos habla de procesos vitales, en los que volver la vista atrás nos hace ser conscientes de nuestro propio presente. Crónica Inquieta (1987-2016) es el título de la muestra que se puede encontrar en el Museo Bellas Artes de Bilbo hasta el día 6 de junio. Visitar la exposición de Susana Talayero (Bilbo, 1961) supone una sugerente experiencia por las diferentes energías que construyen la propuesta. Aunque el inicio del recorrido establece unos parámetros sobre los que estructurar la visita, acaban siendo desbordados por la disposición de las piezas que ocupan el espacio de la sala. A pesar de que las tres partes de la exposición, Roma, Jardín y Cabezonas, responden a diferentes fases de la producción artística de Talayero, para nada estamos ante una retrospectiva estanca. En una destrucción de la propia estabilidad del término, normalmente utilizado para mostrar fases cerradas o recorridos finalizados, esta “anti-retrospectiva” provoca una deriva entre diferentes periodos y estados de la obra de la artista bilbaina, donde encontramos trabajos más sólidos y con una corporeidad potente, conviviendo con sutiles y volátiles frases, marcas o anotaciones. La instalación Mesa-Roma o la propia acumulación de piezas que conforman Jardín dan buena cuenta de esta enriquecedora inestabilidad. Superando los márgenes que el espacio impone en el lenguaje museístico, pinturas, dibujos y fotomontajes conviven en un proceso vivo. Incluso los dibujos que conforman Cabezonas ocupan prácticamente una pared entera, en un equilibrio delicado que juega con los límites de la propia sala. Las casi 100 obras crean un horro vacui –miedo al vacío– que se va autocompletando según aumenta nuestra relación con el propio proyecto y que se conjugan con una pieza de vídeo titulada “La murata”, que versa sobre la relación del espacio y el encierro creativo. “Mañana Goodbye. Grupo de mujeres que trabajan juntas” es una serie de 12 capítulos que ocupan un espacio en el centro Tabakalera de Donostia entre setiembre de 2015 y setiembre de 2016. A mediados de cada mes se añade un capítulo más hasta alcanzar las doce entregas que se van exponiendo como instalación audiovisual. El cambio de modelo productivo, por el cual la antigua fábrica de tabacos se ha convertido en el Centro Cultural Internacional actual, es la base del proyecto. A través de él surgirán preguntas sobre la memoria y la necesidad de tener en cuenta el pasado como una forma de entender nuestro propio presente y afrontar la incertidumbre del futuro.