OCT. 05 2025 CONSUMO Cursos de formación financiados Berta García {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Con la idea de mejorar su capacidad laboral, miles de jóvenes (estudiantes o en paro) optan por realizar cursos de formación, y es que cada vez la oferta es más amplia, tanto en materias como en centros. El escollo suele ser que, al no disponer de liquidez para sufragarlos, hay que recurrir a su financiación. Ante esta realidad de nuevo nicho de mercado está la banca con sus ofertas especiales para estudiantes. Conviene afinar la atención en lo que se ofrece. Entre el crédito al consumo y el préstamo personal hay una diferencia sustancial, ya que el primero, al estar vinculado a la compra y financiación de un servicio, se firma a través del empresario que nos lo vende. Este tipo de financiación está especialmente protegida por la Ley frente a comportamientos irregulares del prestamista, sobre la información que facilita y cómo la facilita. Es decir, que se dan tres condiciones esenciales: que el dinero se destine íntegramente a la formación, que así lo recoja el contrato y que exista un acuerdo entre el centro de estudios y la entidad financiera. En esos casos, si el curso no se llegara a impartir -como ha ocurrido en ocasiones- el o la estudiante solo tendría que devolver el importe equivalente al servicio realmente recibido. Que el crédito esté vinculado al curso es importante porque solo así se protegen en caso de que la formación contratada no llegue a ofrecerse. Los préstamos para estudiantes que ofrecen las entidades financieras (aunque no todas), son préstamos personales al uso (en la mayoría a nombre o avalados por las familias), no créditos al consumo. Esto significa que el dinero recibido no está necesariamente vinculado a que el curso se imparta efectivamente. Así que, ante un posible “cerrojazo” del centro u otras irregularidades, nada protege frente a la banca.