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‘The Voice of Hind Rajab’ multiplica el clamor contra el genocidio en Zinemaldia
El clamor contra el genocidio en Gaza se ha visto multiplicado con una doble cita: la presentación de ‘The Voice of Hind Rajab’, que relata la agonía de Hind Rajab, una niña a la que el Ejército israelí mató en un ataque, y una multitudinaria manifestación, a la que se ha sumado el mundo del cine.
Los exteriores del Victoria Eugenia y el Kursaal se han convertido esta tarde en un clamor contra el genocidio en Gaza. Ha sido una cita con una fuerte carga reivindicativa y emotiva, más aún si cabe tras el visionado de la película ‘The Voice of Hind Rajab’, de la directora tunecina Kaouther Ben Hania, con un fuerte nudo en la garganta.
Previamente, integrantes de la comunidad palestina en Euskal Herria han tenido la oportunidad de verla en un pase privado organizado por Zinemaldia en los cines Trueba.
La movilización convocada por la comunidad palestina y respaldada por los Comités de Solidaridad Palestina-Euskal Herria y la plataforma Cinema with Palestine –Euskal Aktoreen Batasuna, EPE-thaia, Gernika Palestina Herri Ekimena, Gure Haurrak Ere Badira, BDZ, BDS; Kulturatik, creadorks culturales con Palestina; Rescop y Trabajadores del Cine x Palestina– ha reivindicado el derecho de Palestina «a seguir existiendo como pueblo. La ocupación pretende borrar Palestina del mapa y respondemos: Palestina vive, Palestina resiste. ¡Basta de asesinar niños! ¡Basta de genocidio! ¡Basta de genocidio cómplice!».
Tanto en el interior del Victoria Eugenia como en las inmediaciones del Kursaal han resonado los gritos de auxilio de Hind Rajab, de seis años, y de los 50.000 menores muertos o heridos –según datos de Unicef– en esto dos años de genocidio.
La marcha ha partido de Okendo, una vez que los actores y equipo de la película se han sumado a la marcha al término de la proyección en el Victoria Eugenia, donde actores y el resto del equipo han sido recibidos con aplausos.
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Una gran bandera palestina portada por miembros de la comunidad palestina en Euskal Herria, entre ellos un niño herido en Gaza, abría la marcha, a la que le seguía una pancarta con el lema «Genozidioa STOP», portada por los actores Motaz Malhees y Saja Kilani, Itziar Atienza y Julio Medem, entre otros, junto a una cometa hecha con una bandera palestina ensangrentada, tras la que varias personas llevaban carteles con letras gigantes que conformaban la frase «SOS Gaza».
En la comitiva también se encontraban el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos; el secretario general del PSE, Eneko Andueza; las dirigentes de EH Bildu Maddalen Iriarte y Nerea Kortajarena; el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun; Arantza González de Ezker Anitza-IU; además de numerosos actores y actrices como Eneko Sagardoy, Nerea Barros, Loreto Mauleón, y el músico Fermin Muguruza.
La movilización ha discurrido por el puente del Kursaal hasta la mitad de la Avenida de la Zurriola, donde ha dado la vuelta para pasar frente al citado palacio de Congresos donostiarra, sede de Zinemaldia.
Los gritos «Israel boicot, Palestina askatu» y «No es una guerra, es un genocidio» han arreciado a lo largo de todo el recorrido en las bocas de las miles de personas que se han sumado a la movilización. También se ha visto una pancarta dirigida a CAF, en la que instaban a la compañía de Beasain a no «hacer negocios con los genocidas».
En declaraciones a NAIZ, Igor Otxoa, de las organizaciones convocantes, ha destacado que tanto la proyección de la película como la manifestación han sido «un momento muy emocionante y multitudinario para la comunidad de Gaza» en Euskal Herria y una muestra de solidaridad «muy importante».
«Ver la película ha supuesto para ellos la gratificación de ver que el mundo va a saber lo que es vivir bajo un genocidio, bajo bombardeos constantes, esa sensación de fragilidad constante. Pero por otro lado para ellos es también durísimo. Son sensaciones contrapuestas y ha supuesto mucha emoción».

«El arte no puede ser neutral ante el apartheid y el genocidio»
En el acto que ha tenido lugar en el Bulevar, Mohmamed Farajallah, palestino afincado en Euskal Herria, y Rahaf Samani, vocalista del grupo de música gazatí Sol Band, han remarcado en castellano e inglés que «cada voz importa, cada palabra hace la diferencia. En mi nombre y en el del todo el pueblo palestino decimos vosotros sois nuestra esperanza y nuestra luz en medio de tanta oscuridad. No paren, no se cansen, no se rindan. Los necesitamos porque cada uno de vosotros es un rayo de esperanza».
«Esta ocupación tiene que ser boicoteada y aislada por el mundo entero. Está robando una tierra que no es suya y derramando sangre desde hace más de un siglo. En el planeta no hay lugar para los ocupantes, ni para los invasores, ni para los asesinos. Palestina necesita vida, justicia y paz», han remarcado.
Desde el mundo del cine –más de 500 personalidades del séptimo arte se han sumado a esta movilización– han denunciado que «Hind no murió solo por una explosión. Murió por una indiferencia de la comunidad internacional que se ha vuelto costumbre. Murió porque en Palestina, la infancia no tiene derecho a ser protegida, ni a ser llorada con el mismo volumen que en otros rincones del mundo».
«Su historia no es una excepción. Es el rostro de una tragedia colectiva: miles de vidas palestinas arrancadas, hogares convertidos en ruinas, generaciones marcadas por la pérdida y el exilio. Es el eco de un pueblo que resiste bajo el peso de la ocupación israelí, la violencia y el silencio internacional», han subrayado.
«Lo que ocurre en Palestina no es solo un conflicto. Es una herida abierta. Una crisis humanitaria, moral y política. Es la negación sistemática del derecho a exisistir, a vivir con dignidad, a ser niño sin miedo a morir».
«Que el nombre de Hind sea un faro»
Han pedido que «el nombre de Hind sea un faro que ilumine la conciencia del mundo. Que su historia nos sacuda. No más asesinatos de víctimas inocentes. Que no haya más víctimas sin justicia. Que no haya más pueblos condenados al olvido».
El comunicado en euskara ha sido leído por Itziar Atienza, Mireia Gabilondo, Mikel Laskurain y Jon Olivares, y la versión en castellano por Arturo Valls, Julio Medem, Isaki Lacuesta, Nerea Barros y Daniela Fejerman.
Las organizaciones del mundo del cine integradas en la plataforma Cinema with Palestine han denunciado que hace décadas que «hay una herida abierta en Palestina» y que «ya nadie puede cerrar los ojos ante la barbarie del genocidio que se ha cobrado la vida de más de 66.000 personas».
«El Estado israelí ha ejecutado una violencia sistemática contra la población palestina en todos los ámbitos: Personal sanitario, periodistas y comunicadores, artistas, docentes, defensores de derechos humanos, familias enteras, niños y niñas. El mundo del cine también ha sido afectado, con colaboradores perseguidxs y asesinados por dar testimonio de lo que ocurre, como el caso del activista colaborador de la oscarizada ‘No Other Land’, entre otros».
Ante ello, han exigido a los gobiernos español y de Lakua y a la Unión Europea que «presionen a Israel para que detenga inmediatamente el genocidio, devuelva las tierras robadas y cumpla, como mínimo, con la legalidad internacional».
A todas esas instituciones han reclamado «la no permanencia de Israel en la ONU», «el fin del comercio de armas con Israel» y «señalar las complicidades de empresas vascas en el genocidio», como CAF, que «ha sido incluida en la lista negra de la ONU por fabricar, sin pudor, las líneas de ferrocarril que conectarán Jerusalén con los asentamientos ilegales israelíes que han expulsado ya a más de 14.000 palestinos».
Han censurado que tanto la dirección de la empresa como el Gobierno de Lakua, propietario del 3% de CAF, «hacen oídos sordos al Informe Albanese, que califica este tren como crimen de limpieza étnica y de colaboración con el genocidio». Por ello, han insistido, «es hora de que se escuchen las voces de miles de personas y organismos que gritamos ¡CAF, bájate del tren del apartheid!».
Los convocantes, han subrayado que «el arte no puede ser neutral ante el apartheid y el genocidio», por lo que han hecho un llamamiento a «unir nuestras voces para gritar con una sola voz que se detenga esta barbarie, para exigir que los estados salgan de la parálisis que les impide presionar a Israel porque el pueblo grita ‘basta, basta de impunidad y de masacre, basta de complicidad con genocidas’».
«Gritemos alto y claro por la ruptura total e inmediata de todo tipo de relaciones con el estado asesino», han proclamado.
El acto ha contado también con la actuación del grupo Sol Band y los bertsolaris Amets Arzallus y Maialen Arzallus.
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Hind Rajab: «Tengo mucho miedo»
La película ‘The Voice of Hind Rajab’ recoge la llamada real de auxilio de esta niña de 6 años cuando su familia sufría un ataque israelí: «Tengo mucho miedo, por favor, ven» suplicó Hind Rajab mientras hablaba con una operadora de la Media Luna Roja Palestina, con quien conversó durante horas mientras esperaba a que llegaran los equipos de rescate.
El 29 de enero de 2024, tras una orden de evacuación del Ejército israelí, intentó salir del barrio de Tel al-Hawa, en Ciudad de Gaza. En el transcurso, el coche en el que viajaba junto a sus tíos y cuatro primos fue interceptado y disparado reiteradamente por un tanque del Ejército israelí.
Su prima Layan Hamada de 15 años logró llamar a la Media Luna Roja Palestina advirtiendo del ataque. «Nos están disparando, el tanque está cerca de mí», dijo. Fueron sus últimas palabras antes de morir. Hind permaneció con vida. Durante nueve horas permaneció en contacto telefónico con una voluntaria de la Media Luna y su madre Wessam Hamada.
Doce días después, el 10 de febrero, fue encontrada muerta junto a los cuerpos de sus familiares. A 50 metros se hallaron, dentro de la ambulancia que fue enviada para su rescate y cuya ruta fue coordinada con el Ejército israelí, los cadáveres de los dos paramédicos, Yousef Zeino y Ahmed al Madhoun.

El grupo multidisciplinario de investigadores Forensic Architecture enumeró hasta un total de 335 agujeros de bala en la carrocería del coche.
«Según un análisis de la grabación realizado por Earshot, en los momentos finales en los que se oye la voz de Layan se pueden escuchar un total de 64 disparos en apenas seis segundos», se subraya en el informe.
La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado concluyó en octubre del año pasado que «la División 162 de las fuerzas de seguridad israelíes es responsable de matar a la familia de siete miembros, así como de bombardear la ambulancia, matando a los dos paramédicos que se encontraban en su interior. Estas acciones constituyen los crímenes de guerra de homicidio intencional y ataque contra bienes de carácter civil».