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Interview
EDUARDO REYES
PRESIDENTE DE SÚMATE

«Las relaciones con España serán mejores con la independencia»

Nacido en Córdoba y bautizado en la mismísima mezquita, Eduardo Reyes llegó a Barcelona muy joven, como tantos y tantos españoles. Tras toda una vida trabajando en Catalunya, ahora se declara independentista, igual que las personas que engloba la asociación Súmate, que él mismo preside.


A finales de setiembre un vídeo titulado «Juntos vamos a construir un nuevo país» corrió como la pólvora por las redes sociales. Eran un grupo de catalanes castellanohablantes, nacidos en España la mayoría, hablando a favor del derecho a decidir y la independencia. Junto al vídeo comenzó la andadura de Súmate.

¿Se puede ser español e independentista?

Si, claro. Se puede ser independentista siendo español siempre y cuando tengas un ideal de libertad. Aunque también hay que decir que yo no hubiera sido independentista si los Gobiernos españoles hubiesen tratado como se merecía a Cata-lunya, que es donde yo vivo y por tanto es lo que me importa.

¿Y no los discriminan en Catalunya por hablar en castellano?

(ríe) Súmate somos un colectivo de personas de todos los rincones de España, no tenemos ninguna intención de romper con nuestras raíces y por eso mantenemos el castellano. No vamos a hablar otro idioma por imposición, pero sí lo hacemos por cultura, porque hablar más de un idioma es tener más cultura. Mis nietos hablan ya tres lenguas, ¿qué más quiero?

¿Por qué creían necesaria la creación de Súmate?

Porque así podemos hablar del mismo tema pero desde otra perspectiva. Yo por ejemplo soy andaluz y cuando voy allí, tenemos una manera de hablar diferente, con taco y taco entre palabra y palabra. Aquí los catalanes son más refinados, más educados, así que creo que yo me voy a explicar a mi manera con un andaluz de forma mucho más llana y lisa. Nos juntamos varios como yo y dijimos, «¿por qué no hacemos algo?». Y aquí estamos.

Con esta doble perspectiva catalana y española que tienen, ¿creen que en el Estado español se conoce la realidad catalana?

Hay de todo, pero cuesta. De todos modos, más allá de las bromas sobre los catalanes peseteros, cuando se consigue hablar en profundidad con la gente, reconocen los derechos de Catalunya. Yo no pido la independencia porque mi amor esté dedicado exclusivamente a Catalunya. Quiero a mi tierra y quiero a España, pero vivo aquí y pido la independencia, porque estoy de acuerdo con las reivindicaciones catalanas y porque es nuestro derecho. Si no viviera aquí y estuviese en Córdoba pensaría igual. Eso es lo que intentamos trasladar.

Perdone la indiscreción, pero me imagino que, como la mayoría de catalanes, usted no sería independentista hace unos años. ¿Qué ha cambiado?

Lo que ha cambiado es que una inmensa mayoría de los catalanes y de los que nos sentimos catalanes hemos visto que la situación ha llegado a un límite insoportable. No se puede explotar de esta manera a una región a la que luego además se le priva de todos los recursos que ella misma genera. Me acuerdo ahora del dicho `contigo a pan y cebolla. Pues aquí ya no hay ni pan ni cebolla, así que tampoco hay `contigo'.

¿Defendéis, por lo tanto, la independencia por una cuestión económica?

Siempre me lo preguntan. Vamos a ver, para que haya mejores colegios se necesita dinero, para que haya un estado de bienestar también. Yo no puedo decir que quiero la independencia porque solo amo a Catalunya y odio a España. Yo lo reclamo porque todos los pueblos se que manifiesten por la independencia tienen su derecho democrático a conseguirla y porque quiero un futuro mejor para mis nietos.

Esto choca con el discurso del miedo unionista, que anuncia el apocalipsis en caso de independencia...

No tienen otro discurso que el de meter miedo, no son capaces de ofrecer una alternativa coherente y atractiva. No dan ni un solo motivo para seguir en España, mientras que los independentistas dan muchos para separarse.

En caso de independencia, ¿qué tipo de relación se imagina con el Estado español?

Estoy convencido de que, si Catalunya consigue la independencia, la relación con el Estado español será muchísimo mejor que la que existe ahora. Lo digo porque la independencia obligaría a cambiar cosas en España y, al fin y al cabo, seguiremos estando uno al lado del otro.