«Trampantojo»: ni todos vuelven a su puesto ni está claro que sean los mejores
Frente a las críticas por lo que se entienden como casos de puertas giratorias entre el poder político y las empresas, gobiernos y algunos partidos responden que así se dificulta que los mejores profesionales accedan a la Administración y vuelvan a sus puestos anteriores. ¿Es esto cierto?
A primera vista, en la imagen de esta página se antoja que la entonces consejera de Salud de Lakua, Gotzone Sagardui, avanza hacia su asiento como bailando sevillanas. Pero el brazo derecho que parece levantar con alegría es en realidad la mano izquierda de Imanol Pradales. Era la noche de las elecciones al Congreso y el Senado del 23 de julio de 2023 y en Sabin Etxea había poco que celebrar.
Esta fotografía puede ser un buen ejemplo de «trampantojo», que según la RAE es la «trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es».
Y ese «engaño» es lo que suelen pretender hacer desde portavocías cercanas al poder cuando se señalan casos en los que es evidente que se ha aprovechado el paso por gobiernos o estructuras adyacentes para fichar de seguido por empresas privadas. Aducen que «cómo vamos a atraer a la política a ‘los mejores’ si luego no les dejamos volver a sus puestos anteriores».
En primer lugar, es mentira que a cualquier alto cargo gubernamental se le prohíba volver a su puesto anterior. De hecho, en el listado que Lakua acaba de hacer público hay varios ejemplos prácticos. Se prohíbe llegar a firmas con las que ese cargo haya tenido relación y, además, se hace de una forma bastante laxa.
ANSOLA Y SAGARDUI, DOS EJEMPLOS PARADIGMÁTICOS DE LAGUNAS CURRICULARES
Lo que sí se puede comprobar es que, sin restarles otros méritos, hay personas que leyendo sus currículums difícilmente habrían dado esos saltos a la empresa privada sin haber estado en puestos de poder. Y los dos casos mencionados, el de Iñigo Ansola y Gotzone Sagardui, son ejemplos paradigmáticos.
Según el currículo del actual presidente del BBB que todavía puede consultarse en Irekia, la web del Gobierno, Iñigo Ansola tiene como formación «estudios de ingeniería técnica industrial (sin diplomatura)» y su única experiencia en la empresa privada acabó hace más de 20 años, en 2003, cuando pasó de ser «técnico de fundición inyectada de aluminio y zamak» en Jegan SL a presidente de la mancomunidad de Lea Artibai en nombre del PNV. Luego pasó a la Diputación vizcaina, a la dirección de URA y de ahí a la del EVE. Y tras más de dos décadas junto al poder (y sin apartarse del todo de él según la documentación), lo ficharon como New Business Development Manager de Mondragon Centro de Promoción. Estuvo allí dos meses antes de ser elegido para presidir el BBB.
En el caso de Gotzone Sagardui, se licenció en Medicina pero no consta que ejerciera. Antes de entrar en la carrera política, en la que ha sido alto cargo de Lanbide, parlamentaria autonómica y concejala en Bilbo, además de consejera de Salud, fue «funcionaria de carrera de la UPV-EHU» y allí volvió como administradora del campus de Bizkaia al salir del Gobierno.
Así que «su experiencia en gestión de equipos, presupuestos, liderazgo organizacional y gestión sanitaria», que según el Hospital Vithas «la posiciona como una figura clave para reforzar la calidad asistencial y experiencia de paciente», solo es la política.
Ni Ansola cuando saltó a MCC ni Sagardui a Vithas volvieron a sus puestos. Si los fichan por ser «los mejores», cada cual juzgará.