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Estrasburgo

Los euroescépticos y la ultraderecha se quedan solos en su moción de censura contra Juncker

Los euroescépticos y la ultraderecha se han quedado solos este lunes durante el debate celebrado en la Eurocámara sobre la moción de censura contra el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, por el escándalo Lux Leaks. La mayoría de los grupos ha anunciado que no respaldará, por diferentes motivos, la moción cuando se vote el próximo jueves. Por su parte, el grupo Conservadores y Reformistas Europeos, liderado por los tories británicos, no ha desvelado su voto.

Jean-Claude Juncker, durante una reciente comparecencia. (John THYS /AFP PHOTO)
Jean-Claude Juncker, durante una reciente comparecencia. (John THYS /AFP PHOTO)

Juncker, que ha participado en el debate con su equipo de comisarios, ha cuestionado los motivos de la moción de censura y ha sostenido que los acuerdos fiscales con multinacionales «no son un problema de Luxemburgo sino de toda Europa», ya que se aplican en veintidós de los Estados miembros. «No soy el amigo del gran capital», se ha defendido el ex primer ministro luxemburgués, que ha asegurado que su Comisión «combatirá la evasión y la elusión fiscal».

El promotor de la moción de censura, el italiano Marco Zanni, portavoz del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, ha acusado a Juncker de, durante su etapa de primer ministro de Luxemburgo, «haber robado miles de millones en ingresos potenciales de los Estados miembros para ponerlos en manos de las multinacionales». Al mismo tiempo, ha proseguido, imponía políticas de austeridad a países como Grecia al frente del Eurogrupo.

El presidente del grupo popular , Manfred Weber, ha acusado de «destructivos» a euroescépticos y extrema derecha. «No son parte de la nueva Europa, son parte de la vieja Europa», ha sostenido Weber, que ha pronosticado una «aplastante mayoría» en contra de la moción de censura promovida por el «populismo de extrema derecha».

El líder del grupo socialista, Gianni Pittella, ha justificado su rechazo a la moción de censura a Juncker por los problemas que provocaría al funcionamiento de la UE. «El plan de inversión de 300.000 millones desaparecería, anularíamos la última oportunidad de Europa para crear empleo y combatir la crisis. Deberíamos iniciar de nuevo las negociaciones con los Estados miembros para nombrar una nueva Comisión. Mientras tanto, la economía y la sociedad europeas se hundirían porque no habría respuesta por nuestra parte, el paro aumentaría y habría deflación».

El líder de los liberales, Guy Verhofstadt, ha tachado la moción de censura de «pequeño juego» y ha dicho que su único interés es que ha desvelado la «relación oculta» entre el líder del UKIP británico, Nigel Farage, y la presidenta del Frente Nacional francés, Marine Le Pen. Verhofstadt ha reprochado a Farage utilizar él mismo sociedades pantalla en la isla de Man para evadir impuestos y a Le Pen financiarse con préstamos de bancos rusos.

Comisión de investigación

«Nuestra crítica sigue en pie», le ha dicho a Juncker la presidenta del grupo de Izquierda Unitaria, Gabriele Zimmer, que ha reprochado a los socialistas y a los verdes no haber apoyado su propia moción de censura contra el presidente de la Comisión. «No logramos suficientes firmas porque dijimos desde el principio que no queríamos a nadie de los populistas de extrema derecha», ha alegado Zimmer, quien ha reclamado no obstante una comisión de investigación.

También la portavoz de los Verdes, Rebecca Harms, ha reclamado más explicaciones sobre este caso y medidas para evitar que se repita. «Creo que es una oportunidad para Jean-Claude Juncker. Su ser o no ser. O aclara esto, y sé que no puede hacerlo solo y por eso estoy en contra de esta moción de censura, o veremos nubarrones en el horizonte».