En una comparecencia realizada desde una base militar, el presidente de los EEUU, Donald Trump, afirmó que opta por aumentar la implicación de su país en la guerra de Afganistán pero evitó dar más detalles, «no diré cuándo vamos a atacar, pero atacaremos», afirmó. Así, confirmaba el giro en su posición hacia esta guerra que dura ya más de 15 años, «mi instinto original era retirarnos. Y en general, me gusta seguir mis instintos. Pero toda mi vida he escuchado que las decisiones son muy diferentes cuando te sientas en el Despacho Oval», se justificó.

Fue el secretario de Defensa, James Mattis, quien confirmó el aumento de soldados mediante un comunicado al asegurar que «varios» países aliados de la OTAN «también se han comprometido a aumentar su número de tropas» en Afganistán.

De la comparecencia de Trump se esperaba una actitud presidencial y detalles sobre la nueva estrategia de su país para la zona, pero no dejó de ser un alarde de su habitual concatenación de frases efectistas. Así dijo que ya «no vamos a volver a construir naciones. Vamos a matar terroristas». Sin embargo, a renglón seguido se dirigió al gobierno afgano para afirmar que su apoyo «no es un cheque en blanco» y que espera ver «reformas reales, avances reales y resultados reales».

Trump se mostró, además, agresivo con Pakistán, «hemos pagado miles de millones de dólares mientras albergan a los mismos terroristas que estamos combatiendo. Esto tiene que cambiar, y cambiará de inmediato», aunque no precisó si recortará la financiación al país asiático, y sobre India afirmó que «obtiene un beneficio de miles de millones de dólares por su comercio con Estados Unidos» por lo que «debería ayudar más».

En el plano diplomático, Trump afirmó que «después de un esfuerzo militar eficaz, quizá será posible tener un acuerdo político que incluya elementos de los talibanes».