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BRECHA EN EL MERCADO LABORAL

Los hombres ganan de media un 24% más que las mujeres en la CAV

El estudio “Brechas de género en el mercado laboral en Euskadi” evidencia que «las diferencias salariales son aún notables y su evolución temporal no presenta signos de convergencia apreciables».


Los hombres ganan de media un 24% más que las mujeres en la CAV. Así lo revela el informe “Brechas de género en el mercado laboral en Euskadi”, presentado ayer en Gasteiz por la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y la catedrática de económica de la UPV-EHU Sara de la Rica, quien ha realizado la investigación junto a Lucía Gorjón y Ainhoa Vega.

El estudio, elaborado a partir de los datos recogidos en la “Encuesta de pobreza y desigualdades sociales de Euskadi”, señala que la brecha de género queda en evidencia si se analizan las diferencias que hay en algunos indicadores del mercado laboral, como la tasa de actividad, el tipo de jornada o la retribución. Y advierte de que «aunque la evidencia muestra que las diferencias entre mujeres y hombres se han estrechado sensiblemente en varios parámetros del mercado laboral en las últimas décadas, la situación dista mucho de ser equitativa».

El dato ofrecido al comienzo de esta información es un claro ejemplo de la desigualdad existente, y responde a dos motivos: la brecha en las horas trabajadas, calculada en un 14% y consecuencia de que las mujeres trabajan de media 33 horas a la semana frente a las casi 39 de los hombres; y la brecha en el salario por hora, que pone de manifiesto que las mujeres cobran de media 1,16 euros por hora menos que los hombres.

«Si no existiera esta brecha en horas trabajadas (y todo lo demás permaneciera constante), la brecha en el salario mensual sería únicamente la del salario hora, que asciende al 11%. En consecuencia, más de la mitad de la brecha en el salario total viene determinado por la diferencia en horas trabajadas, que se debe principalmente a que el uso de jornada parcial se encuentra fundamentalmente entre mujeres», apuntan las autoras del informe, en el que se aprecia la existencia de «brechas en tasas de actividad».

En la CAV el 74% de las mujeres en edad de trabajar son activas, frente al 81% de los hombres, lo que evidencia una diferencia de siete puntos porcentuales. La brecha varía según el grupo de edad y el nivel educativo, aumentando gradualmente con la edad y siendo «prácticamente inexistente para personas con estudios superiores». Por contra, la brecha salarial afecta en mayor medida a las mujeres que han cursado estudios superiores, alcanzando los 19 puntos porcentuales.

La brecha también crece a medida que las ocupaciones se feminizan. «Es decir, cuantas más mujeres hay en una ocupación, mayor es la diferencia de lo que cobran respecto a los hombres, y cuantas menos mujeres hay en una ocupación, menor es la diferencia que cobran respecto a los hombres, aunque los niveles salariales sean menores en ambos casos que en las ocupaciones con presencia equilibrada de hombres y mujeres», se indica en el informe, y se recogen los factores que determinan las brechas salariales de género.

Factores de la desigualdad

Por un lado se aprecian «diferencia en capital humano», y se alerta de que «las brechas salariales son mayores para los niveles educativos más elevados», algo que, «a primera vista puede parecer contradictorio». «Esta ‘aparente’ paradoja nos viene a decir que si no fuera porque el nivel educativo de media de las mujeres trabajadoras en Euskadi es mayor al de los varones, la brecha salarial sería el 14,7% y no el 11%, que es la brecha que se observa», añaden las autoras del documento, en el que se recogen, a su vez, «diferencias laborales» y se asegura que «la feminización en la ocupación es el mayor causante de la brecha salarial por hora en Euskadi».

Estos factores no explican al cien por cien el origen de la desigualdad, es más, las autoras reconocen que, «a pesar de haber ajustado por numerosos factores, queda una brecha salarial del 8% que los datos a nuestra disposición no permiten saber a qué se debe». «Si tuviéramos la certeza de que el estudio ha ajustado todos los posibles factores que afectan a la productividad laboral, diríamos que ese 8% refleja que los hombres reciben por hora trabajada un 8% más que las mujeres que realizan el mismo trabajo. Como es posible que algunos factores no hayan sido recogidos, debemos tener cautela y concluir que en dicha cifra se dan posiblemente ambos fenómenos, discriminación hacia la mujer, pero también factores no observables y cuyas diferencias no podemos ‘ajustar’», añaden

Corresponsabilidad social

El informe recoge una batería de medidas para avanzar hacia la igualdad, lo que implica tomar medidas que favorezcan la corresponsabilidad social en los cuidados. «Acciones como bajas paternales igualitarias e intransferibles para ambos cónyuges, escolarización universal de cero a tres años, horarios flexibles y en jornada continua, etc. permiten que las madres y padres puedan compatibilizar sus horarios laborales con la vida personal y familiar», detalla el texto, en el que se remarca que «la brecha en horas trabajadas es un factor ineludible sobre el que actuar. La evidencia señala que la jornada reducida es altamente involuntaria, pues dos de cada cuatro mujeres que trabajan a jornada parcial dicen hacerlo por no encontrar un empleo a jornada completa».

 

Ellas dedican más tiempo a cuidados y tareas domésticas

Un estudio publicado por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, constata que las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos e hijas menores de 15 años destinan una media de 1,4 horas más al día a los cuidados que los hombre que se encuentran en la misma situación, 4,7 horas y 3,3 horas, respectivamente. Además, un 53,4% de las mujeres dedican cinco o más horas al día a labores de cuidado, un porcentaje que en los hombres se limita al 23,1%. Es más, la mayoría (el 42,5%) dedica dos o menos horas al cuidado de sus hijos. En el caso del cuidado de personas dependientes a su cargo, las mujeres ocupadas dedican de media una hora más al día que los hombres, 2,4 y 1,4, respectivamente.

El reparto de tareas domésticas entre los ocupados y las ocupadas también presenta diferencias sustanciales. Nueve de cada diez hombres dedican dos o menos horas a esas tareas, mientras que casi tres de cada diez mujeres emplean tres horas o más. El informe del Eustat refleja que, desde 2010, la diferencia entre las horas dedicadas por los hombres y mujeres que trabajan fuera de casa a las tareas del hogar ha ido disminuyendo. En 2018 esta diferencia se ha reducido a 0,7 horas.GARA

EN CIFRAS

 

24%

La brecha observada en el salario neto mensual alcanza el 24%. Las mujeres cobran de media al mes 1.386 euros netos mientras que los hombres reciben 1.814.

11%

La brecha en salario por hora observada es de un 11%. Las mujeres residentes en la CAV cobran de media 1,16 euros a la hora menos que los hombres.

32%

Un tercio de las mujeres trabajan menos de 30 horas a la semana. La gran mayoría de hombres (casi el 93%) trabajan a jornada completa.

19%

La brecha es máxima (19%), para el colectivo de personas que ha alcanzado estudios superiores. Una de cada tres mujeres se ven afectadas por esta brecha máxima.

35%

El 35% de la brecha salarial se debe al grado de feminización de las ocupaciones. Si hubiera distribución paritaria de género por ocupaciones, la brecha salarial se reduciría.