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Constantin Costa-Gavras: un griego en el exilio

Ningún Premio Donostia ha de resultar tan merecido como el que se le entrega a Constantin Costa-Gavras, por ser junto a Ken Loach el único representante vivo del cine político comprometido de la segunda mitad del siglo pasado.

Mikel Insausti, crítico de GARA. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

Y este Premio Donostia llega además en un momento clave de la carrera del cineasta de origen griego, en el que se cierra el ciclo temático de su trayectoria fílmica. Hay que recordar que se inicio en el género que iba a marcar toda su carrera con la emblemática ‘Z’ (1969), dedicada precisamente a la situación del país del cual procedía, y del que se había exiliado como estudiante de cine en el IDHEC de París.

Para realizar ‘Z’ (1969), película ganadora de dos Óscar y de un Globo de Oro, se basó en la novela de Vasilis Vasilicós con un guion escrito por Jorge Semprún. El rodaje y la producción tuvieron que ser llevados a cabo en Argelia, aprovechando los contactos que allí tenía el cineasta. Esta obra, que debe ser considerada fundacional, definió el esquema analítico de la geopolítica y el desarrollo de los conflictos dependientes de los grandes poderes fácticos. Así se adelantaba al Golpe de los Coroneles en Grecia a través de tramas conspirativas previas.

Cincuenta años después regresa al escenario helénico, todavía más convulso si cabe, con ‘Comportarse como adultos’ (2019). Esta vez se basa en la novela del exministro de finanzas Yanis Varoufakis “Comportarse como adultos: Mi batalla contra el establishment europeo”.

En ella se muestra cómo la victoria del partido izquierdista Syriza y de Alexis Tsipras se convirtió en una lucha entre David y Goliat, al enfrentarse a la troika europea formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional. Una nueva forma de totalitarismo que se saldó con el rescate de los bancos y la destrucción de toda una sociedad, provocando una oleada migratoria de más de medio millón de desplazados.