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Las aplicaciones de mensajería, las culpables de acabar con la batería de los móviles

En cuestión de baterías la industria y la ciencia no se ponen de acuerdo para que esta energía almacenada sea más rentable, por lo que las diferentes aplicaciones devoran su duración.


Cada cierto periodo de tiempo, cada vez menor, los dispositivos móviles salen al mercado con nuevas caracterís- ticas: menor peso, menos grosor, más rápidos en ejecución, mayor definición de pantalla y más grande, conexiones externas más rápidas (4G)..., para después morir en el mismo cementerio de las anteriores versiones: la escasa duración de la batería con el consiguiente incordio de recarga.

Dada por perdida a corto plazo la batalla de las baterías por muchos rumores que se leen sobre nuevas tecnologías, el caso es que el presente se queda sin carga sobre todo por el uso de las redes 4G y el aumento del uso de las aplicaciones que hacen uso de contenido multimedia, sobre todo vídeo, y las aplicaciones de mensajería. Y así se desprende de un estudio reciente realizado por Alcatel-Lucent, que argumenta de forma sólida lo que el sentido común ya deduce sin necesidad de laboratorios ni sesudas pruebas.

Con todo, el estudio se centra en cómo las aplicaciones móviles interactúan con las redes inalámbricas, incluyendo la cantidad de datos que se transfieren y la frecuencia con que activan la red del terminal a partir de los datos de más de 15 millones de suscriptores a través de las redes, con resultados que descubren la mala optimización de la mayoría de las aplicaciones más usadas. Lo que viene a indicar que todas aquellas aplicaciones que están en constante conexión con la red móvil y que activan el terminal, en estado de reposo, para mostrar notificaciones al usuario, tienen un impacto negativo en la duración de la batería y, en menor medida, en el consumo de datos.

En cuanto a las aplicaciones que más vampirizan nuestra batería tampoco hay sorpresa y son las más lógicas al respecto: YouTube, WhatsApp, Facebook, Google Search y Facebook Messenger. Por contra, aplicaciones como Dropbox o Gmail son menos avarientas en recursos energéticos. En Gmail habría que hacer la precisión de que no se esté utilizando la posibilidad de que se nos avise cada vez que entre un mensaje a nuestro buzón.

Con toda esta lógica sobre la mesa, es el usuario quien debe tomar decisiones sobre el modo de usar su dispositivo móvil para que la batería dure unas horas más, quizá días. De otra parte, los desarrolladores, y mientras no surja ningún invento revolucionario, tendrán que optimizar su código de programación para que las apps consuman menos energía que hasta ahora.

Correo push

Las notificaciones push supusieron un gran avance para el usuario respecto a los correos electrónicos. Permitieron despreocuparse de cuándo se recibía un correo electrónico al saltar la alerta, evitando así pérdidas de tiempo en comprobar si se había recibido o no correo. Pero esta «comodidad», cuenta con su cruz: el consumo de energía, al estar activo el dispositivo

En lo posible, habría que configurar las notificaciones push mediante el acceso a la oportuna configuración, diferente según modelo. Se cotejan las diferentes posibilidades que el software del dispositivo ofrezca, pudiendo activar o desactivar las notificaciones push.

En este punto, lo más probable es que nuestro dispositivo nos ofrezca varias posibilidades de configuración para bajar el correo: cada 15 minutos, cada 30... o manualmente. (pulsar enviar-recibir correo). De esta forma, se cerrará la puerta de enlace permanente, para abrirla, o no, solo durante en el tiempo seleccionado. También se pueden «cerrar» direcciones de correo que no se usen con frecuencia.