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ESCENARIO POLÍTICO EN ALEMANIA

La GroKo de Merkel, ¿con fecha de caducidad en Navidad?

El aspirante a canciller y presidente de la CDU, Friedrich Merz, ha puesto fecha de caducidad a la Gran Coalición de la canciller democratacristiana Angela Merkel (CDU). Espera su final para diciembre. Entonces el SPD tendrá que decidir si continua como socio en el bipartito con la CDU y su aliada regional, la bávara Unión Social Cristiana (CSU).


Tres semanas después de las elecciones europeas que se saldaron con severas pérdidas para la CDU y una debacle histórica para el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los dos partidos han entrado en crisis aunque a diferentes velocidades. Sus pérdidas van marcadas por el auge de los Verdes ecologistas como la nueva primera fuerza a nivel nacional, por ahora, disputando la hegemonía a la CDU. Algo parecido, pero limitado al este alemán, ocurre con la xenófoba Alternativa de Alemania (AfD) que se prepara para arrebatarle el primer puesto a la CDU en los comicios regionales de Sajonia que se celebrarán en setiembre. En ese estado libre, las encuestas sitúan al SPD en los 7 puntos, solo dos por encima del mínimo requerido para entrar en el hemiciclo de Dresde.

Como consecuencia, las cúpulas de la CDU y del SPD ha optado por lanzarse al ataque, los primeros contra la AfD y los segundos contra los Verdes. «Quien vota a la AfD, recibirá una alianza de izquierda», asegura Mike Mohring, candidato democratacristiano a ser ministropresidente de Turingia, otro land germanooriental que elegirá su Parlamento en otoño.

«Actualmente los Verdes intentan reducir todo el mal de este mundo a la cuestión del cambio climático», señaló uno de los tres presidentes interinos del SPD, Thorsten Schäfer-Gümbel, haciendo una comparación con la política de la AfD de declarar la cuestión migratoria el mal del mundo.

Su ataque es más que una salida de tono ya que la única forma de seguir gobernando el estado-ciudad de Bremen es que sus socialdemócratas formen un tripartito con Die Linke (La Izquierda) y los Verdes. Solo la semana pasada, los ecologistas de la villa portuaria se inclinaron por esta opción en lugar de por un bipartito con la CDU, que por primera vez ha quedado por como fuerza más votada, acabando así con una tradición socialdemócrata de más de siete décadas. Nada más publicarse su entrevista en el diario “Tagesspiegel”, el político dio marcha atrás via Twitter, donde escribió que, «a mi modo de ver, los Verdes son una importante fuerza política».

Mientras tanto, otra bronca ha estallado en el seno del SPD después de que su ministropresidente de Baja Sajonia, Stephan Weil, haya exigido que se ponga fin a las sanciones de la UE contra Rusia por ser contraproducentes e inefectivas. Cuestiona así un punto básico de la política de su ministro de Exterior, Heiko Maas. En Alemania, por lo general, es la AfD o su entorno el que pide el final de las sanciones a Moscú. Por si faltaba algo, el excanciller alemán Gerhard Schröder (SPD), a la sazón jefe del Consejo de Administración de las empresas rusas Rosneft y Gazprom, acaba de defender la anexión de Crimea por Rusia.

Estas contradicciones expresan el estado de confusión en el que se halla inmerso el SPD. Hasta hoy no se ha perfilado nadie que quiera asumir las riendas del partido después de la reciente dimisión de su presidenta, Andrea Nahles. Hasta próximo aviso lo dirige Schäfer-Gümbel, con las ministrapresidentas de Renania del Palatino, Malu Dreyer, y de Mecklenburgo-Antepomerania, Manuela Schwesig.

Desde Die Linke, el expresidente del SPD Oskar Lafontaine deliberó sobre una eventual fusión entre ambos partidos, aunque tuvo que admitir que no existen ni el clima ni las personas para llevar adelante ese proyecto. Recientemente, Lafontaine fracasó con su esposa Sahra Wagenknecht en su intento de echar a andar, partiendo desde Internet, un movimiento de confluencias para atraer a las corrientes interesadas desde Die Linke, SPD y Verdes.

El SPD celebrará en diciembre su próximo congreso. Entonces decidirá no solo la futura cúpula sino también la continuación de la Gran Coalición –GroKo– con Merkel, cuya legislatura terminará en 2021. En 2018, la dirección que ya no existe solo logró que el 66% de las bases apoyasen la tercera edición de la GroKo. Los críticos alertan de que el SPD podría salir otra vez diezmado del bipartito.

Desde la CDU, su presidenta, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), participa en la campaña contra los Verdes: «Quien vota Verde, tiene que saber que podrá despertarse con el partido de Die Linke». No goza de la misma simpatía que su sucesora Merkel, y el ala derechista de la CDU cuestiona su aptitud de ser canciller. «Lo será AKK», afirma el jefe del grupo parlamentario, Ralph Brinkhaus.

En su contra tiene, por un lado, al eterno rival de Merkel, Friedrich Merz. Después de varias derrotas internas se retiró al mundo de las finanzas, donde se hizo millonario. Ahora espera retomar su carrera política. Para ello cuenta con el apoyo de una parte de la prensa conservadora. Por otro lado, también el ministropresidente de Renania del Norte Westfalia, Armin Laschet, aspira a seguir a Merkel.

La canciller, pendiente por completo de su partido, ha de remodelar su Ejecutivo ya que su ministra Katarina Barley (SPD) pasa al Parlamento Europeo. Además se enfrente con el SPD por su candidato Manfred Weber (CSU), aspirante a suceder a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión Europea.