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Peritos de la defensa denuncian que no han tenido acceso a una prueba del sumario 13/13

Los peritos de la defensa en el juicio del sumario 13/13 han denunciado que no han dispuesto de todas las pruebas obtenidas en los registros. Se han referido a una evidencia extraída de un dispositivo informático: «No podemos asegurar que esa información exista, porque no disponemos de ella».

Las ocho personas encausadas en el sumario 13/13, a las puertas de la Audiencia Nacional española. (J. DANAE/FOKU)

Los dos peritos citados por la defensa de los personas imputadas en el sumario 13/13 han alertado este jueves de que no tuvieron acceso a una evidencia recogida por los agentes del grupo de informática forense de la Guardia Civil. La prueba fue obtenida de uno de los dispositivos informáticos intervenidos en una operación policial que comenzó en abril de 2010, con la detención de Arantza Zubieta, Jon Enparantza e Iker Sarriegi.

En su declaración ante el tribunal de la Audiencia Nacional, los dos peritos, informáticos expertos en seguridad de la información y con una dilatada experiencia, han mostrado su disconformidad con uno de los informes elaborados por el instituto armado, ya que no han dispuesto de una de las pruebas empleadas para elaborar la información.

«No hemos dispuesto de ella. No hemos encontrado el fichero en las evidencias», han apuntado, y han recordado que ellos solicitaron «todas las evidencias» para poder analizarlas y realizar los informes correspondientes. «En este caso, la información a la que se hace referencia, con la firma digital, no se encuentra. No podemos asegurar que esa información exista, porque no disponemos de ella, y no podemos asegurar que la firma coincida, han señalado en respuesta a las preguntas de Jone Goirizelaia.

Es más, han aseverado que se trata de información recuperada de un ordenador encendido «y no sabemos si está guardada o no». «Discrepamos en este informe porque, de alguna manera, no podemos confirmar lo que se dice aquí», han manifestado.

Los peritos de la Guardia Civil, por su parte, han insistido en que desconocen por qué no cuentan con la prueba los peritos de la defensa. «A nuestro departamento no se le ha solicitado», han indicado antes de remarcar que se trata de «una cuestión que no atañe a nuestro informe pericial».

Llama la atención la actitud de la jueza Ángela Murillo, que ha querido dar carpetazo al tema pidiendo pasar a la siguiente pregunta, alegando que podían interrumpirse pero «no discutir entre ellos».

Los peritos y los alias

La queja de los peritos ha marcado la segunda parte de una sesión que ha comenzado como terminó el miércoles, con la declaración de los guardias civiles que redactaron el informe 'Halboka', sobre el que se sustenta el sumario 13/13. Este jueves han respondido a las preguntas de Alfonso Zenon y Aiert Larrarte, abogados de Arantza Zulueta, Jon Enparantza e Iker Sarriegi.

Cabe recordar que los guardias civiles atribuyen a los tres acusados nombres en clave atribuidos a supuestos correos de ETA. 'Martxel' y 'Bixer' en alusión a Zulueta; 'Mik' y 'Anna' a Enparantza; y 'Gabai' para Sarriegi. Ellos mismos han señalado que se basaron en documentos de la organización armada, aunque han reconocido que no pueden acreditar los abogados se reuniesen con dirigentes de ETA o enviasen información.

Han llegado a utilizar cartas entre abogados como «documento de corroboración», ya que, como uno de los peritos ha destacado, «una de las premisas para determinar el perfil de 'Mik' como correspondiente a Jon Enparantza era que era abogado».

Llama la atención que en el caso de Sarriegi los propios peritos han reconocido que no encontraron ningún documento dirigido a 'Gabai' ni en su ordenador, ni en su despacho, ni en su casa, ni en su coche.

Este miércoles los peritos dijeron que en el año 2009 Sarriegi figuraba como dueño de un café-teatro, y lo relacionaron con el hecho de un supuesto objetivo de ETA vivía cerca del mismo. Aiert Larrarte ha revelado que los peritos basaron esta idea en una información incautada a Xabier López Peña, que fue detenido en 2008, un año antes de la fecha a la que hicieron alusión los peritos.